Trasladan al penal de Ezieza al General Luciano Benjamín Menéndez
CONDENEN O MATEN, PERO NO DEMOREN
El
General Luciano Benjamín Menéndez ha sido trasladado, pese a su grave
estado de salud, al penal de Ezeiza. Quizás los jueces del TOF de La
Rioja crean que el penal cuenta con un hospital de máxima complejidad,
que el General- al igual que el General Saint Jean, que en paz
descanse- será mejor atendido allí que en cualquier otro lugar y que
una vez repuesto podrá enfrentar en La Rioja- lugar a mil ciento setenta
y cuatro kms. de Ezeiza al que será llevado en una camioneta de
asientos de madera del SPF- el juicio tantas veces pospuesto. Juicio que
podría llevar a los muchachos del TOF de La Rioja a ocupar un lugar
entre las estrellas refulgentes de esa entelequia llamada justicia
argentina.
La verdad es otra,
salvo el último párrafo que habla de la ansiedad de los jueces del TOF
por acceder al estrellato; ansiedad tal que antes el Habeas Corpuspresentado
por el Defensor Oficial del General Menéndez, el juez se declaró
incompetente para resolverlo. No lo deniega, se borra- cometiendo una
aberración jurídica- y poniendo en evidencia lo que ya todos los
argentinos saben, la pertinaz falta de cojones que sufre la judicatura
argentina.
La verdad, lisa y
llana es que al haberse demorado tanto el juicio, estos lacayos togados
ven escaparse de sus manos honores y haciendas, dividendos que
recibirían por entregar su honra dictando una sentencia en la que ni
siquiera ellos creen. Es así que es el General Menéndez quien demora la
venganza, es él quien por su estado de salud no permite a las hordas
juntadas ad hoc expresarse en su rastrera represalia de murga, ni que se apiñen tres o cuatro arpías de cabezas empañaladas a expresar su rabia.
Hace
tiempo que estos juicios llamados pomposamente por algunos de “la
verdad y la memoria”- cuando de verdad tienen poco, la memoria es nula o
parcializada y están ahítos de revancha- dejaron de ser creíbles para
muchos. Hoy no son otra cosa que trágicas bufonadas que serán el embrión
de más enfrentamientos entre argentinos, pero tienen la decisión tomada
que nada debe demorar las sentencias a dictar contra los integrantes de
las FF.AA. y FF.SS. Sentencias que fueron escritas el día que una
pareja de presuntos abogados- abogados que jamás hicieron un habeas
corpus por algún desaparecido y que nunca, en los años de plomo,
acercaron una firma a alguna solicitada política pues estaban ocupados
en salvar su resuello y en hacer negocios que se armaban al cobijo de
una ley del proceso- descubrieron que cualquiera que carezca de moral y
de conciencia mientras se envuelva en una aureola de izquierdismo en la
Argentina puede hacer cualquier cosa, sea contra las personas, sea
contra los códigos, sea contra la Constitución.
Como la situación
política se deteriora rápidamente, como mantener la ficción de
integridad de estos tribunales es cada día más difícil, como el uso y
abuso de testigos de ocasión ya ha rebasado los límites no escritos que
la indecencia leguleya suele poner, ha empezado una carrera para
terminar con presteza toda causa iniciada y poder incoar otras antes de
la debacle anunciada.
Esta es la realidad.
Desde hace nueve años sabemos que no hay derechos humanos para un
militar. Si el General Menéndez demora una condena anunciada y la
sangrienta satisfacción que de ella emana, debe morir, aunque sea en un
hospital de cuarta.
JOSE LUIS MILIA
Josemilia_686@hotmail.com
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