"LAURA ESTELA CARLOTTO BARNES (ALIAS RITA)"...ASESINA TERRORISTA...EL GRAN CURRO, EL GRAN NEGOCIO DE LOS DERECHOS HUMANOS...DOS INFORMES QUE TE MOSTRAMOS PARA QUE SE SEPA LA VERDAD HISTÓRICA...Titulado, comentado y publicado por Miguel...
¿QUIÉN ERA LAURA ESTELA CARLOTTO, NOMBRE DE GUERRA “RITA”, MILITANTE DE MONTONEROS? SU POSIBLE PRONTUARIO
Laura Estela Carlotto Barnes, había nacido el día 21 de febrero de 1955, recibiendo el DNI 11.614.026 siendo su madre Estela Barnes de Carlotto. Al año 2014, tres de sus hermanos son funcionarios. Uno de sus hermanos era Remo, quien es actual Diputado Nacional del oficialista Frente para la Victoria, y es integrante de “La Cámpora”. A su vez, Guido Carlotto es el Secretario de Derechos Humanos bonaerense. A su vez, Claudia Carlotto es titular de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi).
RITA
¿Era “Rita” concubina de Fontan o de Falcone? ¿Era su cuñado Jorge Falcone, cuyo nombre de guerra era “Chiqui”?
Distintas fuentes que pueden recabarse en Internet, ofrecen un posible historial de la trayectoria de “Rita”, el cual era el nombre de guerra en la organización Montoneros de Laura Estela Carlotto Barnes.
Tenía “nombre de guerra” (NG), porque ocupaban un status militar, en el marco de una guerra llevada a cabo contra la sociedad civil para adueñarse del poder durante la década de 1970.
La Organización Política Militar Montoneros, llevó a cabo acciones en las cuales “Rita” había actuado personalmente de forma no organizada o dentro de una estructura de combate: Pelotón, Grupo, Sección, etc. y conducidas por un responsable, siendo tal el modo de operar de dicha organización.
¿INOCENTE COLEGIALA?
La hija de Estela de Carlotto, quien se llamaba Laura Estela Carlotto (Nombre de Guerra “Rita”), durante el verano de 1974, vistiendo un uniforme de colegiala, asesinó por la espalda con cinco tiros a un militante de la CNU (Concentración Nacional Universitaria). Una semana después, los montoneros mataron a otro cuadro de la CNU y ahí se produjo la guerra.
Laura Estela Carlotto estaba casada, había pasado a la clandestinidad para cometer actos de terrorismo, y además tenía dificultad para llevar a buen término los embarazos, un dato que su madre siempre se ha cuidado de ocultar para sostener el dato plagado de “pistas falsas” (según sus propios dichos) del supuesto nieto “Guido”.
Años antes a 1977, cuando su hija no era subversiva y estaba aun normalmente casada, Estela Carlotto llegó a la casa de la madre del general Bignone, donde celebraban con algunas amigas el cumpleaños de la hermana del mismo, sumamente compungida porque "su hija casada no había podido tener familia"... Al parecer, estos hechos son parte de una Historia que no se cuenta.
VIOLENTA BIOGRAFÍA
En 1976, Laura Carlotto tenía 21 años y vivía con unas amigas en La Plata, en un departamento justo enfrente de la comisaría novena. Les parecía que, de tan obvio, las ponía a salvo de sospechas: era un primer piso con dos habitaciones donde vivían y se refugiaban muchos militantes de la JUP. Allí empezó un periplo de casa en casa según el libro "Laura, vida y militancia", escrito por María Eugenia Ludueña y publicado por Editorial Planeta Argentina.
El libro señala que "el Consejo Nacional de Montoneros había dado a conocer el Código de Justicia Penal Revolucionario. Sus directivas alcanzan a distintos niveles de la organización: militantes, activistas y colaboradores, incluso de las agrupaciones, con distintas penas. Sus artículos definen las figuras del delito: traición (colaborar con el enemigo), delación, deserción. No caer combatiendo o evitar el combate en una situación donde se impone, faltar a una opereta, configuran delitos muy graves. Algunos se castigan con fusilamiento. La pena máxima solo puede ser dictada por el Consejo Nacional de la Organización, a propuesta del Tribunal Revolucionario. O también, por propia decisión del Consejo cuando el juicio se hace por apelación, o a pedido de algún miembro."
"Laura cuenta cómo van sus operativos de pintadas. Su hermano Kibo, que recién hace sus primeros pasos en la militancia, la ayuda a planearlas, a veces le alcanza un informe de la zona... En las primeras semanas de marzo de 1976, el Poder Ejecutivo envía al Parlamento las reformas que endurecen la legislación antisubversiva, similares a las dictadas años atrás por Onganía. Unos días más tarde, las medidas represivas que emanan de la Presidencia incluyen la pena de muerte. Los militantes de la JUP ya no hacen reuniones de ámbito, solo respetan el calendario de las citas en los lugares públicos. A veces ni se hablan: simplemente uno ve pasar al otro o se cruzan en una caminata efímera, donde circulan por veredas opuestas, en direcciones contrarias. Si hay alguna información entonces sí, se acercan y se la transmiten rápidamente. Los responsables informan la cita del día siguiente y siguen caminando. “Mañana en 7 y 50, a las nueve de la mañana”. Si pasan diez minutos y la otra persona no llega, es una señal pésima, hay que retirarse y echar a correr la voz. Es crucial enterarse pronto de que un compañero ha caído en manos del enemigo. Ya saben que si uno de ellos desaparece, el riesgo lo corren todos. Los que empiezan a contar que a algunos militantes los levantan en la calle, los torturan salvajemente y no los ven más son amigos de Laura. Algunos se quiebran y pueden dar nombres, direcciones. O colaborar con la Policía que los lleva de paseo en auto a señalar gente." El libro, ¿da a entender que "Rita" era una "buchona"?
