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jueves, 15 de octubre de 2015

"EL CIUDADANO"...ORLANDO AGUSTIN GAUNA...SANTA FE, Capital...EN LA CAUSA QUE TRATA SOBRE EL ENFRENTAMIENTO ENTRE TERRORISTAS Y FUERZAS POLICIALES Y DE EJERCITO OCURRIDO EN "ITUZAINGÓ Y LAS HERAS",y conforme a las facultades conferidas por el Artículo 241 del Código Procesal Penal de la Nación, solicita ser tenido como testigo y se le fije fecha para declarar.



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"EL CIUDADANO"...ORLANDO AGUSTIN GAUNA...SANTA FE, Capital...EN LA CAUSA QUE TRATA SOBRE EL ENFRENTAMIENTO ENTRE TERRORISTAS Y FUERZAS POLICIALES Y DE EJERCITO OCURRIDO EN "ITUZAINGÓ Y LAS HERAS", y conforme a las facultades conferidas por el Artículo 241 del Código Procesal Penal de la Nación, solicita ser tenido como testigo y se le fije fecha para declarar. Publicado por Miguel...

Orlando Agustín Gauna



Harto de tanta injusticia, en el día de ayer, me presente para ser tenido como testigo de la causa por la "masacre" de Ituzaingó y Las Heras. A tal fin presenté sendos escritos ante la fiscalia y el juzgado intervinientes
Santa Fe, 13 de octubre de 2015.

Al Señor fiscal federal Walter Rodríguez
Al Señor juez Federal Nº 1, Reinaldo Rodríguez


El que suscribe, Orlando Agustín Gauna, de apellido materno Bracamonte, D.N.I. Nº 6.255.319, domiciliado en el Barrio El Pozo, Manzana Nº 1, Vivienda Nº 19 de esta Ciudad, por derecho propio, comparece espontáneamente ante Ud. y conforme a las facultades conferidas por el Artículo 241 del Código Procesal Penal de la Nación, solicita ser tenido como testigo y se le fije fecha para declarar.
Esta petición está fundada en los siguientes motivos:
En esta Gran Aldea Global, todas las cosas se interrelacionan. Todo tiene que ver con todo.
A principios de 1977 el que suscribe, trabajaba como Sub Jefe de la Sub Comisaría 2ª del Barrio Santa Rosa de Lima. Una madrugada, se encontraba cumpliendo sus funciones, mientras quien era su amante, le esperaba en su oficina para luego retirarse juntos. Esa noche llega de recorrida el Mayor del Ejército, de apellido Avallone, Secretario del Jefe de Policía de la Provincia, Coronel Ramírez. Al encontrar a la mujer en la oficina, lo sanciona con 8 días de arresto. Presentado un recurso administrativo contra la sanción, a los pocos días, se ordena su traslado a la Unidad Regional XIII, Departamento San Cristobal. A 180 Kms. de su domicilio. Pero iba “recomendado”, y el Jefe de la Unidad XIII, lo destina a la Comisaría 2ª ubicada en Ceres, 100 Kms. más lejos.
Esto no creó en el deponente ningún odio hacia las fuerzas armadas, pero si un total desprecio hacia el abuso del poder para cometer injusticias.
En el año 1981, se le imputa el robo de cueros de nutria de un depósito ubicado en la Ciudad de Crespo, Departamento San Justo, cometido en el mismo horario en que se encontraba trabajando en la Ciudad de Santa Fe. Inmediatamente el Coronel Ramírez ordena su detención y a los pocos días, sin tener siquiera auto de procesamiento, ordenan el traslado a la cárcel de Las Flores a un pabellón con delincuentes comunes. Finalizada la etapa de instrucción, la causa pasa al Juez de Crimen Dr. Agustín Bassó, archienemigo de los uniformados, quien ordena que se lo traslade, procesado, al Penal de Coronda, a un pabellón con delincuentes comunes, condenados y a varios de los cuales quien firma la presente, había capturado.
