Con
la muerte de Jorge Rafael Videla, lamentablemente, no se cierra la
etapa de la guerra civil no declarada en la Argentina de la década de
los setenta.
Primero porque la hipocresía que caracteriza a la sociedad
argentina, que en treinta años de democracia aún no ha logrado que con
ella se coma, se cure y se eduque, a pesar del quijotesco deseo de Raúl
Alfonsín, hoy olvida cómo percibió en familia la madrugada del 24 de
marzo de 1976, cuando el golpe cívico-militar terminaba con el
desgobierno de la cabaretera María Estela Martínez Cartas de Perón, con
“1065 dramáticos días” como escribió Samuel Gelblung en su libro en su
carácter de director de la Revista Gente.
Ciertamente que nuestra Argentina padeció de la teoría de los dos
demonios: al terrorismo subversivo lo sucedería el terrorismo de
Estado.
Para ello, siete años después de proceso militar, la
Cámara Federal se encargó de escuchar los testimonios de las víctimas de
desaparición forzada de personas y secuestro y supresión de estado
civil de menores nacidos en cautiverio.
Justamente condenados los responsables jerárquicos de tal perverso
mecanismo y liberados quienes cumplieron órdenes militares de la
superioridad, las leyes de obediencia debida y punto final parecían
cerras el círculo y abrir el camino hacia la pacificación nacional que
aún no hemos logrado por la divisoria social y el odio engendrado en
diez años de kirchnerato.
Puedo escribir esto porque no sólo lo hago en forma autorreferencial
sino como un hombre que, con 54 años de vida, puede mantener el
equilibrio emocional de la historia padecida.
Porque como
soldado portero del Círculo de la Fuerza Aérea (Avda. Córdoba 731 Cap.
Fed.) viví en carne propia las amenazas de colocación de explosivos
entre marzo de 1978 hasta el 31 de mayo de 1979, fecha de mi baja, al
margen de una frustrada balacera contra la entrada principal del C.F.A.
minutos después de las tres de la madrugada de un sábado, luego de
terminada mi guardia del lugar y la celebración de unos de los tantos
casamientos que se celebraban los días sábados. Los viernes proyectaban
dos funciones de cine y ahora ya más viejo me cuesta imaginar qué me
hubiera sucedido si un comando conducido por Miguel Bonasso, Eduardo
Duhalde u otros “jóvenes idealistas” hubieran decidido atacar ese blanco
del “enemigo”.
Seguramente no hubiera tenido dos hermosas hijas, ni hubiera sido
Premio Parlamentario 1996 ni, entre los últimos reconocimientos, el
Premio a la Libertad 2012 otorgado este 9 de mayo pasado por la
Fundación Atlas.
Hubiera sido una víctima más del terrorismo subversivo que convivió entre nosotros.
Abandono la autorreferencia, vuelvo a las políticas de Estado.
A
principios de la década de los años noventa Carlos Saúl Menem dictó la
ley de amnistía para militares condenados por la Cámara Federal en 1985 y
para subversivos acusados por la justicia. Trató de consolidar el
“Nunca Más” para ambos mandos, cerrar una herida en forma definitiva
para la sociedad argentina y mirar para adelante.
Pero vinieron ellos… El “Comodoro” Verbitsky, así llamado por su
colaboracionismo montonero con la Fuerza Aérea, luego de su logística
para lograr la voladura del comedor de Seguridad Federal de la Policía
Federal, en su cerebro macabro, organizó la “segunda etapa” de los DDHH,
la sobreactuación kirchnerista en la materia para anular las leyes del
perdón y comenzar una cobarde persecución para un solo lado.
Para el kirchnerato, el golpe de 1976 fue el desembarco de fuerzas
de ocupación ilegales sobre un territorio de paz y prosperidad que
gozaba de todas las garantías constitucionales. No existió la causa;
sólo el efecto persecutorio y criminal. Y desde hace diez años, tal como
a su manera expresan Graciela Fernández Meijide –madre de un
desaparecido- como las de Jorge Lanata al coincidir tristemente que, a
pesar de la muerte de Videla, a nuestra sociedad la sigue dominando el
odio.
Ese odio callado por la hipocresía social que no quiere recordar las
causas pero sí las consecuencias del lamentado golpe cívico-militar.