CON GRADO MILITAR
Los grados, en los primeros años, tenían los siguientes niveles: Miliciano, Aspirante, Oficial, Oficial 2º, Oficial 1º, Oficial Mayor y Oficial Superior. Con la organización y puesta en funcionamiento del Ejército Montonero el 05/10/75 en su ataque al cuartel de Formosa, los niveles pasaron a ser: Soldado, Subteniente, Teniente, Teniente 1º, Capitán, Comandante 2º y Comandante. Lo que no cambió son los cincos hechos delictuales de distinta intensidad de riesgo para la promoción de nivel. Estos siete niveles en uno u otro caso permiten inferir que para llegar a lo más alto de la conducción Oficial Superior u Comandante, los integrantes debían ejecutar como mínimo treinta y cinco acciones terroristas.
Rita militaba en la JUP y Prensa de Montoneros (Debate en la Causa 2955 “Almeida y otros” del Tribunal Oral Criminal Federal Nº 1 de La Plata, donde la madre, Estela Barnes de Carlotto declaró que su hija Laura Estela pertenecía a Montoneros al aparato de Prensa el 08/05/2012).
BOMBA AL JEFE DE LA PFA
El 18 de junio de 1976, Montoneros asesina al Jefe de la PFA General Brigada Cesáreo Ángel Cardozo (In Memoriam, Ed. Círculo Militar, Bs. As. 1999, Tomo I Pág. 270), mediante una bomba colocada debajo de su cama en el domicilio, por la Montonera Ana M. González NG “Teresa”, de 18 años, amiga de “Rita” (es decir, debía estar en contacto con ella por el vínculo de amistad).
El hecho fue muy promocionado por Montoneros, incluyendo una entrevista clandestina con la revista española Cambio 16. La terrorista posteriormente muere en 1977 al intentar evadir con un auto un puesto de control tránsito del EA, donde mata a quemarropa a un Soldado Guillermo Félix Dimitri; este antes de caer ametralla el auto con disparos de fusil FAL y la hiere de muerte en el hígado. Fallece horas después en una posta sanitaria clandestina; para evitar una propaganda negativa sus compañeros terroristas ocultan la muerte, incinerando el cuerpo y enterrando las cenizas en un lugar desconocido.
Este atentado fue planificado y ejecutado por integrantes del Departamento de Operaciones Especiales del Servicio de Inteligencia Nacional de Montoneros. En el mismo habrían participado entre otros su principal responsable, Mario Firmenich NG “Pepe” como Comandante, con un importante equipo militar, entre quienes se contaban Jorge Delfor Falcone NG “Chiqui” como encargado de dar a conocer los hechos en la revista Evita Montonera, que él dirigía, ya que manejaban una Central de Inteligencia y un aparato de prensa denominados Agencia Clandestina (ANCLA) y Cadena Informativa, respectivamente. Junto con él, habría participado en la sección de Prensa Laura Estela Carlotto Barnes NG “Rita”
ATENTADO A LA PF
Luego, el 2 de julio de 1976, la Conducción Nacional de Montoneros bajo la Jefatura de Mario Firmenich NG “Pepe”, autorizó al Área Federal, a su Departamento de Informaciones e Inteligencia, conducido por el escritor y agente cubano Rodolfo Walsh NG “Petrus” o “Esteban” - Capitán, al Departamento Operaciones cuyo responsable era el Comandante 2º Marcelo Daniel Kurlat NG “El Monra”, casado con Inés Carazo NG “Lucía”, de atentar contra la Superintendencia de Seguridad de la Policía Federal. Para ese propósito se utilizaría una bomba del tipo vietnamita, construida en los laboratorios que poseía la Organización en dos Unidades Básicas llamadas Juan Pablo Maestre y Héroes de Trelew de La Plata, respectivamente, que dependían de la Regional Sur – Columna La Plata se complementaban con otros centros logísticos situados en Martínez y en Berisso, de la provincia de Buenos Aires. Al respecto se afirma que entre 1976 y 1978, Montoneros produjo setecientos ochenta kilos de alto Explosivo Plástico (C-2), y sus Unidades Zonales más de mil quinientos kilos de explosivo de mediano poder, usado para los ataques con granadas y en operaciones cuyo empleo así lo requería.