Gracias a Dios y a la astucia para desenvolverse entre delincuentes comunes y policías presos, en tres años de detención solo sufrió dos simples amenazas. Finalmente el Dr. Bassó lo condena a 4 años de prisión. Y a pesar de que conforme a lo que establecía el Código Procesal Penal en su artículo 331, al no haber apelación Fiscal, correspondía el inmediato cese de prisión, lo retuvo tres meses más en prisión. ¿Cómo no sentir desprecio por el abuso del poder y las injusticias?
Denunció penalmente al Gobernador Jorge Obeid, por abuso de autoridad, privación ilegal de la libertad y falso testimonio, cuando enardecido porque su equipo favorito perdió un partido de futbol por 5 a 4, ordenó arbitrariamente la detención del Comisario Jorge Negri, y pese a las pruebas fílmicas que había, un juez prevaricador, ordenó el archivo de la causa. Lo volvió a denunciar por la compra fraudulenta de 140 motoniveladoras chinas al entonces desconocido Lázaro Baez y un juez sumiso al poder político, cajoneó la causa. También denunció a la mafia del transporte urbano de pasajeros por colectivo, donde se llegó hasta indagar al Dr. Martín Gainza, por entonces Secretario de Servicios Públicos de la Municipalidad. Había muchas pruebas, dejaron prescribir la causa. ¿Es esto la justicia?
Ahora se entera que se ha detenido a policías y militares por el enfrentamiento ocurrido el 19 de enero de 1977, acusándolos de homicidio en delitos de lesa humanidad y/o genocidio.
Todos los que vivíamos en esos años, sabemos muy bien que la banda terrorista Montoneros, era una organización criminal, declarada ilegal por un gobierno constitucional y que en el hecho motivo de estas actuaciones hubo un enfrentamiento armado y no asesinatos. Pero si así hubiera sido, los delitos habrían prescripto.
A partir de en 1998, cuando se celebró la Conferencia de Roma, nuestro país comenzó un trabajo constante hacia la ratificación del Estatuto de la Corte Penal Internacional y la adaptación de su derecho interno a las obligaciones internacionales. Y el 5 de enero de 2007 se promulgó de hecho, la Ley Nº 26.200 de Implementación del Estatuto de Roma, aprobado por la Ley Nº 25.390 y ratificado el 16 de enero de 2001. Y como la ley no puede ser aplicada con retroactividad, los presuntos delitos que se pretenden atribuir a los partícipes del enfrentamiento de Ituzaingó y Las Heras, han prescrito, conforme lo establece el mismo estatuto en su Artículo 11: Competencia temporal
1. La Corte tendrá competencia únicamente respecto de crímenes cometidos después de la entrada en vigor del presente Estatuto.
2. Si un Estado se hace Parte en el presente Estatuto después de su entrada en vigor, la Corte podrá ejercer su competencia únicamente con respecto a los crímenes cometidos después de la entrada en vigor del presente Estatuto respecto de ese Estado, a menos que éste haya hecho una declaración de conformidad con el párrafo 3 del artículo 12.
La ley madre, la Constitución Nacional, establece en su artículo 18º. - Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo FUNDADO EN LEY ANTERIOR AL HECHO DEL PROCESO, y la Ley 26.200 establece el principio de legalidad en su artículo 13 que expresa: NINGUNO DE LOS DELITOS PREVISTOS EN EL ESTATUTO DE ROMA NI EN LA PRESENTE LEY PUEDE SER APLICADO EN VIOLACIÓN AL PRINCIPIO DE LEGALIDAD CONSAGRADO EN EL ARTÍCULO 18 DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL. En tal caso, el juzgamiento de esos hechos debe efectuarse de acuerdo con las normas previstas en nuestro derecho vigente.
En el resonante juicio a los Comandantes, tan elogiado por la inmensa mayoría, nadie fue condenado por delitos de lesa humanidad ni genocidio. Nadie criticó el fallo.
Pero concretamente, sobre el caso que nos ocupa, el enfrentamiento ocurrido en calles Ituzaingó y Las Heras, tuve oportunidad de leer un libro: HAY UN POSITIVO.
El centro de Publicaciones de la Universidad Nacional del Litoral publicó en el año 2002, el Libro “HAY UN POSITIVO” de dos jóvenes escritores: Mario Andino y Miguel Espinaco.
