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miércoles, 25 de abril de 2012

"NOTICIAS DE LA GUERRA"...Asalto y copamiento a la localidad de la Calera...


        El “COPAMIENTO Y ASALTO” a la localidad de La Calera, uno de los primeros golpes maestros de las organización “montoneros”, adquirió una característica poco común al no tener antecedentes registrados ,de esa características en el país. Se produjo en horas de la mañana, bien temprano, en esa localidad distante unos 23 kilómetros de la ciudad de Córdoba y cuyo saldo culminó, entre otras cosas, con la captura de algunos integrantes de la organización subversiva “MONTONEROS”.
        A partir del momento en que se produjo la primera detención, toda la policía provincial y las fuerzas militares del ejército que prestaron su colaboración, lograron cercar al grupo que realizó esa acción de comando, y las investigaciones y los rápidos procedimientos efectuados permitieron realizar las detenciones logrando aclarar la actividad, los objetivos de los componentes del movimiento y la totalidad de sus integrantes.
        Durante la acción en La Calera los delincuentes lograron apoderarse de varios millones de pesos, cuya cifra exacta no se pudo determinar inicialmente ya que según el Ministerio del Interior, la estableció en diez millones de pesos, y las de fuentes bancarias, aseguran que sólo fueron cuatro millones. Además, fueron sustraídas estampillas postales de la sucursal de correos y quedaron cortadas las líneas telefónicas entre La Calera y Córdoba por varias horas, a raíz de la misma acción.
        Lo hasta aquí expresado, constituye una muy estrecha síntesis de lo ocurrido. El relato que se detalla a continuación, condensa todos los detalles de este importante acontecimiento.


    LOS SUCESOS.

        Era una mañana extremadamente fría - 1 de julio de 1970-, lo que determinó que las actividades de la ciudad y de las localidades serranas se iniciaran con cierto retraso. En la sucursal del banco de la Provincia de Córdoba, instalado en La Calera se cumplió, como de costumbre, el horario de apertura.
        Eran las 07.30. En ese mismo instantes comenz6 la operación de comando minuciosamente preparada, sin dudas en sus detalles más insignificantes. A esa hora aparecieron frente a la Subcomisaría de esa localidad unas 15 personas -entre las que se hallaban algunas mujeres ocupando varios automóviles, uno de ellos marca Torino, con baliza giratoria en el techo, al estilo de los que usa la policía; un Fiat 1500 chapa C 228028 de la capital federal y una pick-up Chevrolet con chapa de Córdoba.
        Cinco o más integrantes del grupo entraron resueltos en la comisaría, donde en esos instantes se hallaban un oficial y un agente. Tres delincuentes vestían uniformes de policía con el grado de oficial ayudante, de sargento primero y de cabo. Los otros dos, una pareja, habían penetrado previamente en el local para formular una denuncia común que ocupó la atención del agente Ramón Salvatierra, a cargo del local policial, donde también se hallaba el oficial ayudante Antonio Djanikián.
        Después de amenazar a ambos con armas de fuego, los obligaron a cantar la marcha "Los Muchachos Peronistas". No conformes con ello, comenzaron a destruir libros y expedientes y pintaron en paredes y escribieron en la máquina de la oficina "GRUPO MONTONEROS -PERON O MUERTE - EVA PERON". A la misma hora, otros tres sujetos cortaron las líneas telefónicas entre La Calera y Córdoba.


EL ASALTO A LA CENTRAL TELEFÓNICA.

        Tras reducir a todo el personal de la Subcomisaria y encerarlos en una de las piezas de la misma, se produjo el ataque a la central telefónica, ubicada en la calle San Martín 851, en cuyo interior se encontraban la señora Blanca de Falavigna y el guardahilos Antonio Juárez.
        En ese lugar Irrumpieron dos personas que llevaban brazaletes azules y blancos, se identificaron como "Montoneros" y empuñaban pistolas de grueso calibre. Pasaron al interior, donde inutilizaron el equipo telefónico, con lo cual la localidad quedó aislada tele- fónicamente tanto en lo que respecta a las comunicaciones locales como a las de larga distancia.
        La señora de Falavigna dijo que evidente los asaltantes no eran personas técnicas, pues para inutilizar el equipo cortaron cables y rompieron innecesariamente varios muebles para lograr su objetivo, que hubieran podido conseguir de más sencilla manera.