Así, el 2 de julio se produce el atentado con explosivos en el Comedor de Seguridad Federal de la PFA con veintitrés muertos: Oficial Ayudante Alejandro Castro, Cabo Ernesto Agustín Suani, Cabo 1º Carlos Shand, Sargento Juan Paulik, Sargento Rafael Modesto Muñoz, Sargento Bernardo Roberto Tapia, Supernumerario David Ezequiel Di Nuncio, Oficial Inspector David Ron, Suboficial Auxiliar José Hilario Carvasco, Sargento María Esther Pérez Couto, Sargento (R) Romualdo Rodríguez, Sargento Bernardo Zapi, Agente José Roberto Iacovello, Agente Juan Carlos Blanco, Agente Alicia Esther Lunati, Agente Ernesto Alberto Martinzo, Cabo Genaro Bartolomé Rodríguez, Sargento Adolfo Chiariano, Cabo Elba Hilda Gazpio, Cabo Vicente Iore, Supernumerario Ramón Arias, Sargento Marta Olga Pérez de Bravo y Oficial Ayudante Héctor A Castro, la civil Josefina Cepeda 11, doce mutilados y sesenta y seis heridos. Habría sido ejecutado por Mario Firmenich NG “Pepe” como Comandante, con Horacio Alberto Mendizábal La Fuente NG “Hernán” o “Vasco” o “Mendicrín” o “Antonio” o “Lauchón” como Comandante Responsable del Área Federal. También habrían participado Rodolfo Walsh NG “Esteban” o “Petrus” como Comandante 2º Responsable Departamento de Informaciones e Inteligencia; Horacio Verbitsky NG “Roberto” o “Salazar” como Capitán y Responsable Subsector PFA del Departamento de Informaciones e Inteligencia; y Miguel Bonasso NG “Cogote” como Teniente, Integrante del Subsector PFA del Departamento de Informaciones e Inteligencia. Entre los partícipes necesarios se contaría con Jorge Delfor Falcone NG “Chiqui”, y Laura Estela Carlotto Barnes NG “Rita”
BOMBA EN EL CÍRCULO MILITAR
El 17 de octubre de 1976, Rodolfo Walsh, también tuvo participación en tareas de Inteligencia en la bomba colocada en el cine del Círculo Militar, con más de 50 heridos entre el personal retirado, familiares y socios de ese club, aprovechando su condición de hijo del JEMGE. Por su cargo y funciones, fue, además, propiciador de otra importante cantidad de atentados. Entre los partícipes necesarios de dicho acto terrorista se encontraban Jorge Delfor Falcone NG “Chiqui” y Laura Estela Carlotto Barnes NG “Rita”, y Adriana Puigross de Bernetti NG “Cabezona” integrante del Departamento de Informaciones.
Después, el 3 de noviembre de 1976, es copada la planta transmisora de Canal 2 de TV en La Plata, Montoneros pasa una proclama revolucionaria. Habrían Participado entre otros: Cañas Blanca Santiago Enrique, Aued Lara Roberto Eduardo NG “Turco”, Medici María Graciela de Aued, y Carlotto Barnes Laura Estela NG “Rita”.
BOMBA EN EL MINISTERIO DE DEFENSA
El 16 de diciembre de 1976, a las 19:15, Montoneros realizó un atentado protagonizado por el Pelotón de Combate Norma Arrostito de la Columna Capital en el microcine de la Subsecretaría de Planeamiento del Ministerio de Defensa, ubicado en el tercer piso del edificio que ocupaba en calle Bartolomé Mitre al 1462, en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires. En esa oportunidad se realizaba allí una reunión de trabajo y en momentos de producirse la explosión estaba colmada su capacidad; los participantes eran funcionarios militares, diplomáticos y civiles, entre los que había hombres y mujeres. Fue ejecutado por la organización terrorista Montoneros utilizando un artefacto explosivo de alto poder del tipo de bomba vietnamita. Este tipo de artefacto contiene -además del explosivo- perdigones y trozos de metal que al producirse la explosión se transforman en proyectiles y aumentan en forma considerable el número y gravedad de las víctimas. El artefacto explosivo fue colocado por un miembro de Montoneros, el sociólogo José Luis de Dios NG “Jerónimo”- empleado como asesor de esa Subsecretaría y con más de 10 años de antigüedad en el cargo. El procedimiento fue dejar en el centro del salón su maletín con la bomba activada y retirarse del lugar para concurrir al baño, dándose a la fuga en forma inmediata. Como consecuencia del atentado murieron 14 personas y resultaron heridas de distinta gravedad 30 de los presentes. Además, recibieron heridas otras personas que transitaban próximo al lugar. El lugar quedó totalmente destruido y la onda explosiva causó daños en locales vecinos, en el piso inferior y en edificios linderos.
La publicación clandestina de Montoneros Evita Montonera Nro 15 de febrero de 1977 en su página 27 decía que el atentado lo había cometido el Pelotón de Combate “Norma Arrostito” del ejército montonero, argumentando con falsedades el objetivo elegido, ya que allí no se efectuaba ningún tipo de planificación relacionada con la guerra contra el terrorismo subversivo. En realidad, el atentado se efectuó en ese lugar, por trabajar allí un miembro de la organización y tener éste la posibilidad de ejecutarlo sin mayores complicaciones y sin importarle la vida de sus compañeros de trabajo con los que había compartido 10 años de su vida. (Los terroristas llaman a esta actitud alevosa Moral revolucionaria) y no, por las causas expresadas por la organización, que eran falsas. José Luis de Dios, en septiembre de 1977, mientras se desempeñaba como Secretario de Prensa y Propaganda de la Columna 19 Norte fue abatido en un enfrentamiento. Habrían participado en el nivel de decisión Mario Firmenich NG “Pepe” como Comandante, y como partícipes necesarios formando parte del Departamento de Inteligencia: Jorge Delfor Falcone Méndez NG “Chiqui” y Laura Estela Carlotto Barnes NG “Rita”
AUTOPSIA
El 25 de agosto de 1978, son exhumados los restos de Laura Estela Carlotto Barnes de Fontan NG “Rita”, en La Matanza. En esa oportunidad fueron identificados sus restos por el EAAF en 1985. Lo insólito es que figura como desaparecida en el Nunca Más de la CONADEP en su edición 2006 (Roberto Baschetti, La memoria de los de abajo, Ed. De la Campana, La Plata 2007, Vol. 1, Pág. 108. Libro Tumbas Anónimas Pág. 169, de Cohen Salama Mauricio. Exhumada el 25/11/85 en el cementerio de La Plata).
Una versión afirma que “Rita” fue secuestrada en una confitería de la entonces Capital Federal en noviembre 1977, que estaba embarazada de 2 meses y medio, y que su hijo habría nacido en el Hospital Militar. El ex general Suárez Mason había sido condenado en Italia por la desaparición de ambos, de Laura Carlotto y de este supuesto hijo (nieto de Estela Barnes).
