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viernes, 8 de marzo de 2013

"CECILIA PANDO - JUICIO ORAL - OBEDIENCIA DEBIDA "...Ahora vas entendiendo cuando decimos: "LA GUERRA CONTINÚA"...


Condenaron a Cecilia Pando...

 


Una mujer menuda está en el banquillo de los acusados. Está nerviosa. Hace muchos años, en 2009, un funcionario de derechos humanos de la Ciudad de Buenos la denunció por pintar crespones negros con la inscripción Víctimas del Terrorismo, en la Plaza de Mayo.
Recuerdo aquellos años. Fui testigo. Los martes Afyappa pintaba Víctimas del Terrorismo, y los jueves las Madres de Plaza de Mayo le pintaban arriba un pañuelo blanco.
Todos los alrededores de la Pirámide de Mayo estaban repletos de pintadas: “Iglesia basura”. “Los pibes del Casino presentes”.
Carlos Charly Pisoni, por entonces funcionario de derechos humanos de la Legislatura, un militante de la agrupación Hijos, hijo de dos miembros de la banda terrorista Montoneros y ambos desaparecidos, hizo la denuncia que culminó con estas dos jornadas de juicio oral.
En la primera audiencia, la Fiscal admitió que por más que lo intentó, no había podido dar con Pisoni. Raro, dado que es público que el militante kirchnerista trabaja de “ehhhh, bueno, ehhhh, trabajo en el espacio de la memoria en la Ex Esma” según lo que declaró hoy en la segunda jornada del juicio.
En el juicio por “PINTADAS”, desfilaron peritos de la Policía Federal, ingenieros especialista en removedores de pinturas, asistente social y por fin el denunciante, que acudió vestido para la ocasión: Con remera naranja de gran inscripción LOS PAÑUELOS NO SE MANCHAN. NI OLVIDO NI PERDÓN… y un pañuelo de Madres de Plaza de Mayo al cuello.
Pisoni no anda así vestido por la vida, sino que se reserva el cotillón para ciertas fiestas.

Pisoni y la Fiscal

El juez, que unos minutos antes recordó a los presentes que debía mantenerse el orden y el decoro y evitar consignas, ni siquiera esbozó un pero. La voz del juez cambió del lunes de la primera audiencia a este jueves de la condena a Cecilia Pando. La presencia de Taty Almeyda quizás. Los varios exaltados que sin llegar a ser una multitud se reunieron amenazantes y merodeaban los pasillos de las oficinas que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tiene en Avenida Coronel Díaz y Beruti. Vaya uno a saber.

Pisoni dijo lo suyo, y se reservó para el final una cita de ex presidente Néstor Kirchner que ni vale la pena mencionar. Dijo que era evidente que la que aparecía pintando la vereda era Cecilia Pando porque tenía unas zapatillas fucsia. Aclaró que nunca había dicho que Cecilia había hecho pintadas sobre los pañuelos blancos que las Madres de Plaza de Mayo tienen allí como Monumento Histórico.
A Pisoni se le preguntó si sabía quién había pintado de rojo las pintadas del grupo de Cecilia Pando. Dijo que no tenía idea. ¿Podrían haber sido las Madres de Plaza de Mayo?, preguntó el Dr. Vigliani, defensor de Cecilia Pando. Pisoni sonrió… y dijo: no creo que señoras de 90 años como las que están hoy presentes aquí, puedan hacer pintadas.
Vigliani se incorporó y le mostró una foto de dos viejitas con pañuelo blanco en las cabezas pintando de rojo las pintadas del grupo de Cecilia. Silencio.

Madres de Plaza de Mayo pintando un Monumento Histórico

Con el juicio, se pretendió intimidar via persecución judicial la militancia de Cecilia Pando. 