    ASALTO AL BANCO.

        El factor sorpresa y la incomunicación facilitarían las otras partes del plan, que comenzaron cinco minutos después es decir alas 07,45 con el asalto al banco de la provincia y a la sucursal de Correos y Telecomunicaciones.
        En la primera dependencia se hallaban el gerente. Miguel Broca, y 14 empleados, los que fueron reducidos mediante el empleo de armas de fuego. Aquí los delincuentes, que eran unos , 8 ó 9 del total de 15 que habían llegado a La Calera. comenzaron la operación chocan- do con su vehículo al Jeep de la policía que se hallaba estacionado frente a la entidad de crédito . .Al sentir el impacto descendieron el subcomisario Eustaquio Tomás Larraona y el agente Miguel Moyano.
        El primero declaró que, con motivo del asalto cometido en diciembre del año anterior por una gavilla de pistoleros, desde entonces un Jeep de la repartición mantiene una discreta vigilancia de la sucursal bancaria.
        En esos momentos, el vehículo que estaba estacionado en la calle 25 de Mayo casi esquina San Martín, advirtió cómo una pick-cap chevrolet con las luces encendidas, se acercaba a cierta velocidad hasta chocarlos desde atrás . Eso determino que se le cayera al Subcomisario Larraona la pistola ametralladora que tenía sobre sus piernas.
        Al principio el policía creyó que se trataba de un accidente, pero cuando los malhechores lo obligaron a descender del vehículo amenazándolos con armas largas, comprendieron en la situación en que se hallaban.
        Luego, como obedeciendo a una consigna, fueron interrogados sobre su filiación política, informándoseles que las personas que los atacaban eran peronistas. También dijo que al reponerse de la sorpresa producida a por el choque advirtió que alrededor de nueve personas rodeaban el rodado policial y en el grupo se encontraba una mujer rubia que, al parecer. se comunicaba con otros grupos utilizando un intercomunicador portátil.
        La operación, para ese entonces, tenia ya las formas de un ataque total a la localidad. con la ocupación de sus principales oficinas de seguridad y establecimientos público.
        Durante veinte minutos los asaltantes se dedicaron a revisar todos los cajones y cajas de seguridad del banco hasta retirar todo el efectivo disponible que se calculaba en cuatro millones de pesos.
        Mientras estos sucesos se desarrollaban, los que parecían ser lideres de los grupos participantes se comunicaban entre sí por medio de aparatos trasmisores portátiles, como los utilizados por la policía y que tienen ; la característica V.H.F.
        A la misma hora, es decir a las0 7.45, otro grupo penetró en la sucursal de correos, pero allí sólo había unos pocos pesos y estampillas y optaron por llevarse los sellos.


    UN AGENTE HERIDO.

        A las 7.42, el agente Manuel Argüello, que ya en el atraco de diciembre de 1969 había sido herido de bala en un hombro, regresaba a la localidad de La Calera en un vehículo de la repartición, tras haber realizado diligencias vinculadas con las tareas que desempeña. Ajeno totalmente a la situación que imperaba en la población, tomó por la avenida San Martín y, sorpresivamente, se dio con el grupo subversivo. Uno de los integrantes, que portaba una metralleta, le efectuó varios disparos, tres de los cuales hicieron impacto, uno en la cabeza v dos en el hombro, al parecer, todos ellos de poca gravedad.



    UNA BOMBA SIMULADA.
        Cuando el grupo se retiró del banco, dejó en la esquina un enorme paquete con la inscripción "peligro-explosivo", arrojando muchos clavos de los denominados "miguelitos" a la calle. Sin embargo, el paquete sólo tenia en su interior un grabador que, al ser puesto en marcha dejó oír una canción peronista.
        Toda la operación había durado 40 minutos. La población de La Calera despertaba cuando todo estaba consumado.


    EL EJERCITO ENTRA EN ACCIÓN.

