RETRETA DEL COMANDANTE CAMPOS
Soy el Comandante Campos, y hoy me presento ante ustedes dejando mi descanso eterno conmovido por el sufrimiento de los hombres de mi Ejército Nacional.
Yo que tuve la oportunidad y la dicha de hacerme soldado comprendo a los que padecen la ignominia de la incomprensión y lo que es peor el abandono de sus generales, de sus mandos, de la deslealtad, sobre todo con los subalternos, que es uno de los valores más sagrados del ser militar.
Tengo el ascendiente moral de haber transitado la vida militar a fuerza de sacrificios en campañas, igual que ustedes, en guerras intestinas y en guerras en el extranjero. Vi construirse a la República Argentina entre luchas fraticidas y brillantes aciertos de administraciones políticas.
Comprendo al que arriesgó su vida en combate. Yo estuve en Cepeda y Pavón, Yatay, Uruguayana, Estero Bellaco, Tuyutí, Curupaytí, (donde fui herido), Humaitá, Lomas Valentinas, en el asalto de Piribebuy donde nos cubrimos de gloria, pero también combatí a las montoneras en San Luís, en San Ignacio y después del asesinato de Urquiza en las Guerras Jordanistas, hasta el combate de La Verde, cuando aquel 2 de diciembre en Junín llegó la paz a la República con la derrota de Mitre. Nadie pidió cuentas, no se miró hacia atrás y la generación del 80 sentó las bases de una Gran República.
Hoy ustedes que combatieron en Tucumán, (en Río Pueblo Viejo, Acheral, Manchalá), en Monte Chingolo, en La Tablada y a lo ancho y largo de nuestro país, padecen el escarnio de un revanchismo vil, de aquellos que no tuvieron el coraje de combatir al frente de esos hombres equivocados, que enrolados en organizaciones terroristas como ERP y Montoneros, se alzaron en armas para cambiar nuestra bandera y nuestro sistema de vida, por lo que no trepidaron en asesinar gremialistas, jueces, políticos y ciudadanos comunes.
Pero lo que realmente me impulsó a escribir estas líneas dirigidas a mis queridos oficiales del Ejército Nacional es la vergüenza que siento por quienes los comandan, cobardes todos ellos que perteneciendo a este Ejército, estuvieron codo a codo con ustedes en aquellos combates. Fueron parte activa de esa guerra. Cada uno de los generales de hoy, de los que hablaremos en la próxima “retreta”, participaron en las mismas acciones por las cuales algunos camaradas hoy sufren cárcel. Ellos saben que están abdicando de los valores con que se formaron.
Señores esto es ¡¡TRAICION!!........ frente al enemigo.
La Guerra continúa, sigamos hacia delante como cuando el General Levalle nos decía: “ … No tenemos yerba ni tabaco, … ” “ … pero tenemos un deber que cumplir … ”. Hoy yo les digo: No tenemos justicia ni generales y la sociedad es engañada, estamos acéfalos de “MANDO”, pero tenemos un deber que cumplir que nos legaron nuestros muertos”.
Sigamos codo a codo de cara hacia el enemigo, como aquel 1ro de Abril de 1867 en San Ignacio. Mírenme a los ojos hombres valientes que voy a impartirles la siguiente “Orden de Batalla”, igual que en aquella ocasión a mi querido 6 de línea:
¡¡¡Batallón………, de frente, guía, al enemigo!!!, ¡¡¡Paso de vencedores, Marchen!!!.
¡Que Dios, Nuestro Señor, los bendiga!.
Teniente General Luis María Campos.
Solo para Hombres de Honor, solo para los que no se callan...Comentado y publicado por Miguel...
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