Según la versión oficial de la Policía Bonaerense, Laura murió el 25 de agosto de 1978, a la 1:20 de la madrugada, en un enfrentamiento "con fuerzas conjuntas, dependientes del Área Militar 114, en la intersección de la Ruta Nacional N° 3 y Cristianía, Isidro Casanova". Tenía la mitad del rostro destrozado por itakazos y el vientre perforado por un disparo. El cuerpo fue entregado por la policía a una funeraria, adonde Estela Carlotto lo pudo recuperar luego de largos trámites. Es decir, según esta versión si eventualmente hubiese sido posible por un verdadero milagro que “Rita” hubiese tenido un hijo habría sido en su estado de clandestinidad, habiéndolo dejado a cargo de alguien mientras realizaba alguna operación de riesgo, en la cual aconteció el enfrentamiento.
¿Y VAELLO?
Hubo testimonio ante la CONADEP de un tal Vaello en 1984, preso en la cárcel y presunto ex CNU, quien dijo que el bebé fue entregado a un médico del cual indica nombre, datos y domicilio. Esto fue dicho en 1984 al juez que investiga este caso en forma puntual; se supone que en todos los años transcurridos ya debería haber aclarado esta denuncia, pero no hay ninguna diligencia al respecto en el expediente Bagnasco. El tal Vaello no ha declarado judicialmente, algo que sería inaceptable si lo que dijo fuera cierto. No hay ninguna declaración del tal Vaello ante la causa, ni constancias de lo actuado por el juez del caso puntual. Pese a haber sido entregado el cadáver de la terrorista muerta a su madre, no hay en la causa examen forense con constancias de embarazo anterior, algo elemental de hacer; justamente, en otro caso de esta investigación del juez Bagnasco, se intentó probar un nacimiento por el dictamen forense que informaba de un embarazo y parto antes de morir. Parecería que estos exámenes se practican cuando convienen a la querella y se desechan en caso contrario.
DINERO, PODER Y VENGANZA
El caso está repleto de contradicciones. Los familiares de Estela Barnes de Carlotto como se dijo al principio, han sido y son funcionarios.
Ella misma ha sido funcionaria bonaerense hasta su renuncia por motivo de desprolijidades en la gestión que no fueron aclaradas hasta el presente.
Es claro que toda persona tiene el más que esencial derecho a su propia identidad. La pregunta que surgiría a cualquiera es cómo fue que Laura "Rita" Carlotto tuvo un hijo si no podía llevar a buen término embarazos, cómo fue que estando embarazada fue detenida, o cómo fue que después de haber tenido un hijo y estando en clandestinidad participó de un enfrentamiento en el cual resultó herida mortalmente sin que su hijo estuviese en el lugar. Efectivamente, son contradicciones que se suman a que el "dato" que siempre sostuvo Estela Barnes de Carlotto no coincide en la fecha del nacimiento del joven Ignacio Hurban, cuyo nombre tampoco es "Guido", en tanto que ahora resulta que su padre sería Montoya, el cual antes jamás había sido mencionado como pareja de "Rita". Y además, ¿cómo aparece en el listado del "Nunca Más" en su edición de 2006 si no es desaparecida, ya que el cuerpo de "Rita" fue entregado a su madre el mismo día en que murió? Son incógnitas y contradicciones que no está a nuestro alcance resolver.
No obstante ello, la Justicia ha determinado que el “nieto 114” es de Carlotto, el nuevo “Guido Montoya Carlotto”, es efectivamente nieto de Estela Barnes. Todo ello mientras los médicos de la provincia de Buenos Aires repudiaron a su colega Julio Luis Alberto Sacher, cuyo nombre figura en el acta de nacimiento del nieto de Estela de Carlotto, Ignacio Hurban (Guido Montoya Carlotto). Automáticamente se le asignó una indemnización de un millón de Pesos y un salario de por vida de $ 6.000 mensuales.
JUSTICIA, PACIFICACIÓN Y CONCORDIA
Esta historia es una reconstruccion basada en datos que pueden hallarse en Internet. Seguramente existieron muchos hechos que se desconocen, y que tal vez se desconocerán por siempre jamás, debido a la clandestinidad con que operaron los grupos subversivos.
Lógicamente toda sociedad sana, todo ciudadano sano, repudia la injusta violencia, repudia el terrorismo. A su vez, no podemos dejar de repudiar los excesos cometidos en la sociedad de los "años de plomo", muchos de los cuales incluso fueron tenidos como "reglas del juego". A su vez, deben efectuarse reparaciones a todas las víctimas de aquella sociedad enferma, no solamente a una parte. Y debe crearse un clima apto para que todos los excesos cometidos sean reparados.
¿Existen casos que deben aun ser reparados? Indudablemente que sí, pero en un clima de violencia jurídica y moral se hace muy difícil tal reparación, por lo cual es menester crear el ámbito de serenidad para poner orden y "dar a cada uno lo suyo, lo que le corresponde" en derecho.
DEL HORROR A LA PACIFICACIÓN
Finalmente, no se puede dejar de mencionar el horror vivido en la década de 1970, provocado por grupos terroristas, por grupos paramilitares, y también por funcionarios del Estado.
Resulta claro que hubo una guerra, ya hubo dos Ejércitos que se enfrentaron, ambos con grados militares: las Fuerzas Armadas de la Nación, y las fuerzas militares constituidas con sus jerarquías por los subversivos de aquél entonces, quienes actuaron no sólo en tiempos de gobierno de facto, como pretende hacer suponer la "Historia Oficial", sino también en tiempos democráticos, incluso en contra del mismo gobierno de Juan Domingo Perón, quien dio durísimos discursos contra el accionar subversivo y terrorista que cada día se agravaba más en aquellos tiempos.