El libro culmina con un comentario del periodista Jorge Alaniz, quien en uno de sus párrafos expresa: “El texto se organiza a partir de tres escenarios básicos con sus respectivas escenas cotidianas: en el departamento de Ituzaingó y Las Heras, el Regimiento 12 y la labor de los policías de civil en las inmediaciones del edificio”.
Los autores del libro, en una minuciosa investigación hacen un amplio relato novelizado de lo ocurrido en esa tarde. Los primeros personajes a los que se alude, con nombres ficticios, al igual que al resto de los participantes son el Contador Falchini, su esposa Lucia y su pequeño hijo, los que ocupan el tercer piso del edificio y no son motivo del enfrentamiento, y en la última página del libro (238) los autores comentan que el Contador Falchini y su esposa , viven con sus nombres reales en una casa grande del Barrio de Guadalupe y que el Contador se dedicó a la carrera política. El Contador Falchini, no sería otro que el ex Diputado Nacional Jorge Giorgetti, quien de haberse encontrado dentro del edificio junto con su esposa, son testigos de suma importancia.
En la página 126 del libro se hace referencia a la casa de la familia “Martínez”, ubicada en calle Las Heras entre Ituzaingó y Balcarce, que es “tomada” como base de operaciones por las fuerzas militares. Por la descripción, es fácil de ubicar y de allí, localizar a algunos de los que ocupaban la vivienda al momento de los hechos, pese a que como queda dicho, los posibles delitos han PRESCRIPTO y por el principio de irretroactividad de las leyes, no se pueden aplicar los preceptos del Estatuto de Roma.
En la página 128 se refiere al momento en que el Sargento Julio Talari toca el timbre de la casa. Y en la página 131, cuando la Negra se asoma desde el interior del departamento y pregunta ¿Qué quiere?, y continúa – Quiero hablar con tu marido, decile que baje, quiero hablar con él -, más adelante, ¿Quién sos vos? es la pregunta del Pelado. – Soy del ejército argentino – Bajá quiero hablar con vos, están rodeados. Es preferible el diálogo que un enfrentamiento. Y la respuesta: ¡Hijos de puta! ¡viva la patria!..y quitando el seguro de la ese efe eme cuatro, la granada que arrojó con la mano izquierda. Talari percibió el movimiento… Retroceder un paso casi sin tener conciencia de eso, el peso sobre un pie, las manos ahora sí abandonando el treinta y ocho, libres del bolsillo del mameluco azul, preparadas para recibir la vereda que se acerca, la cabeza contra el piso caliente, apretada, todo el cuerpo esperando la explosión, las esquirlas barren por arriba, veinticinco centímetros le dijeron siempre, no me pueden tocar, no pueden. El grito de Talari fuego libre…
En la página 138 se lee: El fuego pareció atenuarse durante un instante.- En ese momento lo vio. Alguien alto, morocho, con el torso desnudo (Guido), había salido al balcón. Ese tipo está loco, pensó el Tati. En el medio de su confusión escuchó que gritaban tírenle. El del balcón levanto sus brazos y disparó con dos armas cortas., Gonella escondió la cabeza sin dejar de disparar, todos hicieron lo mismo. Lo escuchó gritar- ¿Tiren hijos de puta! ¡tiren! ¿Viva montoneros carajo!
Respecto a la muerte de la negra, en las páginas 175 y 176 se lee: “La chica esa, la guerrillera, sale corriendo por la por la puerta del edificio, cruza Las Heras con la intención de tirar una granada allí enfrente. Allí es la casa de la Sra. Pierini. Le tiran desde aquí, desde mi casa, de atrás de este sillón en que estamos sentados. Cae y le explota la granada que llevaba, le explota abajo, así que imagínense como quedó ella. Cuando la mataron todos gritaron viva la patria”.
“Me acuerdo porque uno tiro la ametralladora y gritó. Entonces desde el edificio de la esquina, desde donde estaban los guerrilleros, se escucharon muchos insultos, como contestando. Gritaban mucho, barbaridades…”(Silvia Martinez, vecina)
En la página 179 se lee: “Los vamos a obligar a rendirse, había opinado Vanini, pensando que ya eran demasiados tiros para él. No creo que se rindan porque estos tipos siempre van hasta el final, había respondido lacónicamente Luro, que no recordaba montos gordos que se hubieran entregado en la ciudad. Herido el Cholo, El pelado decide salir y confundirse entre el personal de civil, buscando una escapatoria.