Recuerdo
las palabras de Ricardo Balbín a Fernando De la Rúa al ingresar al
automóvil que los condujera a la casa de Lorenzo Miguel luego de la
entrevista con el líder metalúrgico en 20 de marzo de 1976: “Ya no hay
nada que hacer. No quieren hacerle juicio político (a Isabel) y Luder no
se anima a asumir. Está todo dicho”, concluyó lamentándose en el
automóvil que conducía Pablo Palomeque de regreso al Comité Nacional de
la Unión Cívica Radical.-
Hipocresía social.
Amnesia social.
Frustración social.
Sociedad pusilánime hasta que no cierre esta historia contemporánea de la mentira oficial.
¡Justicia para todos!
¿Para cuándo?
Humberto Bonanata www.facebook.com/humbertobonanata Twitter: hbonanata
Villa Ballester, 17 de mayo de 2013.
JORGE RAFAEL VIDELA
Señor Director:
En
día de la fecha (17 del actual a la madrugada), falleció el Teniente
General Jorge Rafael Videla, ex presidente de facto, que encabezó el
golpe militar del 24 de marzo de
1976, deponiendo al gobierno constitucional de María Estela Martíonez
de Perón. Dado que ante su muerte, han brotado los pseudo periodistas a
hacer comentarios ex post facto sobre la trágica época, que califican de
sanguinaria dictadura, es oportuno referirme a los antecedentes
históricos para refrescar la memoria de quienes interesadamente
pretenden tapar la verdad con un harnero, que todo argentino debe
recordar para evitar la repetición de esos trágicos sucesos.
"El
mandato presidencial de Isabel Perón, concluyó en el caos más horrible
al que se haya sumido a la Nación en todos los años de su historia: a la
virtual guerra civil, que se cobrara más de 1.000 muertos sólo en el
primer trimestre de 1976, era necesario sumar la debacle económica
documentada por una tasa de 566 por ciento anual de incremento en el
costo de la vida, amén del peculado y
el latrocinio ejercidos (...) Y esto era tanto más peligroso cuanto que
le país albergaba en sus entrañas el cáncer desociador de la guerrilla,
punta de lanza del enemigo externo.
"En las primeras horas del 24 de marzo de 1976, el régimen peronista llega a su final...

Las
Fuerzas Armadas habían aguardado pacientemente que las instituciones
ofrecieran alguna alternativa que permitiera obviar la intervención
militar. En la Argentina no funcionaba un régimen republicano, sino una
verdadera ficción... El Ejecutivo se encontraba a la deriva. El
Legislativo no tenía autoridad para imponer soluciones. La Corte
Suprema, desprovista de prestigio, había demostrado su inoperancia
frente a la virtual parálisis de los tribunales.
"En
vísperas del 24 de marzo de 1976, la situación de guerra interna en que
se encontraba sumida la República era verdaderamente terrible. Féliz H.
Laiño, en su libro "De Yrigoyen a Alfonsín", calcula que cada 15
minutos el conflicto producía una víctima.
El 18 de marzo de 1976, el diario "La Opinión" informaba que "el
balance de la violencia en la Argentina es de un muerto cada cinco horas
y el estallido de una bomba cada tres horas". "La Prensa", por su parte,
informaba el 22 demarzo de 1976 que en tres años el terrorismo había
asesinado a 1.358 personas, a las que debían sumarse 445 militantes
subversivos caídos en la lucha aproximadamente tres muertos cada dos
días (...)
Carlos
A. Floria y César A. García Belsunce, en su obra "Historia política de
la Argentina contemporánea", explican que "la guerra interna, el
terrorismo y la guerrilla, sumados al caos administrativo y la
impotencia del peronismo gobernante", fueron factores que actuaron como antecedentes relevantes del 24 de marzo de
1976. El poder se encontraba virtualmente vacante y prevalecía... un
verdadero estado de necesidad que justificaba la intervención militar.
"La decisión -comentan los autores- fue, pues, institucional y
prácticamente sin fisuras, lo que comprometió a la totalidad de las
Fuerzas Armadas en el hecho político militar"(...)
"En
cuanto al líder radical Ricardo Balbín, expresó en nota de abril de
1976: "Recibimos con satisfacción que las Fuerzas Armadas en el poder
hayan ratificado su voluntad de arribar a un proceso democrático y
republicano (...) (Revistra "Extra" Nº 131)".
"En el mes de febrero de 1976, la presidente Isabel Perón, sin objeciones porparte de los partidos representados
en el Congreso, expidió un decreto ordenando a las Fuerzas Armadas
aniquilar el accionar de las organizaciones subversivas que operaban en
Tucumán (...) En noveimbre de 1975, el Poder Ejecutivo Nacional,
interinamente a cargo de Italo Lúder, extendió a todo el territorio
argentino la orden impartida a las Fuerzas Armadas de aniquilar el
terrorismo. Refrendaron el decreto Antonio Cafiero, Tomás Vottero, Ángel
Robledo, Carlos F. Ruckauf, Carlos Alberto Emery y Manuel Aráuz Castex"
(1).
