Revista Para Ti: Entrevista a Lorenza Ferrari, madre de Laura Ferrari, asesinada por terroristas Montoneros
“Siento que a mi hija la matan todos los días “
Lorenza Ferrari recuerda a Laura, su hija muerta en un atentado. Hoy, 35 años después, dedica su vida a cuidar a su hijo discapacitado y a reclamar los derechos de lesa humanidad que el Estado no le ha reconocido por la muerte de su hija. En esta nota nos cuenta su historia.
Aquel
8 de septiembre de 1975 nunca lo voy a borrar de mi memoria”, cuenta
la italiana Lorenza Ferrari (81), mientras mira el anillo que tiene en
el dedo anular con la imagen de su hija Laura, que murió aquel día en
un atentado perpetrado por la organización Montoneros durante el
gobierno de Isabel Perón.
“Ella
había ido durante la mañana a rendir un exámen y mientras esperaba el
resultado con tres compañeros en un auto estacionado en la puerta de la
Universidad de Belgrano, estalló un coche bomba que estaba parado en
la mano de enfrente. Estuvo cuatro horas en el quirófano con la
cabecita abierta, pero finalmente murió. Afortunadamente el resto de
los chicos se salvó, aunque no quedaron muy bien emocionalmente”, expresa sin poder contener la emoción en su voz quebrada.
Hace
unos días el diario La Nación publicó una carta de lectores escrita
por Ana María (58) recordando el trágico final de su prima Laura y
homenajeando el estoicismo frente al dolor de su tía “Renza”(así llaman
todos a Lorenza). Para Ti la buscó y llegó hasta su casa, donde Renza
se dedica a cuidar con total dedicación a Abel (54) su hijo
discapacitado, sin abandonar la lucha por el reconocimiento de las víctimas de la subversión durante la dictadura.
¿Por qué cree que mataron a su hija?
Es
que no pusieron la bomba para matar a Laura. Este atentado fue
terrorismo puro con el único fin de sembrar pánico en la sociedad para
ganar poder.
¿Quién le avisó lo que le había pasado a su hija?
Una
de sus compañeras. Me dijo que habían puesto una bomba en la facultad,
pero que no me asustara porque solamente tenía lastimada una pierna.
La llevaron al Hospital Militar, donde intentaron salvarla, pero no
hubo caso. Me la entregaron en un cajón.
¿En ese momento era conciente de que Laura había sido víctima de un atentado?
Claro
que sabía que había sido un acto terrorista. Lo veía en las noticias,
pero nunca me había tocado de cerca. Si bien había grupos enfrentados,
eso no justificaba que pusieran bombas en jardines, escuelas y plazas,
donde había chicos que no tenían nada que ver con la cuestión política.
Antes de que pasara lo de Laura, ¿en su familia tenían miedo de ser víctimas de atentados?
No,
todos los días escuchábamos que los montoneros amenazaban con poner
bombas, pero nunca nos había tocado de cerca. Con mi marido le decíamos a
Laura que tuviera cuidado y ella nos contestaba: “No puede haber gente
tan mala que le haga daño a los inocentes”.
¿Su hija formaba parte de algún grupo político?
No, para nada. ¡Ni siquiera le dieron tiempo de tener una idea política porque la mataron a los 18 años!
De hecho había suplicado ir a una universidad privada porque la del
Estado estaba muy politizada, llena de afiches de Montoneros y del ERP
(Ejército Revolucionario del Pueblo). Ella estudiaba Ciencias
Económicas, quería seguir lo mismo que yo. A mí me faltó un año para
recibirme, pero era la época de la guerra en Italia, todo era muy duro y
lamentablemente tuve que dejar. Al poco tiempo vine de paseo a la
Argentina, conocí a mi marido y me quedé. Así que viví dos guerras, una
en Italia y la otra acá.
Después de la muerte de su hija, ¿se hizo de algún partido político?
No,
no. Mi cabeza no daba para tanto. Lo único que hacía era ir a las
misas para los familiares de las víctimas de la subversión. Hoy estoy
disponible para hablar de Laura y contar nuestra verdad, ¡hasta al
diablo le hablaría! Pero yo nunca dejé de ir a la iglesia de enfrente
de casa, porque iba a rezar por mi hija.
¿En qué se refugió cuando pasó lo de Laura?
Te
confieso que al principio me quería morir. Pero después miré a mi
alrededor: tenía un hijo discapacitado que me necesitaba y mi marido que
ya empezaba a sentirse mal (tuvo una severa diabetes que desembocó en
diversas complicaciones) y finalmente murió del dolor por la pérdida de
Laura. En aquel momento reaccioné y saque fuerzas para seguir
viviendo. Hoy mi vida está dedicada a mi hijo y al recuerdo de Laura.
¿Abel se dio cuenta de lo que le pasó a su hermana?
Si
por supuesto. Todavía recuerdo el grito que dio en el entierro.
Siempre besa las fotos de su hermana y el anillo que llevo puesto con su
imagen. No tenemos un diagnóstico certero sobre su discapacidad, pero
aunque tiene un déficit mental y respiratorio importante, entiende todo
lo que pasa. A veces, cuando queremos pedir algo, nos tomamos de la
mano y miramos al cielo para pedirle ayuda a Laura. Sé que en el
velatorio de mi hija hubo quienes pudieron haber pensado por qué no se
había muerto Abel en lugar de ella…pero a mí jamás se me cruzó ese
pensamiento por la cabeza.