En la página 188 leemos – Luro, aquí Vanini. ¿tenemos a alguien de remera blanca?- ¿De remera blanca? - ¿El que cruzó Las Heras?- Acá puesto dos ¿Quién es ese? - Habla Papá, todos los puestos mantengan. Carlos deme su posición – Estoy en el segundo piso, cambio – Alexis ¿Lo alcanzó a ver? – Negativo, cambio – Puesto uno y dos, ordénenle que se detenga. Atentos, puede ser el causante.
El pelado escuchó la orden de detención gritada desde los techos… El Pelado empezó a correr, sacó la browning ajustada bajo el jean, giró para disparar sobre la posición desde la que le gritaban… Sintió fuego en una pierna, como un martillazo al rojo vivo, le habían pegado. La bala se clavó en el fémur, lo partió, lo hizo trastabillar…Había que correr. Vio la camioneta verde cruzada en la esquina, acercándose a cada salto, a cada salto que la pierna destrozada obedecía a medias… Pedro Schumacher lo vio venir. Primero se cubrió en un árbol delante del porch. ¿Quién es ese tipo?... … y los gritos resonándole dentro, matenló, bajenló, bajenló. Apretò el gatillo antes de pensarlo.
En la pàgina 191 se lee: Al rato de morir la Negra sale el Pelado, cruza caminando Las Heras y llega a la vereda de enfrente. Entonces nos damos cuenta que es él y le empezamos a tirar. Entonces ese muchacho se asoma del escondite donde estaba y le dispara una ráfaga de ocho tiros desde la cintura, pegándole como seis. Creo que Dios estuvo con él en ese momento, porque mirá que el fal, cuando larga varios tiros en ráfaga salen para cualquier lado. Pero Dios lo tiene que haber iluminado. Mirà si le erraba. El Pelado lo mataba y llegaba hasta la camioneta. Enseguida vino un oficial de inteligencia y le hizo un tiro de remate con una itaka, porque a veces los montos solían morir con una granada en la mano y entonces te reventaban ni bien te acercabas.
En la página 211 se relata el hallazgo de los dos niños dentro del placar – Dios, Dios mío – susurró Fernández inclinàndo su humanidad y alzando al bebe que ahora lloraba ruidosamente. Nicolás siguió acurrucado y con sus ojos fijos…Fernández envolvió los dos chicos en una frazada y los cargó uno en cada uno de sus poderosos brazos. NICOLÀS no se resistió apenas se dejó llevar, sin dejar de mirar al vacío. el bebé lloró un poco menos al sentir ese cuerpo caliente que lo alzaba-
¡Monto! ¡escuchá monto de mierda!...Vamos a sacar a los pibes! ¿Oíste? Ahora bajan con los dos, no tires hijo de puta!- gritó. Miró desde la puerta viendo acercarse al Sargento Fernández con su carga. Talari avisó por la radio. Cholo no contestó Durante un instante pensó que era una trampa…pero el llanto de Marito le aclaró las dudas.
Y la muerte del Cholo se describe por los autores del libro en las páginas 224 y 225.
Los niños del placard se reunieron con las familias de la Negra y del Pelado en Entre Ríos y en Córdoba, lo que desmiente que existía un plan sistemático de apropiación de bebes El soldado que habría ultimado al Pelado, vive en su Esperanza natal donde vive con su mujer y sus hijos trabajando en un pequeño taller de mueblería.(página 238).
El pormenorizado relato novelizado de este enfrentamiento, solo puede ser fruto de una profunda investigación previa; por ello, sus autores pueden aportar datos testimoniales de suma importancia para la causa.
