UNIVERSIDAD SUBVERSIVA
El 1 de Julio del presente año, en su página editorial, La Nación publicó un escrito donde informaba que la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata agasajó a la presidente de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, con el premio Rodolfo Walsh en la categoría Comunicación y Derechos Humanos.
El escrito dice, más adelante, que las circunstancias no pudieron ser más inoportunas. También comenta que Patricia Walsh, hija del “escritor desaparecido” durante la dictadura, se mostró indignada. Casi al final del escrito anuncia que este premio, como el otorgado a Chávez en otra oportunidad, constituyen una ofensa al medio académico y una provocación a la cada vez más debilitada “democracia republicana”, que se reconstituyó en 1983.
Aparte de las falacias que contiene lo transcripto de la editorial de La Nación, lo cual analizaremos más adelante, nos ocuparemos previamente de esta Universidad que se dedica a otorgar premios detestables a personajes también detestables.
No nos debería extrañar que una universidad kirchnerista proceda subversivamente al igual que sus patrones. No nos cabe la menor duda que esta universidad está ideologizada perversamente como todos los organismos que conforman este desgobierno. Por esta razón, la ideología reinante en esta universidad sirve para crear premios honrando a un asesino serial, tal cual lo calificó al subversivo Rodolfo Walsh un periodista de renombre.
Volviendo a la editorial de La Nación, donde, en parte, dice que las circunstancias no podrían haber sido más inoportunas al otorgar, en este momento, el premio Rodolfo Walsh a Hebe de Bonafini. Estimamos que La Nación considera inoportuno el momento debido al descubrimiento de la estafa producida al estado nacional por el dúo Schoklender-Bonafini. Es decir, según interpretamos, si el premio hubiera sido entregado en otro momento, este sería oportuno. En alguna medida, según nuestra interpretación, La Nación considera que un premio para la Bonafini es merecible, venga de quien venga.
Más adelante, el editorial de La Nación se refiere al criminal Rodolfo Walsh como el escritor desaparecido durante la dictadura. Esto no es así, y La Nación lo oculta a sabiendas; el criminal Rodolfo Walsh no era un simple escritor dado que fue junto a Verbitsky, los que estaban en logística en montoneros, y eran los que determinaban los blancos que iban a ser atacados. Además, supuestamente, miente, pues Walsh no desapareció durante la dictadura, sino que fue muerto en un enfrentamiento con las fuerzas que combatieron a la subversión.
Al final del editorial se menciona que este premio, como el otorgado a Chávez, constituye una ofensa al medio académico y una provocación a la cada vez más debilitada democracia republicana que se reconstituyó en 1983. Entendemos que La Nación considera una ofensa a los medios académicos por ser quienes son los destinatarios de estos premios, es decir, por ser Bonafini y Chávez los destinatarios. Nosotros pensamos que no solo los destinatarios del premio, sino también el titular del mismo ofenden, no a los medios académicos, sino ala Patria, pues tanto el titular del premio como la destinataria del mismo forman parte de la subversión apátrida. También se equivoca La Nación cuando se refiere al actual desgobierno como una democracia republicana, pues aquél no es esto último, sino que es una tiranía marxista.
De todas maneras, consideramos que destinar un premio llamado Rodolfo Walsh a una destinataria llamada Hebe de Bonafini es coherente, dada la calidad detestable de estos dos personajes. Dice el editorial que el mencionado premio está en la categoría de Comunicación y Derechos Humanos.
Es insólito que el mencionado premio esté en categoría de Derechos Humanos, dado que el titular del mismo, Rodolfo Walsh, es uno de los máximos criminales de la historia nacional. Pero esto también resulta coherente, dado que esta universidad forma parte y responde al montonerismo gobernante.
Guillermo Díaz Aguirre
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