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miércoles, 7 de septiembre de 2011

"BUENAS NOTICIAS DEL FRENTE K"...Ahora si¡¡¡ Vamos por màs ¡¡¡...Nuestra lìder va por el campo...¡¡¡Nada de libertad de trabajo!!!...(para eso nos votaron los codiciosos y adulones traidores...no?)...

¡Vamos Por Más!”:
Así Anunció Cfk El Comienzo
De La Estatización Del Campo

Tre­pada sobre el escan­da­loso fraude del 14 de Agosto que le atri­buye el 50% de los votos emi­ti­dos, fraude este que denun­ciado en los número 1056 y 1057 del 25 y del 31 de Agosto, res­pec­ti­va­mente (que hoy Duhalde copia en una queja tar­día y escasa, ver “La Nación”, 8/9/11, pag. 7), y con la des­fa­cha­tez que la carac­te­riza, la Sra. Kir­ch­ner acaba de reve­lar la puesta en prác­tica de un plan que sus auto­res deno­mi­nan “Plan Estra­té­gico Agroa­li­men­ta­rio” (PEA).
La Nación”, siguiendo su cons­tante polí­tica de enga­ñar a sus lec­to­res, lo anun­cia en pri­mera página con el siguiente título: “Gesto de acer­ca­miento de Cris­tina Kir­ch­ner al campo” (6/9/2011).
El apre­su­rado y enton­te­cido lec­tor lee ese título y no lee más, que­dán­dose con la idea que el dia­rio quiere trans­mi­tir, útil al ofi­cia­lismo, de que el campo resul­tará favo­re­cido por ese PEA. En el texto de la noti­cia agrega que varios empre­sa­rios impor­tan­tes (y adu­lo­nes) estu­vie­ron pre­sen­tes, pero no así la “mesa de enlace” de las enti­da­des rura­les que, de todas mane­ras, no dije­ron ni una mínima parte de lo que debe­rían haber dicho acerca de ese PEA, a pesar de que saben per­fec­ta­mente bien que es un plan mar­xista para la esta­ti­za­ción del campo, como lo denun­cié en el nro. 987 de “La bote­lla al mar”, el 5/8/2010 en un artículo titu­lado “Está en mar­cha un plan para la colec­ti­vi­za­ción del campo”.
Repro­duzco ese artículo más abajo, en sus par­tes esen­cia­les, en el cual está pro­bado que el PEA es un gra­ví­simo aten­tado con­tra la libre ini­cia­tiva y con­tra la pro­pie­dad pri­vada, en vio­la­ción directa del Dere­cho Natu­ral y de los arts. 14 y 17 de la Cons­ti­tu­ción Nacio­nal, total­mente de acuerdo con las ideas mar­xis­tas de esta­ti­za­ción del campo.
El “Cla­rín” agrega que “la aplau­die­ron de pie unos 1.500 asis­ten­tes, entre ellos varios de los empre­sa­rios más impor­tan­tes del sec­tor agro­pe­cua­rio” (edic. del 6/9/2011, pag. 6).
Los empre­sa­rios trai­do­res que había entre esos 1.500 adu­lo­nes, son los entre­ga­do­res de los pro­pie­ta­rios rura­les. Son indi­vi­duos sin prin­ci­pios, movi­dos por una codi­cia sin fre­nos, que espe­ran ganar sir­viendo al Estado. Para ellos, que ahora explo­tan cam­pos mediante con­tra­tos con sus due­ños, hasta será más cómodo (ini­cial­mente) por­que sólo ten­drán que tra­tar con el Estado que les con­ce­derá diver­sos privilegios.
