CON LA JUSTICIA EN UN PUÑO.
Nieto a medida de una abuelita feroz.
El hijo del default, pretendido nieto de Carlotto es, para la ley, hijo de Laura Carlotto y su esposo Horacio Fontan.
Sin entrar a indagar los manejos y desmanejos del Banco Nacional de Datos Genéticos, conocido por sus enjuagues milagrosos, se lanzó a la opinión pública la noticia de que la hija de Estela de Carloto -Laura Estela Carlotto de Fontan- habría tenido un hijo en cautiverio.
No sería nada que esta novelita haya tomado estado público. No pasaría de ser otro anuncio estridente de abuelazgos que la realidad malvada luego negaría, como las tristes historias de Juliana Treviño, los mellizos Miara que pasaron por varios apellidos hasta que encontraron uno que les acomodó, el o los Rosetti- Ross. No pasaría de eso, de un show mediático para tapar el default pero, la verdad, es que es un asunto muy grave porque hay gente que ha sido condenada por este entuerto que cada día se hace más sinuoso.
El 5 de julio de 2012, los generales Bignone, Videla, Riveros, El “Tigre” Acosta, Rubén Franco, Antonio Vañek, Juan Azic, y el médico Jorge Magnacco han sido condenados en una causa cuyo nombre de fantasía es “plan sistemático de robo de bebés” por la sustracción de una serie de menores, entre ellos el hijo del matrimonio de Laura Estela Carlotto y Horacio Fontán.
Sentencia http://guillermoberto.files.wordpress.com/2012/09/fallo-completo-plan-sistemc3a1tico.pdf
en el punto 102 señala que uno de los casos motivo de la sentencia es el hijo del matrimonio compuesto por Laura Estela Carlotto y Horacio Fontán.
El tercero en discordia, Wilmar Oscar Montoya (NG) “El puño”, nunca figuró en los testimonios de ese juicio ni, mucho menos, de la sentencia.
No es un tema menor porque el niño no había sido identificado en ese momento más que como hijo del matrimonio Carlotto Fontán.
Siempre se dijo que el supuesto hijo de Laura Carlotto (NG) Rita, era hijo de su marido, Horacio Fontán, quién nunca fue “desaparecido”. Fontán formó nueva pareja luego de la muerte de Laura. Nunca reclamó al supuesto vástago nacido en cautiverio. Sabiamente su abuela Estela tampoco menciona a Fontán en su campaña.
Aparentemente no han podido convencerlo de las bondades de ser el padre de un músico olavarriense, razón por la cual ha sido dramáticamente ninguneado de esta novela del corazón. Nunca se dijo que Laura estuviera separada de su marido, de hecho en el juicio de robo de bebés por el que fueron condenados varios militares se llamaba al niño Guido Fontan Carlotto.
¿De dónde salió “El puño”? nadie lo sabe.
“Cuando Laura mi hija dejó de llamarme por teléfono o de escribirme porque ya estaba en Buenos Aires con su compañero yo salí a buscarla…” dice Estela de Carlotto en el minuto 1.30 del video 3 de su autobiografía “Yo, Estela”.
https://www.youtube.com/watch?v=84f9ahyNTnA
Estela de Carlotto no menciona el nombre del “compañero” en este video de 2010, pero en el 2012, la condena fue por el robo del hijo de Laura Carlotto y Horacio Fontan. Ella asegura saber quién era el “compañero” en 2010 y en 2012 deja que la condena sea por el hijo de Fontan.
DESCONOCIMIENTO DE PATERNIDAD.
La ley es muy clara al respecto, el hijo de una mujer casada se presume que también es hijo del marido y sólo dos personas pueden impugnar esa paternidad: el marido y el hijo mismo.
Horacio Fontan nunca se presentó a reclamar a su hijo. Nunca fue “desaparecido”, ni secuestrado, ni siquiera fue militante panfletario. Tampoco se dijo que Laura hubiere formado otra pareja. Carlotto manifiesta en 2010 que sabía con quién estaba Laura en Buenos Aires cuando “desapareció”. Si tenía otro “compañero” no lo mencionó por el nombre ni aclaró en la sentencia de “robo sistemático” que era hijo de otro hombre que no fuera su marido.
Si ahora apareció el hijo de Laura Carlotto, no importan los exámenes de sangre fantásticos, el hijo también lo es de Horacio Fontán hasta que éste haga un juicio de desconocimiento de paternidad.
No puede venir ni Estela, ni nadie a desconocer esa paternidad. La ley es muy clara respecto de quién o quiénes pueden desconocer la paternidad de un hijo de una mujer casada.
Artículo 259 del Código Civil
La acción de impugnación de la paternidad del marido podrá ser ejercida por éste, y por el hijo. La acción del marido caduca si transcurre un año desde la inscripción del nacimiento, salvo que pruebe que no tuvo conocimiento del parto, en cuyo caso el término se computará desde el día en que lo supo. El hijo podrá iniciar la acción en cualquier tiempo. En caso de fallecimiento del marido, sus herederos podrán impugnar la paternidad si el deceso se produjo antes de transcurrir el término de caducidad establecido en este artículo. En este caso, la acción caducará para ellos una vez cumplido el plazo que comenzó a correr en vida del marido.
Ni la abuela ni los organismos de Derechos Humanos. La supuesta “verdad” no es imponible al estado de familia. Es una cuestión privada. Sólo los mencionados pueden desconocer la paternidad de Fontan. Ello mediante un juicio específico de familia que se denomina “impugnación de paternidad” para la que el marido tiene un plazo de caducidad de un año desde el conocimiento del parto. Fontán nunca se presentó a desconocer la paternidad del hijo que la justicia, en un fabuloso juicio, le atribuye mediante la condena a Videla y Bignone.
Por supuesto el vástago puede hacerlo y para ello no tiene plazo de caducidad pero DEBE hacerlo. Su voluntad no está suplida por la sentencia de los jueces ni las cámaras de televisión.
Este nieto a la medida de una abuelita feroz o a la medida de un default feroz que se debe tapar, es menos creíble que el juicio que condenó al hoy asesinado Jorge Rafael Videla.
Los pasos legales para desconocer la paternidad de una mujer casada se aplican incluso en contra del interés de sus abuelos porque es una cuestión privada. A ningún marido lo pueden obligar a que repudie al hijo de su mujer. Un preciosismo legal. Esto es lo que ocurriría en un país normal, en el que no se hubiese dinamitado el derecho y los jueces no fuesen, no ya cortesanos sino bufones del rey.
Lo alentador es que a Fontan o a sus deudos (si no estuviese vivo), no han podido convencerlos de las bondades de ser el padre de un músico olavarriense, pese a todo el poder del Estado, pese a recursos ilimitados. No todo está perdido en nuestro país.
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