Pero el exponente, indagando, llegó a la conclusión que el Pelado es Jorge Luis Piotti, quien en el Registro de victimas del Parque de la memoria (http://basededatos.parquedelamemoria.org.ar/registros/6956/) figura como asesinado, y en sus datos de identificación, consta: Identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en 2007. Sus restos fueron exhumados en el Cementerio de La Calera, Córdoba. Pero casi todos los medios de comunicación social y organismos de derechos humanos, omiten informar que los niños fueron inmediatamente entregado a los familiares de sus padres y que a los progenitores de Piotti se les hizo entrega del cadáver que estaba depositado en el Cementerio Municipal de Santa Fe, quienes lo trasladaron a Córdoba y que años después, una hermana del occiso, para tener la certeza de la identidad del cadáver, pidió la realización de un ADN que confirmó la información oficial del momento del suceso.
La Negra, resultó ser Ileana Beatriz Gómez. En el sitio webhttp://www.desaparecidos.org/arg/victimas/f/frigerioc/ se lee: “Ante la resistencia de los militantes se desató un largo e intenso tiroteo. Según los testimonios los varones sostuvieron la defensa de la vivienda, mientras Ileana ponía a buen recaudo a sus dos hijos ocultándolos dentro de un placard resguardado con varios colchones.” Esto confirma que hubo un enfrentamiento, con personas provistas de una buena cantidad de armas de guerra.
Y en el sitio web http://www.robertobaschetti.com/biografia/g/161.html se lee sobre Ileana Beatriz Gómez: “Militante montonera caída en combate en Santa Fe (calles Ituzaingó y Las Heras), el 19 de enero de 1977. Cuenta Mirta Clara: “Ella tomó una decisión pocas veces vista en las mujeres; Ileana fue a la puerta de la casa (sitiada por las fuerzas represivas al mando del Coronel Rolón) CON UN ARMA EN LA MANO A ENFRENTARSE HASTA MORIR y sabía perfectamente lo que ello significaba”.
El Cholo, del libro Hay un positivo, resultó ser Osvaldo Pascual ZICCARDI, y en el sitio web http://www.robertobaschetti.com/biografia/z/23.html donde también se hace un panegírico de estos muertos, se lee: “CAYÓ EN COMBATE EN LA CIUDAD DE SANTA FE DEFENDIENDO UNA CASA OPERATIVA DE SU ORGANIZACIÓN JUNTO A CARLOS MARIO FRIGERIO, JORGE LUIS PIOTTI E ILEANA ESTER GÓMEZ, el 19 de enero de 1977.”
Guido era el nombre de guerra de Carlos Mario Frigerio de quien se publica en el sitio web http://www.robertobaschetti.com/biografia/f/166.htmlEl 19 de enero de 1977 fuerzas conjuntas dependientes del Comando del II° Cuerpo de Ejército rodearon la vivienda ubicada en la esquina de las calles Ituzaingó y Las Heras de la ciudad de Santa Fe. En el lugar se encontraban Ileana Beatriz “La Negra”Gómez con sus dos chiquitos, Jorge Luis Piotti, Carlos Mario Frigerio y otro compañero apodado Cholo, todos montoneros. La idea de los genocidas, como siempre, era que los ocupantes se rindieran para capturarlos con vida y despedazarlos luego en tiritas con el fin de lograr su delación y degradación. Pero he aquí que los compañeros decidieron resistir. Los varones sostuvieron la defensa de la vivienda en tanto Ileana protegía a sus hijos dentro de un placard entre varios colchones. Hubo un largo tiroteo hasta que los de adentro se quedaron sin balas. Muertos los hombres, Ileana salió al pasillo para evitar que siguieran disparando a donde estaban los chicos, con un arma en su mano, como para que quedara claro que con vida no se iba a entregar.
Porque se cree que los acusados por estos hechos son inocentes de los delitos que les imputan, atento a que los mismos compañeros y simpatizantes de los occisos sostienen que hubo un enfrentamiento, que los autores del libro “Hay un positivo” y las personas mencionadas en el mismo, ni el ex Diputado Jorge Georgetti habrían sido llamados a declarar; y por el pertinaz repudio a las injusticias y al abuso del poder, se hace esta presentación testimonial espontánea. Y se reitera el pedido de ser tenido como testigo y se le fije fecha para declarar y aportar elementos que avalan los términos vertidos en el presente escrito.
DAR LUGAR A LO SOLICITADO
SERA JUSTICIA

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