La mujer que usurpa la pre­si­den­cia ter­minó su dis­curso diciendo: “¡Vamos por más!” (“La Nación”, 6/9/2011, pag. 6). Es decir, se pro­pone apo­de­rarse de la liber­tad de ini­cia­tiva en el tra­bajo de campo y luego, de la misma pro­pie­dad de la tie­rra. Esa es la idea y en ella están tra­ba­jando desde el 2003 y con más énfa­sis desde prin­ci­pios del 2010 cuando empe­za­ron a ela­bo­rar el PEA mediante una movi­li­za­ción de todos los agi­ta­do­res rura­les y cita­di­nos que impul­san la apli­ca­ción del pos­tu­lado prin­ci­pal del Mani­fiesto Comu­nista de Marx y Engels que dice: “La doc­trina de los comu­nis­tas puede resu­mirse en esta sola pro­po­si­ción: abo­li­ción de la pro­pie­dad privada”.
Mien­tras tanto, la opo­si­ción sigue entre­gada a su cínica polí­tica de omi­sión, dejando que el país derive inexo­ra­ble­mente hacia un Estado socia­lista para lo cual la tira­nía cuenta, ade­más, con la entu­siasta coope­ra­ción de los par­ti­dos de izquierda (que son casi todos).
Es largo este artículo 1058, pero la gra­ve­dad de la ame­naza que pesa sobre el país lo exige. Lo siento por aque­llos lec­to­res que eso les molesta, pero les ruego que hagan un esfuerzo y lean hasta el final. Haber pre­visto esta polí­tica más de un año antes, no es poco mérito de “La bote­lla al mar”, por lo cual pido humil­de­mente el debido cré­dito de paciencia.
* * *
5 de Agosto del año 2010 – nro. 987
ESTÁ EN MAR­CHA UN PLAN PARA LA COLEC­TI­VI­ZA­CIÓN DEL CAMPO
Está en mar­cha un plan para la colec­ti­vi­za­ción de todos los cam­pos en la Argen­tina. Lo ha ela­bo­rado la Pre­si­den­cia de la Nación, a tra­vés del Minis­te­rio de Agri­cul­tura y el pri­mer paso para su cum­pli­miento ha sido la pre­pa­ra­ción de un texto deno­mi­nado PLAN ESTRA­TÉ­GICO AGROA­LI­MEN­TA­RIO Y AGROIN­DUS­TRIAL (PEA) que se ha enviado a todos los gobier­nos pro­vin­cia­les, a las muni­ci­pa­li­da­des de las zonas rura­les y a las socie­da­des y fede­ra­cio­nes de pro­duc­to­res agro­pe­cua­rios expo­niendo los linea­mien­tos bási­cos del pro­yecto y pidiendo la opi­nión de todos ellos.
Ahora bien, como se verá más ade­lante, esa opi­nión no se pide por­que esta tira­nía esté dis­puesta a modi­fi­car un ápice lo que ya tiene resuelto, sino para detec­tar a los posi­bles “enemi­gos” y pro­ce­der en consecuencia.
Usando un len­guaje enga­ñoso, pla­gado de eufe­mis­mos, revela, sin embargo, para infor­ma­ción de los agen­tes del dra­má­tico cam­bio, cual es la inten­ción final del Plan.
Me ade­lanto a decir que es pura y sim­ple­mente la abo­li­ción del dere­cho de libre ini­cia­tiva de los pro­pie­ta­rios rura­les y des­pués el de pro­pie­dad pri­vada del campo, para crear un sis­tema de pro­duc­ción agro­pe­cua­ria en el que el Estado será el que tome las deci­sio­nes y los agi­ta­do­res socia­les lo apo­yen mediante sus cono­ci­das téc­ni­cas de “apriete”.
Los pro­duc­to­res rura­les (no se los nom­bre jamás como “pro­pie­ta­rios”) se divi­di­rán en dos categorias:
a) los que cola­bo­ren con el sis­tema y
b) los que se opongan.
Los pri­me­ros, pasa­rán a ser una espe­cie de “sier­vos de la gleba” del Estado, pro­du­ci­rán lo que el Estado ordene, en la forma en que lo ordene y en los tiem­pos en que lo ordene. Pero no dis­pon­drán del fruto de su tra­bajo sino que éste será incor­po­rado a la masa “agroa­li­men­ta­ria” para ser dis­tri­buida con un “pen­sa­miento huma­nista de carác­ter nacio­nal y popu­lar” (pag. 9).
