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lunes, 12 de septiembre de 2011

"UN POCO DE HISTORIA"...Diario de Goebbels...

Diarios de Goebbels -1ª Parte-

Acabo de terminar de leer la última parte de los diarios de Goebbels, que comprende las fechas desde el 28 de  Febrero al 10 de Abril de 1945. Lo primero que tengo que decir es que Goebbels era incansable. Después de sus ajetreados días de trabajo, casi nunca olvidaba redactar su famoso diario, que estaba destinado a servir de base para futuros libros sobre la contienda. Aunque, como sabemos, el ministro llevó un diario prácticamente siempre. Lejos de valorar si los diarios son auténticos (si fueran una falsificación habría que felicitar a los falsificadores, ya que los diarios contienen abundante e importante información) paso a destacar algunos pasajes que me han llamado la atención:

La tónica general de sus últimas anotaciones es la amargura que le producía a Goebbels el hecho de que Hitler no se decidiera a deshacerse de personas que él consideraba ineficaces, con Goering a la cabeza. Por más que el ministro le insistiera al Führer, éste nunca tomaba la decisión. Esto nos demuestra que Hitler fue un dirigente un tanto indeciso. En general le costaba prescindir de sus colaboradores más antiguos. Goebbels anota el 28 de febrero de 1945:

- Tiene que remodelar a Goering por dentro y por fuera o ponerlo en la calle. Por ejemplo, es una burda grosería que en la actual situación de la guerra, el primer oficial del Reich, ande por ahí con un uniforme gris plata. ¡Qué actitud tan frívola frente a los acontecimientos! ¡Esperemos que el Führer consiga hacer de Göring un hombre otra vez! El Führer se alegra de que la esposa se haya instalado en Obersalzberg, pues ejercía sobre él una influencia perniciosa.... El Führer elogia, por el contrario, la sencillez y la transparencia de mi vida familiar. Sólo así podemos afrontar el tiempo presente.

Otra cuestión que me ha llamado la atención, es el hecho de reflejar constantemente las atrocidades cometidas por los soviéticos:

- Las noticias que recibimos de las atrocidades bolcheviques son innumerables. Tienen un realismo aterrador y reflejan una crueldad insuperable. Tengo el propósito de darlas a conocer a la opinión pública internacional. 


- Presento al Führer mi plan de propaganda para la difusión de las atrocidades soviéticas y le comunico mi intención de hacer intervenir a Guderian. El Führer se muestra plenamente de acuerdo con el plan... las atrocidades son tan espantosas que el pueblo no debe ignorarlas. Se hiela el corazón al leer estos informes.

Este pasaje me ha hecho reflexionar sobre la información y la propaganda. En la actualidad los crímenes del III Reich son bien conocidos por el mundo entero. Ello es debido a la continua propaganda contra Hitler que se ha hecho desde acabada la guerra, y que continúa de manera creciente. A nadie se le escapa. Pero si Alemania hubiera ganado la guerra ¿no tendríamos hoy en día películas, libros y demás panfletos sobre la crueldad de Stalin y los soviets? Probablemente muchos de los que leéis esto, estarías en otro blog dedicado a Stalin. Con todo, opino que el pueblo alemán sufrió mucho más de lo que imaginamos y que debería ser reconocido ese hecho. Goebbels se encargó de propagar estos actos de vandalismo. Sabía que era además una forma de que el pueblo alemán luchara con más intensidad contra el invasor soviético:

- Desde los territorios orientales nos llegan noticias de actos de extrema crueldad. Son verdaderamente espeluznantes. Es imposible detallarlos uno a uno. 



Un aspecto que los historiadores han criticado mucho sobre Hitler es el hecho de que éste tomara personalmente tantas decisiones durante la guerra. Goebbels dijo al respecto:

- El Führer no está en situación de confiar en sus asesores militares. Le han mentido y defraudado tantas veces que ahora él tiene que ocuparse hasta del último detalle. Gracias a Dios, así lo hace, pues de lo contrario las cosas estarían todavía mucho peor de lo que ya están.

Sobre el avance soviético nuevamente:

- De Rumanía nos llegan noticias de que toda la población rumana recuerda con nostalgia del tiempo en que los alemanes ocupaban el país.


No por ello Goebbels pensaba que iban a perder la guerra. Su fe en la victoria era sorprendente:

- Por consiguiente, en este sector, tendremos que acometer después de la guerra una tarea monumental. De todos modos, creo que con los métodos modernos de construcción podremos conseguir mucho. 

A pesar de ello, el ministro no era tonto. Sabía perfectamente lo que iba a ocurrir con los países que ocupaba Stalin:

- Los norteamericanos quieren hacer primer ministro de Polonia  a un príncipe de la Iglesia. Me parece que en el Kremlin se van a morir de risa ante esta propuesta. 

Sobre la evacuación de los alemanes:

- En total han sido evacuadas hasta ahora 17 millones de personas. El porcentaje es realmente aterrador. Los distritos están ocupados en un 400 por ciento. Es fácil imaginar las condiciones de vida. De todos modos, en esto nos favorece el nivel de la vivienda, francamente lujoso que manteníamos antes de la guerra.

