Otilia Acuña y sus amigos en el juicio a Luis Gil
Al
ingresar al Tribunal Federal Oral de Santa Fe, observo un cartelito que
transcribe el Artículo 369 del Código Procesal Penal de la Nación,
referido a las obligaciones de los asistentes:
Como que fue asesinada por la dictadura.
Otilia, ofende la memoria de su hija.
Nilda, al contrario de Firmenich o Perdía, no sobrevivió ni se enriqueció.
Peleó hasta el final.
Con lo que tenía. Hasta con granadas de guerra.
Así murió.
Así la deberían recordar los que dicen haberla amado. No como a una pobre infeliz asesinada por la dictadura.
Pero ese es el negocio…
Otilia conoció al “Negro” Ortiz, el Agente que también trabajaba en la Comisaria de su Barrio.
Él me contó con lujo de detalles el enfrentamiento en que murió Nilda en su propia casa.
Y volviendo al juicio oral y público.
Otilia y la mayoría de los que la acompañaban llevaban pequeñas pancartas con fotografías que presumo serían de terroristas muertos o “desaparecidos”.
La jovencita que estaba sentada a mi costado izquierdo llevaba una pancarta con la foto y el nombre de Maria Alejandra Niklison. Una terrorista de la banda montoneros, que fue capturada 24 horas después del copamiento de la localidad de San Gerónimo, junto a su pareja, cuyo nombre no recuerdo. El hecho ocurrió en julio de 1971. En el lugar no se olvidaron de asaltar el banco.
Después habrá sido indultada y como todos ellos, siguió en el terrorismo, hasta su desaparición. Fotos de terroristas que pertenecieron a la banda criminal que asesinó a mi amigo Olivera. Fotos que molestan y ofenden.
Luego, al finalizar cada testimonio contra el imputado, los acompañantes de Otilia aplaudían.
No guardaban silencio y manifestaban con el aplauso sus sentimientos y opiniones.
Cabe esperar que el Tribunal no permita nunca mas estos excesos.
SERÁ JUSTICIA
Las personas que asistan a la audiencia deberán permanecer respetuosamente y en silencio; no podrán llevar armas y otras cosas aptas para molestar u ofender, ni adoptar una conducta intimidatoria, provocativa o contraria al orden y decoro debidos, ni producir disturbios o manifestar de cualquier modo opiniones o sentimientos.Eso significa que no podré lucir mi campera con la inscripción “¿POR QUÉ ASESINABAN LOS MONTONEROS?”. Esa leyenda, además de una pregunta a los que claman VERDAD, MEMORIA Y JUSTICIA, es una manifestación de mis sentimientos hacia los montoneros y demás grupos terroristas que asesinaron entre tantos miles, a mi amigo el Oficial Ernesto Jesús Olivera.
No voy a guardar a mi campera impresa. La usaré en mi vida diaria.
Me
piden dejar el celular apagado, a la entrada de la sala donde se ubica
el público para asistir a la audiencia pública del juicio que se le
sigue a Juan José Luis Gil.
No se me requisa.
Hacerlo,
implicaría hacerlo también con los simpatizantes de los grupos
terroristas, que en condición de “luchadores de los derechos humanos”,
asisten.
Es
la primera vez que asisto a un juicio oral y público. Me ubico al lado
de la esposa del imputado, la que está acompañada por su hijo.
A mi izquierda y a nuestras espaldas se encuentran los que simpatizan con los acusadores. Estamos en la primera fila.
Unas
cuatro o cinco butacas a mi izquierda, está sentada Otilia Acuña de
Elías. Nos conocemos desde fines de la década del `60, cuando yo y el
“Gordo” Raúl Bassaga, éramos sumariantes de la Comisaría de Santa Rosa
de Lima, la que estaba a la vuelta de la casa de Otilia. La miro para
saludarla, pero ella no me mira y temo insistir en mirarla para
saludarla, no vaya a ser que se sienta intimidada por mi mirada.
Ella
es la primera violadora del Artículo 369 del Código Procesal Penal de
la Nación. Usa un pañuelo que la identifica como perteneciente a las
“Madres de Plaza de Mayo”.
Si, la de los “sueños Compartidos”.
Otilia es la mamá de Nilda Elías, la militante de la banda terrorista Montoneros, la banda que asesinó a mi amigo Olivera.
Su
pañuelo molesta. Simboliza el panegírico a integrantes de la banda que
asesinó a mi amigo. Amigo al que Otilia también debe haber conocido, por
que trabajó en la la Comisaría que está a la vuelta de su casa. Sobre
la misma manzana.
Otilia,
engañada, seducida o inculcada por simpatizantes de los terroristas,
quiere hacer aparecer a su hija como víctima de la dictadura. Como que fue asesinada por la dictadura.
Otilia, ofende la memoria de su hija.
Nilda, al contrario de Firmenich o Perdía, no sobrevivió ni se enriqueció.
Ella
era una verdadera militante, cuyas ideas por supuesto no comparto. Ella
pretendía instaurar una dictadura comunista en nuestra patria. Yo amo
la libertad.
Pero siendo mujer, Nilda tuvo más cojones que el “Che” Guevara.
El
“Che”, que se deleitaba dando el tiro de gracia a los prisioneros que
ordenaba fusilar en la Cuba comunista, cuando se vio herido y capturado,
se ensució en los pantalones pidiendo que no lo maten, diciendo que
valía más vivo que muerto.
Nilda ni se entregó ni pidió por su vida. Peleó hasta el final.
Con lo que tenía. Hasta con granadas de guerra.
Así murió.
Así la deberían recordar los que dicen haberla amado. No como a una pobre infeliz asesinada por la dictadura.
Pero ese es el negocio…
Otilia conoció al “Negro” Ortiz, el Agente que también trabajaba en la Comisaria de su Barrio.
Él me contó con lujo de detalles el enfrentamiento en que murió Nilda en su propia casa.
Y volviendo al juicio oral y público.
Otilia y la mayoría de los que la acompañaban llevaban pequeñas pancartas con fotografías que presumo serían de terroristas muertos o “desaparecidos”.
La jovencita que estaba sentada a mi costado izquierdo llevaba una pancarta con la foto y el nombre de Maria Alejandra Niklison. Una terrorista de la banda montoneros, que fue capturada 24 horas después del copamiento de la localidad de San Gerónimo, junto a su pareja, cuyo nombre no recuerdo. El hecho ocurrió en julio de 1971. En el lugar no se olvidaron de asaltar el banco.
Después habrá sido indultada y como todos ellos, siguió en el terrorismo, hasta su desaparición. Fotos de terroristas que pertenecieron a la banda criminal que asesinó a mi amigo Olivera. Fotos que molestan y ofenden.
Luego, al finalizar cada testimonio contra el imputado, los acompañantes de Otilia aplaudían.
No guardaban silencio y manifestaban con el aplauso sus sentimientos y opiniones.
Cabe esperar que el Tribunal no permita nunca mas estos excesos.
SERÁ JUSTICIA
Orlando Agustín Gauna
TE 0342 155036171 - 0342 4510487
http://orlando-gauna.blogspot.com/
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"BASTARDOS SIN GLORIA"....Otilia Acuña y sus amigos en el juicio a Luis Gil...Otilia es la mamá de Nilda Elías, la militante de la banda terrorista Montoneros...Comentado y publicado por Miguel...
http://porlamemoria-miguel.blogspot.com
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