La Guerra contra la Subversión tuvo excesos que son injustificables e inadmisibles desde todo punto de vista. Pero ello no exime de responsabilidad a los terroristas, ni los autoriza a tomar venganza ahora que están en el poder. El dolor vivido por los desaparecidos y por los familiares de los desaparecidos, fue cambiado por un negocio. Los familiares de las víctimas de la subversión no deben imitarlos ni tomar el mismo camino.
La sociedad entera merece una pacificación y vivir en concordia y con justicia, evitando toda venganza. Sólo así podremos mirar y enfrentar el futuro unidos en la Verdad.
Fuentes:
http://www.infobae.com/2014/08/05/1585564-la-historia-laura-la-madre-guido-carlotto
http://diariopregon.blogspot.com.ar/2011/06/carlotto-pidio-que-no-confundan-abuelas.html
http://seprin.info/2014/08/05/carlotto-tiene-que-tapar-el-default-y-el-procesamiento-de-boudou-dudas-del-nieto-sea-lo-que-dice-ser/
http://www.diarioveloz.com/notas/130474-fuerte-repudio-al-medico-que-figura-la-partida-nacimiento-guido-carlotto
http://www.revistaanfibia.com/feria-nota/laura-carlotto-el-principio-de-la-noche-interminable
COMUNISTA SIGLO XX Y SOCIALISTA TRANSICIONAL SIGLO XXI.
Informe sobre la desacreditada activista y empresaria kkista del ADN Estela Carlotto, jefa de Abuelas de Plaza de Mayo.
“Nosotros reivindicamos el valor de una lucha, que sí la hubo armada (…) esa violencia es la que tuvo San Martín y los héroes cuando tuvieron que defender la patria. (Ellos, por los desaparecidos) defendieron a su manera, con errores, virtudes y defectos…Sabemos lo que hicieron y cómo lo hicieron. Yo estoy orgullosa de mi hija, que dio la vida, tenía 23 años cuando la mataron, qué tenemos de dar explicaciones a esta altura, de este tipo. Es absurdo…Lo malo fue el terrorismo de Estado y lo bueno, una generación que dejó la vida y nos dejó la democracia”[1] afirmó días atrás la empresaria de los derechos humanos Estela Carlotto, reivindicando así los homicidios, secuestros y atentados cometidos por los terroristas Montoneros en los años 70`, de cuyas filas delictivas participaron dos de sus hijas.
No contenta con esta confesión, seguidamente Carlotto mintió al sostener que estos asesinos nos “dejaron la democracia”, afirmación falsa dado que la banda que por entonces supo comandar Mario Firmenich, no sólo no creyó jamás en la democracia sino que atentó contra ella llevando adelante el 52% del total de los asesinatos que cometieron justamente en la democracia obrante entre mayo de 1973 a marzo de 1976 (a la sazón gobernada por el mismo partido político que gobierna hoy).
A muchos les llamó la atención esta sórdida declaración de Estela de Carlotto, pero a quienes desde siempre la hemos considerado una farsante, esta manifestación lo único que hizo fue desnudar un poco más la naturaleza ideológica de la dirigente kirchnerista en cuestión.
Carlotto nunca tuvo un discurso claro. Siempre fue impreciso, ambivalente, confuso y contradictorio. Se vendió como defensora de los DDHH a la vez que defendió al terrorismo local e internacional.
Con mayor mesura y habilidad gestual que su colega Hebe de Bonafini, la líder de Abuelas de Plaza de Mayo explotó a todo propósito la muerte de su hija explicando y narrando una suerte de episodios presuntamente padecidos que no sólo nunca fueron aclarados sino que tampoco fueron corroborados.
Lo cierto es que una de las hijas de Carlotto, llamada Laura y de nombre de guerra “Rita”, murió en la guerra antisubversiva (habría sido ejecutada tras haber estado un tiempo detenida), y la otra hija suya, de nombre Susana Estela (también montonera pero que sobrevivió en la contienda), por entonces contrajo matrimonio con Jorge Falcone, Oficial Montonero, mano derecha de Firmenich y hermano de la montonera Claudia Falcone (protagonista del episodio distorsionadamente conocido como “La Noche de los Lápices”)[2].
Desde hace varios años, Carlotto viene afirmando que su hija Laura, estando detenida en supuesto estado de preñez, dio a luz una criatura que en vez de ser entregada a sus ascendientes cosanguíneos en segundo grado, fue irregularmente trasladada a manos de otra familia. Pero esto no es más que una frágil hipótesis esbozada por la propia Carlotto, ya que no se conoce constancia fehaciente de que su hija muerta en la guerra haya estado embarazada alguna vez.
En efecto, a fines de 1977 Carlotto denunció la desaparición de su hija, sin mencionar ningún estado de embarazo según consta en el Legajo CONADEP, número 2085. Por entonces, con motivo de la profusa amistad que frecuentaba Carlotto con Marta Bignone (hermana del Gral. Reynaldo Bignone y a quien había conocido como compañera de trabajo en el área docencia), aprovechando sus aceitados contactos con las cúpulas castrenses Carlotto se entrevistó en 1977 con el mismísimo Bignone (entonces Secretario Gral. del Ejército) en 1977, y posteriormente le fue entregado el cuerpo de su hija, sin que ninguna autopsia determinara jamás el estado de embarazo.
