El terrorismo argentino tiene una corte que lo defiende
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Los últimos días han sido pródigos en
sucesos promotores del viejo terrorismo, ahora extendido en un proyecto
regional como lo hemos sostenido en más de una oportunidad.
Por Carlos Manuel Acuña
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Desde la revisión del pasado para
proyectarlo hacia adelante hasta la utilización del delito común para
desarrollar una función política y partidaria, se ha convertido en una
realidad cotidiana aún sometida al asombro y el resquemor. Este
extraordinario suceso más otros que han convertido a la Argentina en el
país americano con más presos políticos, incluye la prevaricación de los
jueces como una señal inequívoca de una decadencia insoportable. Basta
con evaluar la evolución de los juicios contra civiles y militares que
cumplieron órdenes de gobiernos constitucionales y de facto pero
ajustados a las leyes vigentes, para dibujar un escenario alarmante
cargado de tensiones. Los vocablos "autoritarismo" y "populistas" ya son
comunes en cualquier análisis político realizado localmente o en el
exterior y apenas si alcanzan para definir y explicar una situación cuya
culminación definida como incierta, apenas si alcanza para vislumbrar
un futuro tantas veces calificado de peligroso.
Ayer nomás el país conoció, no sin
asombro, más detalles del plan desplegado por el actual director del
Servicio Penitenciario Nacional, Víctor Hortel, para adoctrinar a presos
comunes, digitar su salida de los penales para hacer número en actos
oficialistas y desempeñarse, en esta etapa, como aplaudidores de
discursos y propuestas del gobierno. Para colmo, la medida, que
transgrede el sentido común y el peso y sentido de las sentencias que se
aplica a los delincuentes, ha sido defendido por la presidente de
nuestra ex República quien tuvo palabras de elogio para esta medida
cargada de ideologismo y alteradora de todo el sistema de seguridad, ya
tristemente afectado e inútilmente discutido.
Pero el dislate no concluye con lo
que dejamos expresado. Tan solo es un primer paso de otras medidas
necesariamente consecuentes y anticipadoras de una anormalidad política
que incidirá en la convivencia social y la tranquilidad de los
argentinos. Las concurrentes ponderaciones de Hebe Pastor de Bonafini
subidas a la red cibernética de comunicación revela que el oficialismo,
lejos de callar u ocultar esta iniciativa que comentamos, la reconoce
expresamente. Así, pone de manifiesto que ha llegado el momento de las
definiciones de fondo pues, de hecho, se ha trazado una línea divisoria
dentro de la sociedad argentina. Por un lado, quienes al margen de
cualquier simpatía política desean llevar adelante una vida de relación
equilibrada y convivencia civilizada y por el otro, quienes se dicen
"cristinistas" y consideran que existen enemigos permanentes que es
necesario combatir. Podemos aportar ejemplos que no son negados por
nadie y mantienen en vilo a la actividad política ¿Acaso el gobernador
de Buenos Aires no debe soportar el acoso permanente y la amenaza a su
supervivencia...? ¿Acaso desde la Casa Rosada no se lanzó la consigna de
"vamos por todo" y se montó una estructura paga llamada La Cámpora? Por
razones tácticas, los delincuentes comunes que integran al "Vatayón
Militante" que inspira Hortel, sostienen a través de sus voceros que son
ajenos al mencionado aparato político que identifica al kirchnerismo
pero no duda en apoyarlo y sobre todo, en prometer el respaldo electoral
a la misma Cristina.
A partir de este momento, el objetivo
ideológico de los años setenta, remozado en sus formas pero afirmado
en sucesos y medidas fácilmente reconocibles, quedó instalado en el
centro de la actividad cotidiana, por ahora limitada al ámbito urbano y
las zonas periféricas. Hace muy poco, casi unas horas, grupos de chicos
pertenecientes a sectores sociales relativamente carenciados y dirigidos
por elementos mayores, atacaron al público que concurría a un
supermercado y extendieron, piedras mediante, su agresión a
automovilistas. Las víctimas elegidas fueron principalmente mujeres pero
todos fueron maltratados, heridos y robados. La policía, superada en
número, nada pudo hacer y comentarios recogidos en el lugar destacaron
que "estamos con las manos atadas. Si hay detenciones, enseguida son
puestos en libertad y si alguno sufre el más mínimo rasguño, el riesgo
lo corren los policías que hasta pueden ir presos y perder su
trabajo..."
La situación descripta, conocida y
sin reacciones oficiales, tenderá a acentuarse con el correr de los
días. La falta de penalidades, el ideologismo y la demagogia, agudizan
una situación que en el ámbito carcelario, rápidamente es aprovechada
por los reclusos que logran, incluso, imponer su voluntad a los
penitenciarios. Prebendas, preferencias y hasta castigos a terceros,
alteran la disciplina interna y prometen desbordes que trascenderán los
muros de los presidios ¿Cual es la finalidad...? Por el momento la
respuesta es relativamente difícil pero los augurios no son edificantes y
deben ubicarse en un panorama general que se agravará progresivamente.
En el campo de las definiciones,
anteanoche, la opinión pública conoció otro acontecimiento concurrente.
