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domingo, 18 de septiembre de 2011

"UN POCO DE HISTORIA: LAS SS "...Y Hitler...




Las SS


Todos conocemos la SS. Pero dejemos al propio Hitler que hable de ellos:

- Para una tropa de selección como nuestra SS, es una gran suerte haber sufrido pérdidas relativamente considerables. De esta manera, se han asegurado el prestigio necesario para intervenir, eventualmente, en el interior, lo cual sin duda no será necesario. Pero es bueno saber que se dispone de una tropa que se mostraría capaz, si se presentara la ocasión.

- La SS no debe extender exageradamente su reclutamiento. Lo que importa es mantenerla a un nivel muy elevado. Este cuerpo debe causar el efecto de un imán sobre los hombres selectos. Es preciso que se sepa que un grupo como la SS debe pagar más caro que cualquier otro el impuesto de la sangre, a fin de alejar de él a los jóvenes que no piensan más que en darse importancia. Un cuerpo animado por una voluntad firme, de una prestancia insuperable: ¡La encarnación de la conciencia de superioridad!

- En cuanto retome la paz, la SS tendrá que volver a su independencia, una independencia total. Siempre hubo rivalidades entre los ejércitos de línea y la guardia. Por eso es bueno que la SS, en relación con otros, constituya un mundo aparte. En tiempo de paz, es una policía selecta, capaz de aplastar cualquier adversario. La SS tenía que hacer la guerra, sin lo cual su prestigio se hubiera viso disminuido. Me siento orgulloso cuando un jefe del ejército puede decirme que su fuerza consiste esencialmente en una división de blindados y en la división SS Reich.
- Himmler posee un mérito extraordinario. Creo que nadie ha tenido como él la obligación de imponer a sus hombres condiciones tan constantemente difíciles. En 1934 el "viejo señor" aún estaba ahí. También posteriormente surgieron mil dificultades. 

- Convencido de que hay siempre circunstancias e que son necesarias las tropas de selección, creé en 1922-1923 las unidades de choque Adolf Hitler. Las formaban hombres preparados para la revolución y que sabían que un día u otro llegarían los golpes duros. Cuando salí de Landsberg, todo se había disuelto y dispersado en bandos, a veces rivales. Entonces me dije que me hacía falta una guardia, incluso muy reducida, pero compuesta de hombres que se sintieran obligados sin restricción, a luchar hasta contra sus propios hermanos. Veinte hombres solamente para toda una ciudad (con la condición de que se pueda contar absolutamente con ellos) más bien que una masa dudosa.

- Fueron Maurice, Schreck y Heiden los que formaron en Munich el primer grupo de valientes y fueron así origen de la SS, pero fue con Himmler cuando la SS llegó a esta tropa extraordinaria, consagrada a una idea, fiel hasta la muerte. Veo en Himmler a nuestro Ignacio de Loyola. Con inteligencia y obstinación, contra viento y marea, él supo forjar este instrumento. Los jefes de la SA no han conseguido dar alma a sus tropas. En el periodo actual, tenemos la confirmación de que cada división de la SS es consciente de su responsabilidad. La SS sabe que debe representar un papel ejemplar, ser y no simplemente parecer, pues todas las miradas están fijas en ella.

- El papel de Sepp Dietrich es singular. Siempre le di ocasión de intervenir en puntos neurálgicos. Es un hombre astuto, enérgico y brutal a la vez. Con las apariencias de la antigua soldadesca. Dietrich es un hombre serio, concienzudo, escrupuloso. ¡ Y qué solicitud para con sus soldados! Es un número fuera de serie, del estilo de los Frundsberg, de los Ziethen y Seydlitz. Es un Wrangel bávaro, irremplazable. Para el pueblo alemán, Sepp Dietrich es una institución nacional. A todo esto se añade, para mí, el que es uno de los más antiguos compañeros de lucha.

- Una de las situaciones trágicas que hemos conocido fue en Berlín en 1930. ¡Cómo supo imponerse Sepp Dietrich! Era poco antes de las elecciones, de las que todo estaba pendiente. Esperaba yo en Munich el resultado del escrutinio. Por la tarde fui al teatro. Los primeros resultados empezaban a llegar. Adolf Müller entra muy excitado y exclama: "Creo que es un triunfo. Vamos a tener entre sesenta y setenta puestos". Le contesté que si el pueblo alemán era correcto, nos daría muchos más. Interiormente me decía: "Si pudieran ser cien". De repente, llega la certeza de cien puestos seguros. Müller ofrece una ronda. ¡Llegamos hasta ciento siete! ¿Cómo expresar lo que sentí en aquel instante? Pasábamos de doce escaños a ciento siete.

- Gracias a su método de reclutamiento, la SS constituirá un plantel de jefes. Dentro de cien años se dirigirá todo este imperio sin tener que romperse la cabeza para saber dónde se encontrarán los hombres apropiados. Lo esencial es salir de las mezquindades del espíritu de campanario. Por eso estoy contento de que nos hallemos en Noruega y en mil sitios más.


- En Berchtesgaden debemos a la aportación de sangre SS felices resultados, tanto más puesto que la población de esta región se hallaba muy mezclada. Ello me impresionó mucho en el momento de la construcción del Berghof y me hice el propósito de regenerarla. En la actualidad puede verse allí a infinidad de hermosos niños, rebosantes de saludy ello es obra de un regimiento de la guardia. Esta es una excelente técnica. En las regiones donde la raza tiende a degenerar, hay que enviar como guarnición a tropas escogidas. Dentro de diez o veinte años severá que la sangre se ha regenerado. Me alegra, pues, que nuestros soldados escogidos consideren como un deber hacia la nación incitar a las muchachas bonitas a tener hermosos niños. Precisamente en esta época en que se derrama nuestra más preciosa sangre, debemos preocuparnos particularmente del mantenimiento de nuestra raza. Desde tal punto de vista, no será mala idea proceder al ocasional acantonamiento de nuestras tropas en las regiones de Masuria y de la Selva bávara.



(frases escogidas de las conversaciones privadas de Hitler.)


Arriba bautismo de un niño ante un oficial de las SS.
- En 1937 300 hombres fueron expulsados de las SS por casarse sin aprobación.
- Cuando comenzó la guerra, los simbolismos cristianos desaparecieron. A partir de entonces las runas identificaron a los caídos como hombres pertenecientes a esa orden.
 A la derecha, los primeros hombres de las SS llevaron un uniforme como este.
 El uniforme oficial de las SS.
Uniforme de un regimiento de las SS.









 Chaqueta negra de las Waffen-SS



El gran capote de lana y rayón, habitual para el tiempo frío de las Waffen-SS









Arriba, organigrama de cómo estaban organizadas las operaciones de seguridad del III Reich.
(de la obra "El Tercer Reich" de ediciones Rombo.)
Publicado por Miguel...

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