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martes, 1 de julio de 2014

"NOTICIAS DE LA GUERRA que hoy continua"...2 de Julio de 1976...Terroristas colocan una bomba vietnamita en el comedor de la Policia Federal Argentina, APOYADOS POR EL GRAN TRAIDOR: SALGADO JUAN CARLOS...

EDITORIAL: por Miguel...

"NOTICIAS DE LA GUERRA que hoy continua"...2 de Julio de 1976...Terroristas colocan una bomba vietnamita en el comedor de la Policia Federal Argentina..."Estos eran los crìmenes cometidos por criminales organizados, por organizaciones terroristas propias e internacionales, por traidores como Juan Carlos Salgado integrante de la misma Policía Federal quien no vacilo en matar a sus propios compañeros, los hijos del odio, por la juventud maravillosa, por los asesinos de niños, por los asesinos de la población civil, por los asesinos de hombres valientes de todas las fuerzas, estos son los que hoy se la pasan en los estrados judiciales pidiendo venganza y mas plata apoyados siempre por un gobierno de terroristas y corruptos, porque a decir verdad en este gobierno K, los terroristas de ayer,hoy y siempre, ocupan cargos claves dentro de un gobierno de corruptos que los apoya y lo encubre solo para alimentar una falsa política de derechos humanos con fines puramente polìticos y que seguramente les soltara la mano conforme se ahoguen en su propia corrupción,prueba de ello es lo que esta pasando con el vicepresidente, hoy procesado por corrupto. Por La Verdad Historica...Por La Victoria Final...Comentado,titulado y publicado por Miguel...1976 – 2 de julio – 2014: Día de los caídos de la Policía Federal Argentina – Atentado terrorista al comedor de Seguridad Federal




Muchas veces los recuerdos que uno tiene vívidos no coinciden con lo que se cuenta en la realidad cotidiana. Es entonces cuando se despierta la necesidad de investigar periodísticamente, documentarse con testimonios y bibliografía responsable.

El atentado terrorista contra la Policía Federal Argentina, ocurrió el 2 de Julio de 1976, a las 13:20 hs., hace exactamente 38 años. Una poderosa bomba explotó en el salón comedor de la Superintendencia de Coordinación de la Policía Federal, sito en Moreno 1417, en la Ciudad de Buenos Aires de la Republica Argentina, en momentos en el que se hallaba su personal almorzando. Murieron instantáneamente como consecuencia de la explosión de una bomba de origen vietnamita -potenciada con trozos de acero, que la onda expansiva transforma en mortíferos proyectiles- 21 personas, otras 3 murieron en los días siguientes, dejando un saldo de cerca de 100 heridos, muchos de ellos de gravedad.
La organización Montoneros se atribuyó la autoría del ataque. Autoría que reiteró a través de los años subsiguientes con declaraciones y testimonios en diversas plataformas periodísticas.
Cómo y quiénes realizaron el atentado terrorista*
Fragmentos, de la causa judicial del Comisario (R) PFA Hugo Raúl Biazzo

La organización Montoneros, contando con el apoyo de la Junta Coordinadora Revolucionaria (JCR), decidió efectuar un atentado con explosivos. Ese órgano lo integraban: Montoneros de la Argentina, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Chile, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), los Tupamaros de la R.O. del Uruguay, a los cuales representaban: Eduardo Luis Duhalde (Montoneros), Miguel Enríquez (MIR), Domingo Menna (ERP) y Raúl Sendic (Tupamaros). Sus actas fundacionales se firmaron en Chile en 1970 y se conformó definitivamente en La Habana en 1973. Cuba fue la base de entrenamiento militar de todas esas organizaciones, siendo el general Colomé Ibarra (Furry) quien alentó a tomar a la Argentina como una “Cuba gigantesca”. De ahí partió la idea de crear la Agencia de Prensa Latina, que fuera conducida por Jorge Masetti y Rodolfo Walsh, el cual, como queda dicho, fue luego (1976) “Comandante” de Montoneros, actuando en su Sección de Inteligencia, y promotor, junto a Horacio Verbitsky (Capitán Salazar), del atentado terrorista del 2 de julio de 1976 al comedor de Seguridad Federal.
Para ello, la Conducción Nacional de Montoneros (entonces Ejército Montonero) bajo la Jefatura de Mario Firmenich, autorizó a su Departamento de Informaciones e Inteligencia – conducido por el escritor y agente cubano Rodolfo Walsh, que respondía a la Secretaría Militar cuyo jefe era el capitán Marcelo Kurlat (El Monra), casado con Inés Carazo (Lucía) – ha hacerlo contra la Superintendencia de Seguridad de la Policía Federal. Para ese propósito se utilizaría una bomba del tipo “vietnamita “, construida en los laboratorios que poseía la organización terrorista en dos unidades básicas de La Plata, llamadas “Juan Pablo Maestre” y “Héroes de Trelew”; que regidas por la Tendencia Revolucionaria de la Columna Sur se complementaban con otros “centros” situados en Martínez y en Berisso, de la Provincia de Buenos Aires.