        Repuestas las víctimas de la primera impresión, se inició la persecución. El ejército, por intermedio de la Cuarta Brigada de Infantería Aerotrasportada tendría activa participación. Inmediatamente después intervendría también el grueso de la policía de la provincia que efectuó una de las movilizaciones mas importantes de esos últimos tiempos.
        Después de la dramática situación vivida y ante la imposibilidad de realizar comunicaciones telefónicas un policía de La Calera, que se encontraba herido, pero de poca consideración, se trasladó en un automóvil hasta la sede del comando del Cuerpo de Ejército. distante pocos kilómetros, cuyo titular, el General Eliodoro Sánchez Lahoz fue informado de lo ocurrido. Al tener la información, el nombrado jefe dispuso urgentes "medidas y alertó a los efectivos de la Brigada de Infantería Aerotransportada, una :parte de los cuales -a cuyo frente se puso su propio comandante, general Jorge Raúl Carcagno- fue trasladada en vehículos, militares hacia La Calera y rutas próximas.
        Esta operación, que empezó a controlar a todos los vehículos que se desplazaban por el camino que conduce desde La Calera a Córdoba y a localidades vecinas, permitió detener uno de los vehículos utilizados por los asaltantes. Otros efectivos de la misma brigada tomaron ubicación en distintos lugares de La Calera.

    PROCEDIMIENTO ESPECTACULAR Y PRIMERAS CAPTURAS.
        Al término de la acción de los asaltantes y cuando ya los vehículos se habían alejado de 1a. localidad, algunos de ellos con rumbo a Villa Allende, el señor Federico Schnorr, que había advertido la última parte de la acción de los delincuentes, se unió al policía L. Ambrosio, que se disponía a viajar a Córdoba en ómnibus para tomar servicio. Estas dos personas lograron una camioneta facilitada por una empresa de la localidad e iniciaron la persecución de los prófugos hacia Villa Allende, pasando por Saldán.
        Al llegar a Villa Rivera Indarte , en el desvío que conduce a Villa Allende por el lugar denominado Cerro San Alfonso, advirtieron la presencia de un automóvil marca Rambler, que había sido sustraído durante el asalto al suboficial principal Silvio Crisóstomo del Castillo, que presta servicios en la guarnición Córdoba. El Rambler estaba detenido en la banquina, lo que lo hacía sospechoso. Por ello detuvieron la camioneta y el señor Schnorr y el agente Ambrosio descendieron mientras preguntaban si iban bien por el camino a Villa Allende. En esas circunstancias Luis Arturo Lazada -que más tarde fue identificado como uno de los autores del robo del Rambler- dejó a la vista, al levantar el brazo, una pistola, y ello fue suficiente para que el agente Ambrosio lo encañonara con su arma.
        Los ocupantes del Rambler intentaron resistir, pero el representante del orden fue más rápido e hirió en el cuerpo a Lozada y con otro disparo al otro asaltante, cuyo nombre no se conoce. Lozada fue llevado a la subcomisaria de La Calera, donde se comprobó que su lesión no revestía importancia, pues la bala dio en una costilla y se desvió, sin interesar órganos vitales. Al ser trasladado a la ciudad de Córdoba lo hizo a los gritos de “viva Perón".


    ALLANAMIENTO Y UNA DETENCIÓN.

        La noticia de la toma y ocupación de La Calera cundió en los medios oficiales y privados con rapidez. Las autoridades provinciales se interesaron por conocer detalles de los hechos. El Ministro de Gobierno estuvo permanentemente informado de . la situación y a partir de las 11.00 hs. cuando efectivos del ejército aún continuaban vigilando las rutas , y la policía despachó muchas “brigadas” para allanar domicilios en los barrios y en la zona céntricas
        Hasta las 13.30 se habían efectuado 12 procedimientos y el personal de investigaciones se preparaba para realizar otros. Según informaciones extraoficiales, habría seis personas detenidas, tres en la jefatura de policía y otras tantas en el Hospital San Roque. Otras dos habrían sido detenidas en el interior de la provincia, una en Río Cevallos y otra en La Calera, esto ultimo sin confirmación oficial.
        El procedimiento más importante se realizó a las 13.15 en el barrio Los Naranjos al ser localizada una vivienda que se suponía se utilizaba como "aguantadero" en las actividades del grupo subversivo. La casa estaba a situada en la esquina de las calles A y 13, hasta donde llegó a una numerosa comisión policial que, sin más trámite, penetró resueltamente en la vivienda. Se entabló en esas circunstancias un recio tiroteo, logrando finalmente la detención de a los tres personas que se encontraban en el lugar.
        Una de ellas, Ignacio Vélez, que resultó herido de gravedad al pretender d huir en una camioneta, a cuyo conductor obligo a dejarle el volante. La policía advirtió la maniobra y disparó una ráfaga de ametralladora que alcanzó a Vélez en el cuerpo; el conductor del rodado resultó ileso. También fue detenida Crístína Liprandi Sosa de Vélez y Juan Carlos Sorati Martínez, este último estudiante de la Universidad Católica. El procedimiento fue realmente espectacular ya los detenidos en esta oportunidad se les asignaba gran importancia por la participación que habrían tenido en los hechos y por su vinculación con los comando que en nombre del ex dictador estaban actuando en el país.