¿Cómo recuerda a Laura ?
Como
una chica feliz, con mucho carácter, generosa, sencilla y estudiosa.
Era el centro de atención porque era hermosa tanto por dentro como por
fuera. ¡La querían todos, tenía muchos amigos y un noviecito divino!
Antes vivíamos en una casa enorme en Liniers donde siempre había mucha
gente, pero con la muerte de Laura la casa perdió vida y nos quedaba muy
grande, así que nos mudamos a este departamento.
¿Los amigos y el novio de Laura siguieron en contacto con usted después de su muerte?
Sí,
todos fueron haciendo sus vidas y no puedo pretender que sigan todo el
tiempo a mi lado. Pero cuando los necesito están, y eso es muy
importante. Hoy en día el único que está siempre conmigo es mi hijo y
las enfermeras que lo cuidan. Todos los días convivo con el gran dolor
de saber que muchos chicos murieron inocentemente como Laura, y al no
reconocerlos como víctimas del terrorismo es como si los enterraran una y
otra vez. Siento que a mi hija la matan todos los días.
¿Qué tendría que pasar para que se hiciera justicia?
Reconocer
a los culpables: que las víctimas del terrorismo también sean
reconocidas en la historia y que nos den una indemnización económica.
Es
lo que necesito para dejarle a Abel cuando yo no esté porque el
atentado lo dejó sin la posibilidad de que su hermana lo cuide. El
Estado discriminó entre dos clases de víctimas y sólo las familias de
los asesinados por los militares tienen derechos. Nadie hizo ni hace
nada para investigar quiénes fueron los responsables de la muerte de mi
hija.
¿Tiene nombres concretos?
Todos
sabemos quienes fueron Montoneros...pero yo no sé quiénes fueron
culpables de la muerte de mi hija, porque la justicia, en los 35 años
que pasaron, no investigó.
¿Qué haría sí supiera quiénes fueron los que pusieron la bomba que mató a su hija?
No
sé como reaccionaría, pero para mí sería una tranquilidad y lucharía
para que tuviesen su castigo. Quisiera que la Justicia fuera para todos
por igual, tanto para los militares que fueron genocidas como para los
terroristas que mataron a personas inocentes. Me hace mal saber que
tiraron personas con vida al río y también me hace mal saber que el que
puso la bomba que mató a Laura está libre y sin culpa.
¿Hay en usted sed de venganza?
No,
eso me convertiría en alguien peor que ellos. La única satisfacción
que anhelo es verlos presos. Y eso no es buscar venganza ni hacer
política: es exigir justicia. Siento que tengo una deuda con Laura y es
hacer saber la verdad. Las víctimas como ella tienen que ser
reconocidas. Y aunque yo no viva para verlo, otras personas van a
seguir luchando por mi causa.
En los malos momentos ¿Se apoya en la Fe?
Tengo
un cierto enojo con Dios y a veces se lo comento a los curas. Tengo fe
en algo porque si no estaría perdida, pero todavía no entiendo la
justicia de Dios, y no lo digo solamente por lo que le pasó a Laura.
Creo que mi hija está en el Cielo.
¿Habla con Laura?
Todos
los días me acuerdo de ella y le hablo. Le pido que me ayude. Lo hago
para buscar cierta tranquilidad. Muchas veces me escondo de Abel en
algún rincón y lloro, pero él se da cuenta de todo...
¿Qué recuerdo guarda de su hija?
Lo único que me quedó es un payaso de juguete de cuando era chica. Después, nada. Ni siquiera tengo muchas fotos.
¿Como se imagina que sería Laura hoy?
¡Podría
haber sido una buena ministra de economía! Era inteligentísima y le
encantaba estudiar. Me quitaron la posibilidad de verla casarse y tener
hijos: me la arrancaron por completo. Pero lo que más me duele es no
tenerla hoy a mi lado. La necesito, y su hermano también. Me pongo a
pensar qué va a ser de mi hijo si yo me muero: él no puede estar solo.
¿Puede ser feliz a pesar de los malos momentos?
No...Feliz
no, pero tampoco puedo darle una vida triste a Abel. Soy feliz cuando
lo veo sonreír. No puedo aceptar mi destino, pero no hay otra salida.
¿Pensó alguna vez en volver a formar pareja?
Nunca.
Mi marido se murió muy deteriorado, aguantó todo tipo de dolores,
había enviudado antes de conocerme, se le murió una hija que tuvo con
su ex-mujer, después nació nuestro hijo con discapacidad y la muerte de
Laura fue el golpe final.
Por eso fue otra víctima del terrorismo. Era un roble, tenía una fuerza admirable, pero su cuerpo no aguantó más.
¿Ahora ocupa su tiempo con alguna actividad?
Había
retomado mis clases de inglés, pero tuve que dejar porque la
enfermedad de Abel empeoró y hace un año que no va más al colegio
especial adonde iba, así que está todo el día en casa.
¿Siempre supo que era una mujer fuerte?
Creo
que sí, porque siempre me gustó muchísimo luchar y esforzarme para
conseguir lo que quería. Pero a veces, cuando me siento cansada, me
pregunto cómo puede ser posible todo lo que me pasó...lo único que me
queda es luchar para conseguir justicia por mi hija.
La entrevista fue publicada en la Edición 4626 de revista Para Ti
Entrevistó Agustina D´Andraia
Gran trabajo tu blog. Felicitaciones.
ResponderEliminarGracias amigo...Es por la Verdad Histórica...un abrazo...
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