* * *
La afir­ma­ción que acabo de hacer es gra­ví­sima y tanto que en caso de que ese plan sea lle­vado a la prác­tica, la Argen­tina se habrá con­ver­tido en un Estado marxista.
La colec­ti­vi­za­ción del campo implica la esta­ti­za­ción de la prin­ci­pal fuente de recur­sos de nues­tro país y no hay duda de que, logrado ese obje­tivo, los ins­pi­ra­do­res de este sinies­tro pro­yecto, no ten­drán difi­cul­tad alguna para apli­car la ideo­lo­gía mar­xista en todos los demás cam­pos de la acti­vi­dad nacio­nal, desde las empre­sas indus­tria­les hasta la sim­ple pro­pie­dad de la casa-habitación de los argentinos.
* * *
Antes de ana­li­zar el texto del Plan, como éste usa un len­guaje deli­be­ra­da­mente enga­ñoso y con­fuso, en el que los eufe­mis­mos son siem­pre pre­fe­ri­dos a la afir­ma­ción directa de sus inten­cio­nes, con­viene repa­sar la defi­ni­ción del Dic­cio­na­rio de la Real Aca­de­mia sobre la pala­bra “eufemismo”.
Eufe­mismo es la “mani­fes­ta­ción suave o deco­rosa de ideas cuya recta y franca expre­sión sería dura o mal sonante”.
Este sis­tema –por­que es un sis­tema, vale la pena adver­tirlo– es el indi­cado para enga­ñar a los argen­ti­nos, a sus cla­ses cul­tas, espe­cial­mente a las más altas, enton­te­ci­das por un opti­mismo sui­cida que resiste toda evi­den­cia en contrario.
Por eso, sé muy bien que mi inter­pre­ta­ción del Plan en cues­tión muy pro­ba­ble­mente será recha­zada por “exa­ge­rada”, “dog­má­tica”, “pesi­mista”, etc. No importa. Lo que diré que­dará dicho y cuando sea tarde para reac­cio­nar puede ser que alguien se acuerde que fue aler­tado a tiempo y no quiso reaccionar.
* * *
La “visión” del asunto –empieza diciendo el Plan– “se fun­da­menta en la sobe­ra­nía deci­sio­nal del Estado (potes­tad del Estado para arti­cu­lar los intere­ses sec­to­ria­les), el huma­nismo social, la segu­ri­dad ali­men­ta­ria nutri­cio­nal y la gene­ra­ción de riqueza con valor agre­gado en ori­gen.” (pag. 1)
Este gali­ma­tías quiere decir, tra­du­cido a len­guaje llano lo siguiente:
Que­dará abo­lida la idea de que el campo per­te­nece en pro­pie­dad pri­vada a per­so­nas indi­vi­dua­les que deci­den qué hacer con él, a las cua­les se supone guia­das por el deseo de obte­ner un bene­fi­cio pro­pio de su explo­ta­ción ven­diendo sus pro­duc­tos. El “huma­nismo social” exige que ese poder del pro­pie­ta­rio de ele­gir qué hará en su campo y de sacar pro­ve­cho per­so­nal del fruto de su tra­bajo, debe ser abo­lido por­que la elec­ción per­so­nal del des­tino de la tie­rra es un des­or­den y el bene­fi­cio que él obtiene es con­tra­rio al “huma­nismo social” que exige, no una venta a pre­cios de mer­cado, sino una dis­tri­bu­ción digi­tada por el Estado (árbi­tro supremo del bien común) que en vez de reser­var su poder para repri­mir los abu­sos y apli­carlo sólo cuando los haya, lo debe ejer­cer per­ma­nen­te­mente para pre­ve­nir los des­ór­de­nes y abu­sos que por defi­ni­ción inte­gran el con­cepto de “libre ini­cia­tiva” y “pro­pie­dad pri­vada”. Sólo así se podrá dar “segu­ri­dad ali­men­ta­ria” a la pobla­ción puesto que el sis­tema de “pro­pie­dad pri­vada” y “libre ini­cia­tiva” del pro­pie­ta­rio con­duce a la inse­gu­ri­dad alimentaria”.