Tan insustancial resultan los fundamentos de Carlotto (quien tiene el cuerpo de su hija y con una mera autopsia ad hoc quedaría dilucidado el enigma), que en oportuno reportaje publicado en la Revista dominical del diario La Nación, la Periodista le pegunta: “¿Está segura de que su nieto nació?” y Carlotto en lugar de contestar en función del categórico rigor científico vagarosamente respondió “Un chico que cumplía el servicio militar y que hoy es testigo la custodió hasta la sala de partos. Luego le quitaron al hijo y Laura vivió dos meses más…” Seguidamente la Periodista le pregunta “¿Cómo dio con su hija desaparecida?” – (E. Carlotto) Mediante una carta anónima supimos que estaba viva y embarazada. Nueve meses después nos citaron en una comisaría para que reconociéramos el cadáver de Laura”.[3]
A esta respuesta tan poco consistente, otro aspecto por demás sugestivo, lo hallamos en el extraño hecho de que la incorporación de Carlotto a las “Abuelas de Plaza de Mayo” posee una profusa curiosidad, la cual consiste en que ésta, mucho antes de haber recibido esa supuesta noticia anónima informando que su hija habría estado embarazada, ya estaría integrando el grupo “Abuelas de Plaza de Mayo”. ¿En carácter de qué lo integraba si todavía no era “abuela”?. Interesa la pregunta porque durante uno de los llamados “Juicios por la Verdad”, el 17 de Marzo de 2004 en La Plata, la misma Carlotto confesó: “Yo ya estaba trabajando incorporada a las Abuelas de Plaza de Mayo, ya fundadora desde Octubre del 77”[4] (no quedando claro el momento de su incorporación). Pero más allá de ello, prosigue Carlotto en ese mismo testimonio alegando que recibe la mentada información “en Abril del 78 cuando se acercó hasta la fábrica, hasta el negocio de mi esposo, una Señora vecina, de apellido Campos que había compartido con Laura el secuestro…Laura le pidió que fuera a ver a su papá para decirle que estaba bien, que estaba esperando un bebé en un embarazo de seis meses, que iba a nacer en Junio del 78”[5] (¿no había dicho en reportaje transcrito arriba que la información recibida era anónima?).
Otro dato por demás interesante, es que Carlotto mantuvo contacto con su hija (quien estaba en la clandestinidad pero no detenida) por lo menos hasta el 16 de noviembre de 1977 (jamás su hija en esos contactos le manifestó la noticia de estar con más de dos meses de embarazo). En efecto, relata Carlotto que “ella vivía con su compañero y a mí me llamaba por teléfono, cada semana o por lo menos cada 10 días y me enviaba una carta también, fechada el mismo día que me llamaba por teléfono para contarme como estaba… la última carta que recibí de Laura fue fechada el 16 de Noviembre del 77 y el último llamado fue ese mismo día también a la Escuela 43, donde yo ejercía la docencia… Luego el silencio, no hubo más cartas, no hubo más llamados”[6].
A estas declaraciones de Estela Carlotto (tan difusas en cuanto a fechas), se le sumaron los testimonios expuestos ante el Juez Bagnasco (quien desarrolló el caso “Carlotto” con pruebas insuficientes y rebuscadas), excepto por el relato de dos testigos que habrían también estado detenidos (la Sra. Alcira Ríos y su marido Luis Córdoba), quienes dicen haber visto a Laura Carlotto un mes después del presunto parto (ya que estos llegaron al lugar de prisión un mes después del hipotético episodio) y según ellos, la misma Laura les habría comentado haber tenido un hijo. O sea, no son testigos de embarazo ni parto alguno, sino que solo repiten palabras no verificadas de una persona confirmadamente muerta. Pero para potenciar el desconcierto, sendos testigos dicen en el mismo texto, que cuando conocieron a Laura, ésta les manifestó que había sido detenida aproximadamente en el mes de octubre de 1977. Lo cual no es cierto, pues hasta Estela Carlotto confirma su última comunicación con su hija el 16 de noviembre, y el Juez Bagnasco estima la detención el 26 de noviembre (10 días después de la última comunicación). Por ende, tenemos una diferencia de casi dos meses y además, de haber sido así y haber existido el embarazo y el consiguiente parto que los testigos dicen que Laura les contó, el estado de preñéz hubiese durado al menos diez meses y medio, lo que obviamente es imposible.
Como reza el viejo adagio, la carga de la prueba recae sobre aquel que afirma la existencia de un hecho. En el caso de marras, la agrupación liderada por Estela Carlotto “Abuelas de Plaza de Mayo” se aferró siempre a tres aristas:
1) Que hubo un “Plan Sistemático de Robo de Menores”
2) Que dentro de este plan se “robaron 500 niños”.
3) Que dentro de esos 500 niños se encontraría un supuesto nieto de Carlotto.
Al día de la fecha, a nuestro juicio ninguno de estos tres extremos nos parece clarificado ni probado. Vayamos a cuentas.
Respecto a la presunta existencia de un “plan sistemático de robo de menores” y que dentro de tan macabro propósito “fueron robados 500 niños”, nos encontramos con que estas últimas cifras no poseen respaldo documental alguno, pero que al igual que tantos otros desmanejos numéricos, han sido instaladas como slogan propagandístico. Por ejemplo, en cuanto al mito del “Plan Sistemático” promocionado por Carlotto y compañía, este se apoya fundamentalmente en que “las Abuelas” afirman haber “recuperado” más de 100 jóvenes (aunque en su site oficial de internet sólo se detallen fehacientemente 78 casos[7]) y que dicha “proyección” ascendería “a 500 casos”.
¿Y cómo llegan las “Abuelas” a ese coeficiente? Pues todo indica que usan y abusan de la presión mediática y política para disfrazar o engañar situaciones con la misma saña con la que confirmadamente mintieron, por ejemplo, en el sonoro caso de los hijos Ernestina Herrera de Noble .