En otra ocasión, el ministro hace referencia a un libro suyo que iba a publicar:

- Por la tarde me dedico a la corrección de mi nuevo libro La ley de la guerra del que va a hacerse una edición masiva en formato de bolsillo. Este libro no contiene artículos actuales sino más bien clásicos sobre la guerra, su filosofía y sus tesis fundamentales, publicados por mi durante los últimos años en Reich y Volkischer Beobachter.

Sobre las visitas de Hitler al frente:

- El Führer ha hecho una visita al frente del Este, al primer Cuerpo de Ejército. La visita estuvo dedicada principalmente a las divisiones "Döberitz" y "Berlín". El efecto de la visita del Führer al frente, tanto entre los oficiales como entre la tropa, ha sido enorme. Me parece conveniente que el Führer vaya ahora al frente con más frecuencia, a fin de acallar definitivamente los repugnantes rumores de que el Führer no se preocupa del frente lo bastante. Lo hace, si, pero de un modo distinto al que pueden imaginar las primitivas mentes de los soldados. De todos modos, por motivos psicológicos, es necesario que, en el orden puramente humano y personal, el Führer se muestre en el frente tal como es en realidad.

Sobre los bombardeos:

- Ahora se nos plantea el problema de que, en los territorios occidentales ocupados por los angloamericanos, la población se muestra relativamente amistosa hacia ellos. Esto no lo esperaba yo; creí que la milicia se batiría mejor. Pero no se debe olvidar que los bombardeos han hecho sufrir a esta gente hasta el extremo de desmoralizarla por completo.
A causa de la guerra, y principalmente, de los bombardeos, han sido totalmente destruidos hasta ahora en el Reich unos seis millones de viviendas.


Sobre Hitler el 5 de marzo hace esta interesante descripción:

- Por la noche, asisto a una conferencia en el despacho del Führer. A diferencia de la última vez que lo vi, lo encuentro deprimido, lo cual hay que atribuir, naturalmente al desarrollo de las operaciones militares. También su salud flaquea. Según observo con dolorosa sorpresa, el temblor nervioso de su mano izquierda ha aumentado considerablemente. Su visita al frente, realizada el sábado último, transcurrió satisfactoriamente. El Führer ha vuelto de ella profundamente impresionado. Los generales demostraron una excelente actitud y los soldados lo aclamaron. Es una lástima que el Führer se haya negado a dar un comunicado a la prensa sobre su visita al frente. Hoy sería tan necesaria como el pan de cada día.


- En general, el Führer ha vuelto a causarme una profunda impresión. Los terribles golpes que estamos recibiendo no le han alterado en absoluto. Posee una firmeza admirable. Si alguien puede dominar esta crisis es él. No hay quien pueda comparársele. 


Sin embargo, muy mal de salud no debía de estar Hitler, a tenor de estas declaraciones posteriores:


- Por la noche, hago al Führer una visita de varias horas. Lo encuentro extraordinariamente seguro y firme y también su estado de salud me parece excelente.


- Me alegro mucho de haber encontrado al F¨hrer en perfecta forma física, moral y espiritual.

En otras declaraciones, tenemos el clavo ardiendo al que se agarraron Hitler y los suyos:

- Éste es el requisito para que la guerra pueda tener un final satisfactorio: que la crisis en el campo enemigo estalle antes de que nosotros hayamos caído.

- Por lo que respecta a la situación política, el Führer se muestra esperanzado. También él observa con satisfacción que en el campo enemigo se agrava la crisis política. Yo le respondo que el avance de la crisis es demasiado lento para nosotros. Todo estriba en si podremos esperar a que acabe de madurar. El Führer señala acertadamente que Inglaterra está cansada de la guerra. También a él le llamó la atención la noticia de Washington de que los Estados Unidos van a reconocer a los Estados bálticos. Al parecer, entre bastidores está desarrollándose un violento altercado entre anglo-norteamericanos y soviéticos. Pero tengo que repetir una vez más que el atercado no es lo bastante trascendental para suponer un alivio para nosotros.

El Führer está convencido de que si hay en el campo enemigo una potencia que quiera entablar negociaciones con nosotros, ésta ha de se siempre la Unión Soviética. Stalin tiene muchos problemas con los anglonorteamericanos y, además, es de los que pretenden llevarse botín de la guerra, al igual que nosotros. Por lo tanto, llegará la hora en que se canse de sus eternos conflictos con los anglonorteamericanos y busque otras posibilidades.


- El objetivo que persigue el Führer es hallar una posibilidad de entendimiento con la Unión Soviética y luego proseguir la lucha contra Inglaterra con la más brutal energía... Naturalmente las atrocidades soviéticas son espantosas y constituyen un serio handicap para los propósitos del Führer. 


- Por lo que se refiere a la situación de nuestros enemigos, el Führer sigue estando plenamente convencido de que la coalición del adversario se romperá.