La estrategia ideada por el Aparato de Inteligencia y el Área Federal de Prensa, que comenzaron a trascender en el diario montonero “Noticias”, dirigido por Miguel Bonasso (Teniente Cogote), elaborada por Walsh, Horacio Verbitsky, y Carlos Tomás Goldemberg, consistía en recabar la mayor cantidad de información a sus milicianos, sobre blancos que podían ser sindicalistas, militares, instituciones militares o empresarios. A ese fin la “organización” se caracterizó por infiltrar “milicianos Montoneros” en organismos de las fuerzas armadas y de seguridad, sin asegurarles ninguna posibilidad de sobrevida en caso de ser descubiertos.

En consecuencia, la Inteligencia de Montoneros decidió que en el mes de marzo de 1976 se incorporara como agente a la Policía Federal, mientras realizada el servicio militar, el miliciano Juan Carlos Salgado, quien por sus funciones -agente de comunicaciones- tenía la posibilidad de almorzar en el comedor de la Superintendencia elegida. Walsh y Verbitsky determinaron trabajar sobre el infiltrado, impartiéndole las siguientes instrucciones:
Reunirse diariamente con sus superiores, en el caso ellos mismos, para facilitarles información sobre el funcionamiento de la Superintendencia y los nombres de los jefes principales.
Robar documentación, como planillas, en la que figuraran domicilios, teléfonos, mapas, planos del edificio, para determinar dónde y cómo ubicar el explosivo.
Determinar los horarios de entrada y de salida del personal, con sus respectivos vehículos y la forma de interferir las comunicaciones, para lo que tenían los medios adecuados.

Siguiendo las instrucciones, Salgado les comunicó a aquellos que al comedor no concurrían jefes policiales importantes; que quienes lo hacían eran, en su mayoría, personal civil y de baja graduación, preeminentemente personal femenino de la sección administrativa. No obstante ello, Walsh y Verbitsky le indican a Salgado que el explosivo que debería colocar sería una bomba del tipo vietnamita, comenzando éste a prepararse trabajando con expertos en explosivos. Aquéllos se inclinaron por ese tipo de bombas por la onda expansiva que producen y la gran cantidad de bolas de acero que contienen, por lo cual, si no matan, producen discapacidad permanente en las víctimas. En el mes de mayo Salgado completó su informe y pulió los detalles del procedimiento. La Inteligencia Montonera, puso a trabajar a todos sus hombres, aproximadamente 70, entre los que se encontraban además de los nombrados Walsh y Verbitsky, las respectivas esposas de éstos, Lilia Ferreyra y Laura Sofovich (Laura Yussem), cumpliendo el ritual orgánico que establecía que las parejas de los combatientes debía ser montoneras; Miguel Angel Lauletta (Caín), especialista en inteligencia; Norma Susana Burgos, viuda de Caride (histórico jefe Montonero), especialista en “piés telefónicos”; los periodistas Héctor Talbot Wright y Norberto Habegger (El Cabezón); Tarnopolsky; Patricia, hija de Rodolfo Walsh, encargada de contrainformaciones junto a otro periodista, Carlos Aznares; Lila Pastoriza de Jozami (Burbujas) especialista en medios de comunicación, cuyo marido Eduardo Jozami, había entrenado con el Che Guevara en Bolivia y se encontraba detenido; Eduardo Suárez; Enrique Jarito Walker, esposo de Adriana Lesgart, integrante éste del Ejército Montonero y Alberto Camps, sobreviviente de Trelew. Dentro de ese “aparato de inteligencia” que conducían Walsh (Comandante Esteban) y la esposa de éste Lilia Ferreyra (La Negra) -encargada de los archivos y sistematización de datos- bajo el lema “hacer de la Organización un arma”, militaba Horacio Verbitsky (a) Capitán Salazar. Egresado del Colegio Nacional Buenos Aires, Verbitsky, periodista entrenado en contrainteligencia en La Habana, fue segundo de Walsh desde la época en que éste creó el Ejército Nacional Revolucionario (ENR), pequeña Organización que se adjudico los asesinatos de los gremialistas Augusto Timoteo Vandor y José Alonso, y que por esos méritos se fusionó con Montoneros. La tarea periodística de este guerrillero comenzó en 1967 en el diario Clarín y siguió en el diario Noticias de Montoneros, teniendo por misión socavar todas las instituciones del gobierno constitucional y desinformar a la población, como ocurrió con el asesinato de Jose I.Rucci, planeado desde Inteligencia. A Rucci lo mató la CIA, afirmó Walsh. Lo mismo había dicho de Vandor. Era la contrainteligencia cubana utilizada en Montoneros, en su esplendor. Laura Sofovich (Laura Yussem), esposa de Verbitsky, hija del apoderado judicial de la sociedad editora del diario Clarín y vinculada familiarmente al Secretario del mismo, Carlos Asnarez; Patricia Walsh (hija del jefe); Miguel Bonasso (Teniente Cogote), encargado de Prensa y Difusión en la Columna Capital, quien salió del país en 1976 y se radicó en Roma donde formó parte del Consejo Superior del Peronismo Montonero, radicándose luego en México; Pilar Calveiro de Campiglia (Merke), cuyo marido Horacio Campiglia (Comandante Petrus) integró la Conducción Nacional en México; Lucila Pagliai, encargada de dar información para los “blancos”, profesora de literatura que reside o residió en Francia, y Roberto Falcone (Chiqui), encargado de darlos a conocer en la revista Evita Montonera, órgano oficial del Ejército Montonero, que él dirigía; manejaban una Central de Inteligencia y un aparato de prensa denominados Agencia Clandestina (ANCLA) y Cadena Informativa, respectivamente.

