DECLARACIÓN
DE MABY PICÓN DE VIOLA, VIUDA DEL MY. HUMBERTO VIOLA Y MADRE DE
CRISTINITA VIOLA, AMBOS ASESINADOS POR EL ERP...
Tengo la
absoluta seguridad que aún hoy, todos los argentinos de bien, tienen
grabado en su memoria el horroroso atentado ejecutado por integrantes
del ejército revolucionario del pueblo, llamados actualmente “jóvenes
idealistas”.
Las
fotografías y crónicas de los diarios y revistas publicados en aquel 1°
de diciembre de 1974 y en días posteriores, son los silenciosos testigos
del repudio, reprobación y condena de toda la sociedad argentina a tan
incalificable crimen cometido por las hordas terroristas de la guerra
revolucionaria. La multitud que me acompañó a mí y al resto de mi
familia, en aquel entonces, son la muestra más contundente del sentir de
un pueblo que se encontraba oprimido por el terror que esos
delincuentes sembraban en las calles, asesinando, sin discriminación
alguna, a niños, mujeres, sacerdotes, científicos … civiles de todas las
edades y clases sociales. No fueron, únicamente, como pretenden hacer
creer, que sólo militares o policías cayeron bajo las bombas y balas del
accionar del marxismo.
A partir
de allí, cada 1° de diciembre, me acompañaron en la recordación de mis
queridos muertos, no sólo los camaradas de armas de Humberto, sino
también numerosos amigos y otros que, sin serlo, se solidarizaron y me
contuvieron en mi lacerante dolor. El viejo Ejército se hizo presente en
cada oportunidad, con capellán militar, guardia de honor, ofrenda y
trompeta de silencio.
Así hasta
hace algunos años atrás, cuando el gobierno protector de los “jóvenes
idealistas”, ordenó a los cobardes integrantes del nuevo ejército a
bajar cuadros y humillarse, prohibió a los integrantes de las tres
fuerzas armadas – con amenazas de sanciones y arrestos – a vestir
uniforme en la concurrencia a los actos, hasta llegar al extremo de
impedir – so pena de darles de baja – la asistencia a los mismos.
También
en la sociedad se fueron produciendo cambios generacionales. Los jóvenes
adultos de hoy, niños apenas, en aquella tenebrosa década del 70,
crecieron conociendo, primero, una verdad a medias para, finalmente en
los últimos seis o siete años, sufrir de manera compulsiva el cuento de
una historia sesgada, distorsionada, perversa sobre la verdad de los
acontecimientos y sucesos vividos por el país. Qué decir de aquellos
jóvenes que nacieron muchos años después de la época de plomo.
Y también
mi país, mi querida Argentina, esta noble nación cuya tierra fue regada
con la sangre de tantos inocentes desde el comienzo de su historia …
cambió.
Hoy el
odio, el rencor, el deseo de venganza, la corrupción, la injusticia, la
inseguridad, han dividido a los argentinos. Los ha enfrentado
nuevamente. No ya en una guerra revolucionaria con las armas, sino en la
peor de las guerras revolucionarias, la que se lleva a cabo desde el
poder.
Los que
me conocen, saben, ciertamente, de mis sentimientos hacia toda esta
situación. Saben de mis profundas convicciones cristianas, por una
Argentina en Paz, sin rencores, pero con Justicia para todos.
Estoy
convencida de que si cada uno de los argentinos pusiera una mínima parte
de voluntad para perdonar, todo sería distinto. Yo ya lo hice. Perdoné a
los asesinos de Humberto y Cristinita.
Esta
convicción y razones estrictamente personales me llevaron a tomar la
decisión de que a partir de este año – y hasta que Argentina no se
encuentre pacificada y los argentinos estemos en Paz con Dios y nosotros
mismos – no realizaré ningún acto público de homenaje ni recordación a
Humberto y Maria Cristina. Lo haré, sí, en la intimidad de mi dolor y mi
silencio. Es mi pequeño aporte hacia un país diferente. Un país que
comprenda que solo con el perdón y la Paz encontraremos el desarrollo
humano y social que hoy carece. Pero que no se entienda que esta
decisión significa mi claudicación a la lucha jurídica en la búsqueda de
una VERDAD HISTÓRICA, por una MEMORIA COMPLETA y de JUSTICIA PARA
TODOS.
Pido a
aquellos que siempre me acompañaron con su presencia y también a los que
lo hicieron espiritualmente, y que el próximo 1° de diciembre deseen
rendir su homenaje, que simplemente tengan presente en sus oraciones a
mis dos seres queridos.
A la
prensa en general le digo, con todo el respeto que merece, que no
otorgaré entrevistas ni diálogos de ningún tipo. Sepan, los medios,
disculparme.
Afectuosamente.
María Cristina Picón
CELTYV
¡CELTYV por y para las Víctimas!
"NOTICIAS DE LA GUERRA: Ayer, Hoy y Mañana"...Asesinato de Cristina Viola y su padre, el Mayor Humberto Viola a manos del ERP...A manos de los asesinos de niños, de los asesinos de la poblaciòn civil, a manos de los asesinos de hombres valientes de todas las fuerzas, a manos de los asesinos terroristas que vos ya conocés...Por la Verdad Histórica...Comentado y publicado por Miguel...
http://porlamemoria-miguel.blogspot.com
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