(al respecto hay que decir, que tanto Goebbels como Hitler estaban en lo cierto: la coalición se rompió, como todos sabemos, pero demasiado tarde para ellos)

En las circunstancias en las que se encontraban los alemanes, tan lamentables, es de comprender que no pudieran atender ni siquiera a los prisioneros de guerra. Muchos prisioneros morían simplemente porque ya no se daban las circunstancias para poder atenderlos. Por aquellos días, los alemanes detestaban con razón a los ingleses y americanos, que a diario les bombardeaban y les dejaban sin hogar. Aún y todo podemos ver algo de humanidad en el doctor Goebbels:

- El Führer se opone categóricamente a la adopción de medidas de socorro para los prisioneros de guerra anglonorteamericanos que actualmente son trasladados desde el Este a las proximidades de Berlín. Se trata de 78.000 hombres que no pueden ser debidamente atendidos y que se encuentran infestados de piojos y, la mayoría, enfermos de disentería. En las actuales circunstancias, poca asistencia podemos darles. Tal vez se pueda recurrir a la Cruz Roja de Ginebra para procurarles una existencia medianamente humana. 

Goebbels opina también que la culpa de la catástrofe de Alemania se debía a Ribbentrop:

- Yo sigo pensando que la culpa es, esencialmente, de Ribbentrop. Cuando Hewel me dice que Ribbentrop se halla totalmente desmoralizado me quedo indiferente. Ribbentrop merece un castigo mayor que la desmoralización y la depresión. Él fue el mal espíritu del Führer que lo llevó de una enormidad a otra. 

La opinión del ministro sobre otros líderes de la contienda:

- Tito es quien va a sacar tajada. Realmente, ha demostrado ser un caudillo de gran calibre.
- Churchill ha podido contemplar por primera vez con sus propios ojos los resultados de su guerra aérea... miró con expresión placentera el campo de escombros que se extiende entre Jülich y Aquisgrán. La viva imagen de Nerón que, mientras ardía Roma, él tocaba la lira, contemplando la Ciudad Eterna desde lo alto de su palacio. Imposible encontrar un símbolo que mejor exprese el caos y la ruina desatados en Europa por la política anglo-norteamericana.
- Si el pueblo italiano pensara o hubiera pensado como el Duce, la guerra habría tomado otro rumbo. Pero el pueblo italiano no se merece al Duce y no vale ni un tiro de salva.

Franco es la típica gallina histérica. Cuando la ocasión le parece propicia, eriza las plumas; pero, pasado el incidente, vuelve a mostrarse pusilánime y cobarde. 

Goebbels se refiere al asesinato de dos falangistas españoles por comunistas.


Sobre el bombardeo de Dresde:

- Por la noche viene a hacerme una visita el jefe de grupo Alvensleben, jefe de la Policía y de las SS de Dresde. Me describe la catástrofe de Dresde en términos terribles. Allí tuvo lugar una tragedia como ha habido pocas en la historia de la humanidad, ni siquiera durante esta guerra.

Un hecho ciertamente sarcástico es que los bombardeos aliados y la destrucción y muerte que produjeron ¡también son achacados a los nazis! En la actualidad incluso se da por hecho que Alemania se redujo a escombros por culpa de Hitler. Goebbels habla al respecto:

- Al leer los informes anglo-norteamericanos sobre la destrucción de Colonia, casi da la impresión de que nosotros hemos reducido a escombros la hermosa ciudad hanseática. Los norteamericanos muy particularmente nos reprochan haber provocado estos daños con nuestros empeño por continuar la guerra. Un mundo de contradicciones, mentiras y farisaísmo como ni la más exaltada fantasía podría imaginar. Pero yo confío que de estos terribles errores e incomprensiones ha de surgir un mundo mejor y más hermoso.

En medio de tanta destrucción y desolación, era posible encontrar zonas en Alemania prácticamente ajenas a la guerra. Al contemplarlas, parece que Goebbels sintió envidia:

- La gente del campo lleva todavía una vida bastante tranquila. Es digna de envidia.
- El paso por Mecklemburgo es un alivio. El paisaje está intacto y respira una profunda paz. Si se mira superficialmente, se puede no advertir siquiera que estamos en guerra.

A pesar de que la norma común es que se han detallado las condiciones en que se encontraban los trabajadores extranjeros en Alemania, lo cierto es que debía haber también trabajadores en buenas condiciones, como lo demuestra este pasaje:

- A mediodía recibo a una numerosa delegación de trabajadores extranjeros que prestan servicio en el Reich que me hacen patentes sus deseos de colaboración... la mayoría de estos trabajadores extranjeros se han pasado a nuestro lado a causa de las condiciones existentes en el Reich. Cuando, después de la guerra, vuelvan a sus países, serán sin duda nuestros mejores propagandistas.


El hecho de que Hitler fue traicionado muchas ocasiones lo remarca Goebbels:

-
Pregunto al Führer por qué en cuestiones de estrategia de tanta importancia no se limita, simplemente, a dar órdenes. El Führer me responde que ello no sirve de nada, que aunque de órdenes concretas, éstas son saboteadas disimuladamente.
Fuente: Mein Fuhrer...
Publicado por Miguel...

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