La Corte Suprema de Justicia, incluyendo a su propio presidente, Ricardo
Lorenzetti, consideró "prescripta y definitivamente concluida"
la acción penal contra los responsables de la bomba colocada el 4 de
julio de 1976 en el colmado salón comedor de Coordinación Federal de la
Policía Federal Argentina; estalló pasadas las 13 con un saldo de 23
muertos en el acto, otro, herido, a los pocos días y unos 60 heridos y
mutilados entre oficiales y suboficiales de la Fuerza y una civil que se
encontraba de visita. Las fotografías que reproducimos fueron
seleccionadas entre las de menor impacto, pues los miembros arrancados,
los cuerpos destrozados y la sangre que salpicaba el recinto, ofrecieron
un espectáculo dantesco e impresionante.
La acción legal instrumentada por
parientes de víctimas contaron con el patrocinio del abogado José María
Sacheri pero además de Lorenzetti, los ministros Juan Carlos Maqueda,
Raúl Zaffaroni y Elena Highton de Nolasco, consideraron que no se
trataba de un delito de "lesa humanidad", con lo que se puso
punto final al reclamo de los deudos. De esta manera, el jefe de
Montoneros, Mario Firmenich, quien fuera jefe de Inteligencia de la
organización armada, Horacio Verbitsky - ahora asesor presidencial -
Laura Silvia Sofovich, Marcelo Kurlat, Miguel Ángel Lauletta, Lila
Victoria Pastoriza y Norberto Habbegger, quedaron despegados de
cualquier clase de investigación que de todos modos, no se hará en
absoluto. No obstante, se supo y así fue publicado reiteradamente y
hasta reconocido por publicaciones de montoneros, que no fueron ajenos
al horrible suceso quien fue un permanente planificador de asesinatos y
atentados, Rodolfo Walsh, el actual diputado nacional Miguel Bonasso y
el ex policía llamado Salgado, que fue quien colocó el artefacto
explosivo tipo vietnamita, llamado así por los terribles efectos que
producían las esquirlas. Lo interesante es que la organización reconoció que había cometido un acto de guerra
y que a la inversa de lo que sucede con los actuales presos políticos,
condenados a cadena perpetua por simples sospechas, todos los jueces
intervinientes en las distintas instancias de este caso emblemático,
coincidieron en que estaba fuera de los alcances de la definición de "lesa humanidad".
Aunque "Vatayón Militante" y "La
Cámpora" no tengan vinculación directa con esta decisión del máximo
organismo judicial, todos estos asuntos poseen una interrelación de
hecho que configuran delitos, prejuicios ideológicos, animosidades
determinantes de las conductas judiciales, lo cual posee un contenido de
enorme carga que sin duda, tendrá una repercusión futura habida cuenta
de su lamentable claridad. Visto está que la proyección política de la
Nación no podrá escapar del enorme peso que todo esto significa y que ya
forma parte de una realidad prometedora de circunstancias todavía más
difíciles de las que se viven.
Cuando días atrás anticipamos lo que
ocurría dentro y fuera de las cárceles y suministramos las primeras
fotografías de pintarrajeadas en las paredes de Villa Devoto, ese suceso
fue tomado como un rumor más, una de las tantas excentricidades del
kirchnerismo que busca con bastante éxito - hay que reconocerlo -
apartarse de la normalidad y del espíritu y contenidos de las leyes.
Para adquirir un mayor respaldo, hasta un ministro de la Corte Suprema
de Justicia aceptó esta insólita iniciativa aunque estableció ciertos
límites que en la práctica, no son respetados.
Por lo que sabemos, el personal del
Servicio se resiste sin éxito a este permisivismo que apenas si ha
comenzado y que por el momento está supeditado al dictado de principios
políticos e ideológicos y a la realización de fiestas entre reclusos de
ambos sexos. Podrá imaginar el lector hasta donde podrá evolucionar esta
insólita situación que pone en la calle - por ahora de manera
transitoria - a delincuentes que violaron, asesinaron y cometieron toda
clase de tropelías. "Vatayón Militante", "La Cámpora", los discursos de
Cristina plagados de un contenido inconexo, los jóvenes e inexpertos
asesores ubicados en puestos de responsabilidad, son nada más que
algunas ejemplificaciones de una sociedad anómica y una abulia que frena
o impide reacciones adecuadas. La injusticia manifiesta, la
subjetividad para el arbitrario manejo de los Códigos, las reformas que
quieren imponerse por encima de las opiniones de quienes tienen derecho y
hasta la obligación de expresarlas, constituyen un proceso que convoca
al ejercicio de una responsabilidad desafiante.
Más información www.politicaydesarrollo.com.ar
Contacto: politicaydesarrollo@gmail.com
"BASTARDOS SIN GLORIA"...El terrorismo argentino tiene una corte que lo defiende...Por la Verdad Histórica...Y vos: ¿de que lado estas?...Comentado y publicado por Miguel...
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DEDICADO A TODOS LOS HÈROES VIVOS Y MUERTOS QUE COMBATIERON AL INFAME TERRORISMO PARA CONSEGUIR LA LIBERTAD DE NUESTRA NACIÒN...¡GLORIA Y HONOR!
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lunes, 6 de agosto de 2012
"BASTARDOS SIN GLORIA"...El terrorismo argentino tiene una corte que lo defiende
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