El
presidente Raúl R. Alfonsín encomendó, mediante el decreto 167/83, a la
comisión presidida por el escritor Ernesto Sábato, investigar los
antecedentes de nuestro pasado a partir del 24 de marzo de 1976. Recabando informaciones de familiares de presuntos desaparecidos, se reunieron referencias de 8.960 personas (y no 30.000 como dicen los ideólogos de la izquierda vernácula), incluidas en el informe y el libro "Nunca más" que fue presentado a Alfonsín.
No obstante, sirvió como prueba para juzgar; ya habían sido prejuzgados por el decreto 158/83 que estableció juicio sumario a
los comandantes en jefe, infringiendo el artículo 95 -ahora 109- de la
Constirución Nacional, ya que el presidente no puede ejercer funciones
judiciales, creada al efecto y por ley ex post facto -hizo modificar con
efecto retroactivo el Código Militar, todo lo cual está fulminado por
el art. 18 CN.
"A
partir de la asunción del gobierno constitucional se inició una campaña
publicitaria impresionante contra las instituciones militares que
defendieron a la Nación en tiempos difíciles. Éstas habían cometido
errores y extralimitaciones. Pero hicieron derroche de coraje en una
guerra extremadamente compleja.
Para
llevar adelante tan estéril orientación política, en el decreto 158/83
se vulneró el principio de división de poderes y el sistema republicano
de gobierno. Se violó el derecho de defensa y la garantía del juez
natural, así como el principio de irretroactividad de la ley penal y el precepto que exige que todo proceso se funde en ley anterior a los hechos de la causa.
Se dejó cesantes al Fiscal y a todos los jueces de la Cámara Federal de Buenos Aires y se nombró otros que homologaron eldesignio de condena exteriorizado en el decreto 158/83.
"En
un clima de revancha se instauró el juicio público y oral de los
Comandantes en Jefe. La Cámara Federa desplazó de oficio al Consejo
Supremo de las Fuerzas Armadas y montó un escenario que no contribuyó,
por cierto, a prestigiar al Poder Judicial de la Nación. El Teniente
General Jorge Rafael Videla descalificó desde el principio, con palabras
durísimas, el enjuiciamiento de
las Fuerzas Armadas en la persona de sus Comandantes en Jefe. Asumió en
plenitud sus responsabilidades políticas y militares derivadas de su
condición de Comandante en Jefe del Ejército, señaló que la Cámara había
asumido la condición de una "comisión especial" fulminada por el art.
18 de la Ley Fundamental, destacó la violación de elementales garantías
constitucionales y se negó a declarar y a nombrar defensor porque no
quería convalidar lo que consideraba una verdadera parodia judicial.
Al
defensor oficial ante los Tribunales Federales, Doctor Alberto Tavares,
que se desempeñó con una altura ejemplar, le impartió una única
instrucción: no debía derivar ninguna responsabilidad hacia quienes
fueron sus subordinadols durante el conflicto bélico. (2)
Los
desmanes, tropelías y actos criminales cometidos por las bandas
subversivas que entre 1969/79, realizaron 21.642 atentados terroristas
con explosivos, asaltos a mano armada, raptos y asesinatos
indiscriminados..
"Conadep II", debió incluir las 1.102 víctimas militares, policiales y
civiles (obreros, empresarios, curas, políticos, sindicalistas, niños,
mujeres y ancianos) asesinados por la subversión, que tienen derechos
(las 1.102 víctimas) y merecen ser indemnizados por el Estado. Detallo
la primera y última víctima: la niña Guillermina de 4 años, hija del
capitán de Ejército David René Cabrera, muerta el 12 de marzo de 1960,
en un atentado con dos bombas de 3 kg. cada una, en su casa de La Lucila;
y la muerte del soldado conscripto Roberto T. Taddía, que se encontraba
el 23 de enero de 1989 barriendo en la guardia del Regimiento de
Infantería Mecanizado Nº 3 General Belgrano de La Tablada, en ocasión
del copamiento por el Movimiento Todos por la Patria (MTP). Fue
asesinado con una escoba en las manos, por quienes acabaron siendo
conmutadas sus penas (año 2001) por el ex presidente Fernando de la Rúa.