En efecto, cuando las fuerzas legales durante la guerra antiterrorista efectuaban operativos y los guerrilleros eran detenidos o abatidos, en muchas circunstancias (y con motivo de la actividad delictiva de sus padres) quedaban sus niños en situación de orfandad o total desolación. Pero como los terroristas Montoneros poseían nombre de guerra, documentación falsa y mudaban permanentemente de casa, barrio, ciudad o Provincia, con frecuencia era muy difícil identificar a los abuelos o parientes cercanos de las desdichadas criaturas. Por ende, la acción de las fuerzas legales ante el desamparo de los menores se habría efectuado en el siguiente orden:
1) Entregarlo a la familia (abuelos, tíos, etc.) si había conocimiento de su existencia y localización fehaciente.
2) Si no se tenía datos acerca de parientes y consanguíneos, el menor era llevado entonces a disposición del juez de la jurisdicción correspondiente o autoridad competente, quien seguidamente lo derivaba a la Casa Cuna o institución pertinente.
Vale decir, en la medida en que el estado de guerra civil lo permitía, en el tema de marras se actuaba dentro del principio de razonabilidad y legalidad (tal el caso de la orden de Operaciones del Comandante de la Zona 1 o la orden emanada del Ministerio del Interior a la Policía Federal cuya autenticidad fueron avaladas por la fiscalía en la Causa 13). De este modo, se llevaron adelante 227 devoluciones de menores desamparados a familiares o autoridades pertinentes, lo que demostraría que por parte de las fuerzas legales, el “Plan Sistemático” aplicado fue la devolución[8] y no la sustracción.
Posteriormente, muchas de estas criaturas, una vez destinadas y alojadas en instituciones oficiales, eran adoptadas por diferentes familias o matrimonios que le brindaron su amor y educación, tal como suele ocurrir en la actualidad con menores en situación de adopción.
Pero ocurre que las “Abuelas de Plaza de Mayo”, posteriormente se dedicaron a efectuar una labor de rastreo (tras muchos años y con el auxilio estatal), consistente en tratar de contactar algún pariente biológico de esos menores (hoy adultos). De esta manera, lograron en ciertos casos conectar, por ejemplo, a determinados jóvenes con algún tío, abuelo o pariente de cualquier grado.
Una vez localizado efectivamente el vínculo, se produce el televisado encuentro, y las “Abuelas” salen al ruedo arengando “recuperamos al nieto número X”.
Hasta aquí, más allá del uso político del drama en cuestión, la labor comunitaria de “Abuelas de Plaza de Mayo” lejos de ser criticable, es total y absolutamente encomiable, de la misma manera en que nos parece completamente el afán clarificador que dice perseguir la organización.
Sin embargo, es dable efectuar la siguiente aclaración: de los casos “recuperados” por las “Abuelas”, en la mayoría absoluta de ellos no se corresponde “robo” ni “plan sistemático” alguno.
Efectivamente, de ese supuesto centenar de “recuperaciones”, las “Abuelas” meten en la bolsa circunstancias que por muchas veces rayan en el absurdo.
Por ejemplo, cuando todavía la cifra de “recuperados” rondaba en los 66 casos, las Abuelas publicaron un libro titulado “Niños desaparecidos – Jóvenes localizados – En la Argentina desde 1976 a 1999” (edición de diciembre de 1999) en el cual, detallan caso por caso los 66 episodios a través de los cuales arriban a esa cifra. Y del trabajo de marras, involuntariamente las “Abuelas” dan a conocer no sólo que el “Plan Sistemático de robo” no existió, sino que a efectos de abultar las cifras, colocan a “la marchanta” cualquier cosa que eventualmente les resulte funcional a la sumatoria de coeficientes.
En efecto, de esos 66 casos contabilizados por las “Abuelas” (y según consta en el libro de su propia autoría), 29 son niños devueltos a sus familiares o entregados a la Justicia de Menores (no hay “robo” alguno ni “recuperación”); 6 son casos de niños apropiados ilegalmente por otros integrantes de las bandas terroristas o vecinos (en este caso hay “robo” pero cometido por los terroristas o terceros); 11 son niños desamparados que estuvieron incomunicados como producto de situaciones anormales por causas totalmente ajenas a la guerra civil (tampoco existe “robo”); 6 corresponden a cuerpos N.N. identificados de mujeres embarazadas al morir en tiroteos en donde obviamente tampoco hay “robo” ni “recuperación” (y parece ser que afortunadamente y contrariando su ideología, en este ítems las “Abuelas” se muestran ad hoc a favor de considerar a la persona desde el momento de su concepción-); 2 corresponden al caso de niños accidentalmente muertos en un mismo tiroteo o enfrentamiento de sus padres y otros guerrilleros con las fuerzas legales (tampoco hay “robo” ni “recuperación” y los lamentablesaccidentes son producto de la irresponsabilidad delictual de sus padres al exponer a los niños en medio de los enfrentamientos) y ofrecen 12 casos más, que son los únicos episodios puntuales de niños comprobadamente apropiados de modo ilegal (de los cuales en solo dos de ellos hubo participación de algún miembro de las FFAA).
Con este heterodoxo modus operandi consistente en rejuntar y acumular casos a todo propósito y hasta fuera de propósito, se completó así la cifra de 66 “niños recuperados” difundida por las “Abuelas” en su propio libro, el cual, siguiendo con la misma metodología inclusiva de lo que venga, varios años después las Abuelas dicen que el número ya superó los 100 (aunque en su página de internet el listado oficial llega a 78 casos)[9].
Va de suyo que la reducida cantidad de menores en los que hubo algún deleznable ilícito imputable a miembros de las FF.AA. no puede ser indicio de ningún “plan sistemático”, en una guerra que duró diez años con unos 8.400 abatidos y desaparecidos por parte de la guerrilla y con al menos 227 devoluciones comprobadas de criaturas en situación de desamparo.
