Estrellas rojas sobre Berlín por primera vez - 08/08/1941.
Camaradas,
Stalin ha ordenado a su Fuerza Aérea Roja vengar los bombardeos de la Luftwaffe sobre Moscú efectuando una incursión contra Berlín. El líder soviético parece olvidar que la aviación bolchevique ha sido tan terriblemente vapuleada y que la Wehrmacht ha conquistado tan vastas extensiones de la Unión Soviética que un ataque contra la capital del Reich es una misión poco menos que irrealizable, pero así y todo ha insistido en llevar a cabo la arriesgada operación. Aunque no sea posible obtener ningún éxito militar, el prestigio político así lo requiere.
Bombardero soviético Ilyushin Il-4.
De ese modo, ayer 7 de agosto, 5 bombarderos bimotor Ilyushin Il-4 despegaron de los aeródromos de las islas bálticas de Dago y Oesel, unos de los pocos enclaves que todavía conservan los bolcheviques en Estonia, y se dirigieron hacia Berlín en un largo vuelo de ida y vuelta de 1.500 millas. Las condiciones atmosféricas, terribles, eran las idóneas para que la fuerza soviética pudiera tener alguna oportunidad de alcanzar su objetivo sin ser detectada. Además, los aviones no contaban con escolta de cazas y tan sólo transportaban 800 kilogramos de bombas cada uno debido tanto a la escasez de municiones como a la necesidad de aumentar al máximo su carga de combustible (de hecho, los aviones contaban únicamente con veinticinco minutos de vuelo adicionales).
“Si alguna vez los aviones Aliados bombardean Berlín, entonces podréis llamarme Meyer.” Hermann Göring. A día de hoy, franceses, británicos y soviéticos, con distinta fortuna, han osado desafiar al Reichsmarschall. Meyer es un nombre típicamente judío.
Finalmente, durante la noche de ayer a hoy los bombarderos alcanzaron las proximidades de Berlín. La defensa antiaérea alemana quedó un tanto sorprendida de recibir una visita desde el este y al principio pensó que se trataba de aviones de la Luftwaffe, pero no tardó en reaccionar y aplicar un severo correctivo a los pilotos de Stalin. Al final, dos bombarderos fueron derribados, dos no encontraron su objetivo y el quinto arrojó sus bombas sobre las afueras de la ciudad.
Un bombardero Petlyakov Pe-8 despega rumbo a Berlín.
Tras este evidente fracaso, Stalin no se ha querido dar por vencido y hoy mismo ha ordenado volver a bombardear la capital del Reich. En esta ocasión, la Fuerza Aérea Roja ha reunido a 14 bombarderos cuatrimotor Petlyakov Pe-8 modificados con motores diésel para aumentar su alcance y los ha enviado de nuevo hacia Berlín desde la isla báltica de Oesel. Poco después de la medianoche los bombarderos han alcanzado su objetivo, sobre el que han arrojado 72 bombas de 100 kilogramos y 2.500 panfletos que han causado menos daño en la ciudad que las picaduras de los mosquitos del río Spree. Un bombardero ha sido derribado y otro dañado; el resto ha logrado regresar a sus bases sano y salvo.
Tod dem Bolschewismus!
Es lebe Deutschland!
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