Para
cerrar definitivamente las heridas de la guerra contrainsurgente de las
décadas de 1960/70, hay que reconocer la realidad y la verdad
históricas. Que la Nación fue agredida desde afuera (las organizaciones o
formaciones subversivas fueron preparadas ideológica y tácticamente en
la Cuba de Fidel Castro, bajo mando de la ex Unión Soviética) y que las
Fuerzas Armadas ayudadas por el pueblo argentino, nos defendieron de la
noche oscura de los tiempos (de pasar a ser una Nicaragua o Cuba). No
nos olvidemnos de esas víctimas y para que las aguas fluyan cristalinas y
serenas a la fuente, es menester reivindicar al Teniente General Jorge
Rafael Videla y todos los miembros de las Fuerzas Armadas que dieron sus
vidas por la Patria, admitiendo su denodada y sacrificada lucha.
¡Requiéscant in pace, Jorge Rafael Videla!
1)
Del libro "Historia Política y Constitucional argentina", por Ambrosio
Romero Carranza, Alberto Rodríguez Varela y Eduardo Ventura, Biblioteca
Círculo Militar (1992), págs. 425-430.
2) Ibíd, págs. 456-457.
Con cordiales saludos,
Alfredo Nobre Leite
DNI 18.221.024
http://mindelogatas@hotamil.com
Nota: La imagen fue agregada el texto original
Hoy ha fallecido el Tte. Gral. Jorge Rafael Videla, ex Presidente de facto de la República Argentina.
Juzgado, condenado e indultado, fue nuevamente encarcelado y juzgado en franca violación a todas las garantías constitucionales.
Con la hidalguía y fortaleza espiritual que caracteriza a un verdadero soldado, soportó su injusto encarcelamiento.
Cualquier político, delega responsabilidades. Utiliza
"fusibles". Hecha culpas a otros. Se "lava las manos".
Lo
mismo hacen los criminales terroristas, que quieren engañar a la
sociedad diciendo que lucharon contra una dictadura, y no nos cuentan
que desde épocas del gobierno del Doctor Arturo Illia ya empezaron a
incursionar con guerrillas preparadas en Cuba. Que siguieron cometiendo
robos, secuestros y asesinatos aún durante el gobierno de Juan Domingo
Perón, electo en comicios democráticos.
El Tte. General Jorge Rafael Videla, no delegó responsabilidades. No echó culpas a subalternos. No se lavó las manos.
Asumió
la total responsabilidad por lo actuado por
las fuerzas armadas. Asumió la plena responsabilidad por las muertes y
desapariciones de los criminales terroristas que tomaron las armas
contra gobiernos democráticos o de facto, para imponernos una dictadura
marxista.
El triunfo de las fuerzas armadas sobre el enemigo cosmopolita y ateo, también es su responsabilidad.
Hoy,
ese enemigo se ha enquistado
en partidos políticos y desde las oportunidades que brinda la
democracia, ha logrado llegar al poder, desde donde lenta y
paulatinamente nos está llevando bajo esa dictadura que no pudieron
imponer por las armas.
Ese
enemigo, es el que ha encarcelado al Tte. General Jorge Rafael Videla y
a tantos soldados que lucharon por defender nuestra bandera y nuestras
libertades.
Muchos militares timoratos, ni se animarán a concurrir a despedir los restos del ex Presidente de facto.
Pero somos muchos los que jamás arriaremos las banderas de la libertad y la democracia.
Somos muchos los que no queremos trapos rojos en nuestra Patria.
Somos
muchos los que nos mantenemos firmes al juramento de seguir a nuestra
enseña celeste y blanca y defenderla hasta perder la vida.
Teniente General Jorge Rafael Videla. Descanse en paz.
Orlando Agustín Gauna Bracamonte
TE 0342 155036171 - 0342 4510487 http://orlando-gauna.blogspot.com/
Hoy
falleció el Grl Videla. Salvando sus responsabilidades fue un buen hombre. Decente
y bien intencionado. Y no murió por
causas naturales.
Fue ASESINADO
por los JUECES PREVARICADORES subordinados al poder político y a los organismos
de seudos DDHH.
A la última audiencia, el lunes pasado, ya
tuvo que asistir en silla de rueda. Tengo una profunda tristeza y mucha bronca.
NECESITO
JUSTICIA
Cnl (R-PPP) J.C. Alsina.
Ciudadano harto de políticos que "SE SIRVEN" y "NO SIRVEN"
Publicado por Miguel...
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