Esto es lo que quiere decir el eufe­mismo caba­lís­tico con que empieza la expo­si­ción del Plan. Lo de la “gene­ra­ción de riqueza con valor agre­gado en ori­gen” quiere decir que el Estado se empe­ñará en crear indus­trias –igual­mente depen­dien­tes de él ya que él será el único pro­vee­dor de la mate­ria prima-, que ela­bo­ren los pro­duc­tos agrí­co­las para expor­tar­los o dis­tri­buir­los entre los habi­tan­tes según entienda que debe ser hecho para dar “segu­ri­dad ali­men­ta­ria”. Huelga decir que las ganan­cias de las expor­ta­cio­nes con valor agre­gado bene­fi­cia­rán al Estado y no al pro­duc­tor, que siem­pre es desig­nado así y nunca como “pro­pie­ta­rio”, en todo el texto del Plan.
Con­si­de­rando el poco espa­cio de este artículo no puedo ana­li­zarlo página por página (tiene 40, casi todas sin nume­rar en forma suce­siva de manera que las he nume­rado a mano para faci­li­tar las citas) me parece inne­ce­sa­rio reco­rrerlo ínte­gra­mente. Todo el texto con­firma, siem­pre con eufe­mis­mos, la inten­ción matriz que es la que acabo de citar como “visión” de sus crea­do­res, obvia­mente marxistas.
Lo dejo para el caso de que alguien con­tra­diga mi inter­pre­ta­ción. Con­tes­taré todas las obje­cio­nes siem­pre y cuando el obje­tante cite alguna frase del Plan que defienda la pro­pie­dad pri­vada y la libre ini­cia­tiva del propietario.
Como dato intere­sante y sinies­tro men­ciono que la difu­sión “sotto voce” del pro­yecto tiene como pri­mera inten­ción movi­li­zar a los agi­ta­do­res socia­les (a los que llama “acto­res polí­ti­cos… socia­les” (pag. 1) o “acto­res del sis­tema social” (pag. 2) para crear un ambiente favo­ra­ble a la esta­ti­za­ción avi­zo­rada y sobre todo para detec­tar a los opo­si­to­res a los cua­les habrá que repri­mir con el poder del Estado.
Par­tiendo del con­texto glo­bal… se pre­tende lle­gar a una aná­li­sis de ame­na­zas y opor­tu­ni­da­des para luego deter­mi­nar posi­bles pla­nes de acción. Se cons­truye un mapa de acto­res que incluye en pri­mer lugar su iden­ti­fi­ca­ción y carac­te­ri­za­ción, es decir, quién es quién, y luego se ela­bora la matriz de afi­ni­da­des y recha­zos entre acto­res. Por último se con­fec­ciona la matriz de com­por­ta­mien­tos de acto­res que per­mi­tirá iden­ti­fi­car las opor­tu­ni­da­des y ame­na­zas que los mis­mos pre­sen­ta­rán al sub­sec­tor” (pag. 4)
En dicho pro­ceso (de cons­truc­ción colec­tiva del futuro) se irán gene­rando dife­ren­tes meca­nis­mos (coope­ra­ción, coop­ta­ción), con­flicto, PER­SUA­SIÓN, nego­cia­ción, media­ción, DISUA­SIÓN) en rela­ción a un actor prin­ci­pal que es lla­mado Estado… ” (pag. 11)
(Será)… “un tipo de pla­ni­fi­ca­ción que se ins­cribe nece­sa­ria­mente en el marco de la LUCHA POR EL PODER” (pag. 11)
Este tipo de pla­ni­fi­ca­ción requiere hacer explí­ci­tas las RESIS­TEN­CIAS de los otros al plan pro­pio (N: este Plan del Estado) y sor­tear­las lo cual implica un CÁLCULO POLÍ­TICO per­ma­nente y un pro­ceso inter­ac­tivo entre situa­cio­nes de con­flicto, con­cer­ta­ción y con­senso” (pag. 11)
La elec­ción se define en la com­pe­ten­cia con el ADVER­SA­RIO (N: del Plan). El otro es un OPO­NENTE cuyas deci­sio­nes se trata de influir mediante DISUA­SIÓN o recom­pensa. Se trata de una com­pe­ten­cia donde el éxito de las accio­nes estra­té­gi­cas se mide por la influen­cia ejer­cida sobre las deci­sio­nes del OPO­NENTE”. (pag. 12) (Esta frase, según dice en nota al pié, per­te­nece al neo-marxista Jür­gen Haber­mas, de la escuela de Frankfurt).