A las 13:20 hs. del 2 de julio de 1976, el agente de comunicaciones de la Policía Federal Juan Carlos Salgado, miembro de la organización terrorista montoneros; ingresa al comedor de Seguridad Federal, pasando por la guardia, con un simple saludo como era su costumbre. Terminado su almuerzo, dejo en una silla semioculta por el mantel, la mortífera carga que 7 minutos después, habría de causar 24 muertos, cerca de 100 mutilados, ciegos, quemados, y heridos graves entre policías, familiares e invitados.
Conclusiones

La consecuencia inmediata de este atentado terrorista, fue el desplazamiento del entonces flamante Jefe de la Policía Federal, un general auditor, que todavía defendía con firmeza que la represión a las guerrillas fuera realizada con la ley en la mano.

Si bien, hay diferentes hipótesis sobre las posibles razones del atentado terrorista; la bomba de Montoneros, pese a las pretendidas “justificaciones” que sus autores oportunamente esgrimieron; permitió y termino beneficiando a los entonces partidarios de la represión ilegal. Paradoja incierta, en un “juego de espías y de guerra” sin antecedentes en nuestra Argentina.

El Estatuto de Roma, consagro internacionalmente el concepto que “un crimen de lesa humanidad, es un ataque sistemático y organizado contra una población civil” y que “no hay nada que exija que solo el Estado puede cometer tales crímenes”. Consecuentemente, un importante sector de la sociedad, pide desde ya hace varios años, que el atentado terrorista en las dependencias de la entonces Coordinación Federal, sea catalogado como crimen de lesa humanidad. Al momento, todas las instancias judiciales intervinientes, rechazaron declarar imprescriptible el hecho. Este miércoles 2 de Julio a las 18:00 hs. en Moreno 1417 (en la puertas del ex comedor de Seguridad Federal) distintas entidades, rendirán homenaje a los Policías Federales caídos en cumplimiento del deber; estarán entre otros Carlos Romero Presidente de la Comisión de Homenaje a Policías y Ciudadanos muertos por la delincuencia, y Fabiana A. Palazzo Presidente de la Red Solidaria por la Inseguridad en Argentina.

Las víctimas del terrorismo -ya sean de organizaciones guerrilleras o de Estado- no deberían ser tomadas desde el factor ideológico. Son, ni más ni menos, lisa y llanamente víctimas del terrorismo. Todas las victimas deberían ser iguales ante la Ley. Nuestra historia reciente, lo reclama, no debemos ignorarla y esconderla.



Oscar Dufour

Twitter: @DufourOscar

E-mail: dufouroscar@yahoo.es

Gentileza para el InformadorPublico.com

* Bomba en el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal, el 2 de julio de 1976, 18 muertos y 66 heridos – Acuña, Carlos Manuel. Verbitsky. De La Habana a la Fundación Ford, Ediciones del Pórtico, 2003, pág.164: “…2 de julio; atentado con explosivos en el comedor de la superintendencia de Seguridad de la Policía Federal. Treinta muertos y setenta heridos y mutilados, la mayoría de gravedad.. (Walsh había captado al ex suboficial de la Federal, José María Salgado, para que introdujera el explosivo)…” – Idem, id., págs. 147 y 148: “…Walsh junto a Horacio Verbitsky y Carlos Goldemberg, otro miembro del aparato de inteligencia, planificó el atentado en el comedor de la superintendencia de Seguridad Federal, cuando después de captar al suboficial de la Federal José María Salgado, le ordenó que colocara la bomba el 2 de julio de 1976 que provocó 30 muertos y 70 heridos y mutilados…”

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