Y el juicio dejó en claro varias cosas. Los peritos de la Policía Federal aseguraron que NUNCA en 13 años de carrera habían tenido que cotejar fotos de un archivo de 80.000 imágenes de delincuentes peligrosos por una causa de PINTADAS.
En el juicio se probó que NUNCA CECILIA Y SU GRUPO realizaron pintadas sobre los pañuelos de las Madres de Plaza de Mayo.
Dejó en claro este juicio  que los medio de comunicación, TODOS, aun sabiendo la verdad, la falsean.
En persona hablé con un importante periodista de uno de los más importantes diarios de Argentina. Cuando Cecilia Pando salió de la sala de audiencias para esperar el cuarto intermedio, tuvieron que sacarla por una puerta trasera porque había mucha gente “extraña en los pasillos en actitud sospechosa y violenta”. Entonces tomé el teléfono y le conté al periodista lo que estaba ocurriendo.
Es obvio que los intereses pueden más que la verdad, Clarín incluido.
La fiscal pidió 6 meses de prisión en suspenso para Cecilia Pando por dañar un Monumento Histórico y pidió hacerla participar a Cecilia en un curso de Derechos Humanos del gobierno de la ciudad. El juez casi que le pidió prestada la condena a la Fiscal. Entre bueyes no hay cornadas decía mi abuelita.

Poca gente en la sala. Antes de comenzar, dos Madres de Plaza de Mayo entraron a la sala sin siquiera un buenos días. Reconocí a Taty Almeida… ironías del destino, uno de los hijos de Cecilia Pando cuando la vio entrar le cedió gentilmente su asiento… sin decir gracias las Madres se sentaron justo detrás de Cecilia. “Estar acá con ésta me revuelve las tripas” dijo Taty sin saber, o sabiendo, que estaba sentada gracias al hijo de Cecilia.
En medio de la audiencia, se levantaron y se fueron. El juez tuvo que detener la exposición de la Fiscal. Tampoco reprochó nada el juez… y encima las “viejitas” se fueron como vinieron… sin un: buenos días.
Y por fin alegó Vigliani, defensor de Cecilia, que dijo lo que ni el juez ni la fiscal ni el odio de los que odian y militan en la venganza les gusta escuchar.
Y luego habló Cecilia… con esa contundencia que nosotros le conocemos y que ellos temen. Con la contundencia de la Verdad.


En una pequeña sala de tres por tres estaban los jirones de una Argentina que el Kirchnerismo se ha encargado de desgarrar. Emilio Nani con sus heridas visibles del combate de La Tablada contra los terroristas que en el 89 atentaron contra la Democracia. Algunos de esos terroristas hoy militan junto al denunciante Pisoni. Y estaban las Madres de Plaza de Mayo con su dolor convertido en odio. Y estaba Carlos Pisoni, Víctima de un violencia feroz, de la que sus padres Montoneros desaparecidos, se encargaron de avivar en cierta manera.
Y estaba Cecilia, luchadora incansable y voz inclaudicable de los y de LAS que nunca se animaron y que por lo visto, JAMÁS SE VAN A ANIMAR. 

Cecilia Pando, más sola que nunca, pagando las “pelotas” que los cobardes jamás tendremos.
Y los hijos de Cecilia, buena gente y sin resentimiento, pero sufriendo las heridas de una Argentina que no vivieron pero que le hacen vivir a la fuerza.
La asistente social que el juzgado le envió a Cecilia a su casa comentó algunas cosas que cabe la pena destacar. Cecilia es madre de 7 hijos, todos estudiantes. Vive en una propiedad alquilada con ingresos modestos. Tiene un auto modelo 96.

A ésta mujer condenaron por pintadas… y los medios no lo entienden y se suman cómplices a las mentiras. Y la gente no lo entiende y se suma a la indiferencia del a mí qué me importa… no entienden que mañana serán ellos. Que mañana será usted y seré yo.

Salí hy del juicio en que condenaron a Cecilia Pando con una certeza: Nos lo merecemos por cagones. Nos merecemos estos gobiernos y ésta justicia y éstas orgas.

Como decía un gran maestro de lucha al que Cecilia quería mucho: “Cuando dejemos de ser cobardes… ellos dejaran de hacerse los valientes”


OBEDIENCIA DEBIDA

En el día en que se excarcela a Schoklender, condenan a Cecilia Pando por haber pintado el piso de la Plaza de Mayo. No dejen que el periodismo les mienta, no pintó los pañuelos, pintó el piso.
En una rara interpretación de la Ley, el piso de la Plaza de Mayo es zona protegida porque están los pañuelos de las Madres de Plaza de Mayo.
Todo el periodismo se hizo eco de una mentira "Pando pintó los emblemáticos pañuelos". Cuando a un portal le dije "ustedes mienten" me contestan "nosotros sólo publicamos los cables que nos mandan".
Obediencia debida.



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