Ade­más del men­cio­nado Haber­mas, entre las fuen­tes de ins­pi­ra­ción del Plan se cita a Perón y Car­los Matus, alto fun­cio­na­rio del gobierno mar­xista de Sal­va­dor Allende en Chile y men­tor de la Pla­ni­fi­ca­ción Estra­té­gica Situa­cio­nal (PES). Según Matus debe enten­derse –dice el texto– “el con­cepto de situa­ción como uni­dad DIA­LÉC­TICA nece­sa­ria para la trans­for­ma­ción de enti­da­des anta­gó­ni­cas” (pag. 10)
El pro­blema del pla­nea­miento con­siste en que cada fuerza tiene que VEN­CER LA RESIS­TEN­CIA activa y crea­tiva del otro para alcan­zar la situación-objetivo, para lo cual tiene que cons­truir dife­ren­tes estra­te­gias”. (pag. 12)
El pla­nea­miento estra­té­gico debe pro­cu­rar escla­re­cer el mapa de acto­res y sus estra­te­gias des­ple­ga­das en el juego social. El PEA deter­mina la impor­tan­cia que reviste el cono­ci­miento de los acto­res socia­les, sus ante­ce­den­tes, pen­sa­miento, prin­ci­pios, posi­ción polí­tica, capa­ci­dad para ope­rar un medio social, etc. lo cual per­mi­tirá tener una mejor apro­xi­ma­ción a las juga­das que los acto­res pue­den desa­rro­llar” (pag. 14)
Los “acto­res” del PEA son, ade­más del prin­ci­pal, que es el Estado auxi­liado por los 4 “Con­se­jos” esta­ta­les a crearse (pag. 2), los “acto­res del sis­tema social” (pag. 2), eufe­mismo para desig­nar a los agi­ta­do­res capa­ces de crear posi­cio­nes de fuerza into­le­ra­bles para los pro­duc­to­res, quie­nes no son con­si­de­ra­dos sino a tra­vés de las aso­cia­cio­nes rura­les las cua­les, a su vez, son mane­ja­bles a tra­vés de líde­res “per­sua­di­dos” o “coop­ta­dos”, como dice el Plan.
Las fra­ses cita­das (en las que he puesto en mayús­cu­las las pala­bras clave) y muchas otras que sería largo traer a cola­ción, dejan en claro que lo que se pro­pone esta tira­nía es des­truir la pro­pie­dad pri­vada del campo y la libre ini­cia­tiva de los pro­pie­ta­rios a los que se con­si­dera como “adver­sa­rios” u “opo­nen­tes” poten­cia­les, mediante una lucha, una dia­léc­tica, en la que la fuerza del Estado y sus varia­dos pode­res de “disua­sión” y de “per­sua­sión” deberá triun­far para implan­tar una nueva reali­dad polí­tica agro­pe­cua­ria pro­pia de un Estado socia­lista en el que el pro­duc­tor o se somete y es recom­pen­sado o se opone y es des­truido. Pero en nin­guno de los dos casos será propietario.
Como es sabido este es un método típi­ca­mente mar­xista: crear o exa­cer­bar con­flic­tos para poner en mar­cha la dia­léc­tica mate­ria­lista que dará ori­gen a la Revo­lu­ción colectivista.
El Mani­fiesto comu­nista de Marx y Engels dice: “El comu­nismo puede resu­mirse en esta sola pro­po­si­ción: abo­li­ción de la pro­pie­dad privada”.
Autor: Cosme Beccar Varela

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