    LISTA DE DETENIDOS, HERIDOS Y MUERTO.

        En relación con estos sucesos fueron detenidas las siguientes personas: José María Breganti, Felipe Nicolás Defrancesco, Luis Lozada, Ignacio Vélez, Cristina Liprandi de Velez, Emilio Maza, Juan Carlos Sorati Martínez, Heber AIbornoz y José Antonio Fierro,
        De los 9 detenidos solamente se hallaban heridos Luis Lozada, levemente, Ignacio Vélez y Emilio Maza que falleció un a semana después, quien había participado en el secuestro y asesinato del Grl P.E. Aramburu.



    HALLARON MUCHAS ARMAS.

        En medios policiales se informó que, cuando fueron detenidos Lozada y Fierro, ambos por los agentes Ambrosio y Andrés Pérez, que los interceptaron cuando un automóvil Rambler estaba detenido en las cercanías del camino a San Alfonso, se les encontró en dos bolsas que portaban 4 pistolas y revólveres de distintos calibres y muchos proyectiles para dichas armas.
        Además, tenían en su poder de 12 a 15 granadas de mano, 2 trasmisores de radio y uniformes del ejército. El detenido Fierro, según esas mismas fuentes, habría confesado pertenecer a un comando del que no conoce su nombre, porque los contactos se realizan por simple mención de apelativos.
        Posteriormente se realizó otro procedimiento en el domicilio de Fierro, en General Bustos 524, hallándose 20 cartuchos de gelinita, 10 metros de mecha y fulminantes, además de una pala de las utilizadas en el ejército.


    CONSIDERACIONES FINALES.

        El caso de copamiento de localidades, conformaba para las organizaciones revolucionarias un objetivo de suma importancia, al demostrar el poder de bloquear con una fuerza material y sicológica el espíritu natural de convivencia de un sector de la población , es este caso, la afectada por la acción, proyectando su influencia sobre sus alrededores...
        De esta forma, por métodos persuasivos y por la violencia pretendían demostrar su amplio poder para llegar a paralizar la estructura política, administrativa y legal de un sector humano, al cual pasaban a dominar transitoriamente.
        Al mismo tiempo demostrar que su poder humano estaba en condiciones de desarrollar una fuerza capaz de superar las contingencias naturales publicas y sociales aunque mas no sea por un período reducido de tiempo, pero con un gran significado moral y material.
        Los objetivos afectados u ocupados no eran simples dependencias u organismos de escaso valor poblacional, conformaban el núcleo central del funcionamiento orgánico y funcional, detrás del cual, se articulaba toda la estructura de la población..(Policía, bancos, correos, hospitales, colegios, fabricas, etc.).
        Sorpresa, dominio, ocupación material, control y cierre de accesos e ingresos, robo de armamento y dinero, acción sicológica a través de panfletos escrituras y pintadas, son entre otros, los métodos empleados en las operaciones, cuando no el secuestro y o la muerte si fuera necesario.
        No ocultaban su procedencia ni buscaban mantener un natural grado de clandestinidad, como tampoco de gran permanencia en cuanto al tiempo de acción, por el contrario su manifestaciones siempre fueron claras y concretas y sobretodo sumamente rápidas, demostrando sus verdaderas intenciones políticas e ideológicas.





 "NOTICIAS DE LA GUERRA"...Asalto y copamiento a la localidad de la Calera...Por La Verdad Histórica...Publicado y comentado por Miguel...
http://porlamemoria-miguel.blogspot.com

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