A pesar de ello, con insistencia y violando el principio jurídico y constitucional del “ne bis in idem”, cosa juzgada y juez natural, la justicia kirchnerista suele condenar a militares de diversas jerarquías acusándolos de haber participado en el mentado “plan sistemático”, lo cual no deja de ser una imputación curiosa, siendo que durante el mismísimo juicio a la Junta Militar en 1985, respecto al tema en cuestión el Tribunal alfonsinista ya se había expedido de manera rotunda de esta manera:
“Como se viera, del catálogo de delitos que el Tribunal consideró integraban el sistema, se han excluido: la sustracción de menores, la extorsión, el plagio y la usurpación. Ello implica la no atribuibilidad de tales ilícitos”[10] .
¿Entonces quiénes fueron los verdaderos culpables de este drama?
En rigor de verdad, toda la triste problemática y secuelas conexas, tienen por causa-fuente la irresponsabilidad e insensibilidad en cuanto al manejo, apropiación ilegal y exposición que de sus hijos hacían los mismos terroristas subversivos durante el fragor de la guerra por ellos desatada.
En efecto, los mismos protagonistas reconocen estas y otras circunstancias, tal como lo relata la guerrillera Marcela Durrieu (devenida luego en funcionaria menemista y pareja del dirigente Fernando Galmarini) quien cuenta “Todos te decían que cuando tenías que escapar o dejas a tu hija a salvo en un lado o te la llevas con vos. Es un dilema de hierro que no se puede resolver. Yo llevé a mi hija a todos lados. Tuve suerte y zafamos- recuerda jornadas en las que robaba para comer o le daba explicaciones absurdas a su hija de por qué dejaban un auto robado en la calle.
“Lo dejamos Malena porque después vamos a tener otro mejor”, le decía” [11]. Para advertir el grado de irracionalidad de las terroristas, Durrieu explica que “A la noche, poníamos la cunita de Malena y las armas al lado (en lo primero que pensábamos era en cómo salir corriendo con un bebé en brazos). Habíamos hecho una ruta para escapar para la Panamericana“[12]. La colocación de los niños en situación de riesgo grave era permanente y al respecto confiesa la guerrillera Susana Sanz “Todavía recuerdo cómo yo trasladé materiales debajo de mi panza con ocho meses de embarazo. Al mes del parto, yo estaba militando de nuevo“[13].
Como si estas felonías fueran insuficientes, muchas veces los integrantes de la guerrilla utilizaban como escudos a sus hijos, tal como lo ha reconocido la guerrillera Miriam Trilleltesky, la cual al ser entrevistada la periodista le pregunta “¿Hubo oportunidades en que utilizaban niños para cubrir actos de terrorismo?” y Trilleltesky respondió “Se los utilizaban para ir a citas, para hacer tareas, se los llevaba a citas como cubierta”[14]. Pero el grado de inseguridad al que los terroristas sometían a sus niños, no se limitaba al lapso del combate o enfrentamiento, sino a todo el modus vivendi. La citada montonera Alicia Pierini expresa “Yo era militante montonera, además mamá de dos nenas chicas. Mariela nació en el 67 y Bárbara en el 68. Tuve ocho años de clandestinidad viviendo en casas compartimentadas, con contraseguimiento de ida y de regreso del colegio.- Viviana Gorbato: ¿Qué es una casa compartimentada? ¿Cómo es un contraseguimiento? -Pierini: Compartimentación quiere decir que pocas personas o casi ninguna saben donde vivís.Una compartimentación podía ser de dos modelos, una más blanda y otra más rigurosa. Una compartimentación más blanda es aquella en la que tus hijos saben volver a la casa por sus propios medios. Tu hogar está solamente compartimentado para los ámbitos políticos, organizativos, para los otros militares… Mis hijas iban y venían del colegio. Tuvimos otras casas más rigurosamente compartimentadas. Ni siquiera nuestra familia sabía. La gente venía a visitarnos tabicada…por ejemplo, cuando mi suegra (la mamá de Ernesto Jaureche, mi compañero de entonces) venía a vernos, primero se la llevaba a dar vueltas en auto y se le pedía que mantuviera cerrados los ojos, antes de llegar, para que nunca pudiera reconocer la casa. También, si se compraban facturas o masas en la panadería se sacaba el papel de envolver con la dirección. Teníamos fundas para los sifones. A los almanaques, también se les cortaba la propaganda del almacenero vecino. El visitante no debía tener el menor indicio de dónde estaba. Así viví durante ocho años”[15]. Cuenta Gorbato que “Alicia Pierini desde muy joven tuvo que combinar las mamaderas con los “embutes” (dispositivos especiales para llevar documentos, armas o plata)”[16]. Complementariamente, el Oficial Montonero Jorge Falcone relata que durante la guerra “hacía tres días que personal de fuerzas de seguridad estaba preguntando por nosotros…Era a fines del 77 y respondiendo a la estrategia que la organización Montoneros había trazado exitosamente, nos mudamos a barrios fabriles… Allí rescato a mi hija recién nacida y a mi esposa Susana Estela Carlotto, hija de la presidenta de las Abuelas de Plaza de mayo“[17] (y hermana de Laura Carlotto).
Otro dato clave que se suma a la confusión generada, era precisamente la desembozada práctica de tener hijos (con la misma frialdad de un coleccionista de estampillas) a efectos de “fabricar guerrilleros” y agigantar así la “familia revolucionaria”, pues “La tasa de natalidad creció, notablemente entre las militantes con la primavera democrática de mayo a junio del 73 y volvió a pegar otro salto en el 76 y 77…Este particular instinto de supervivencia explica por qué muchas mujeres tenían hijos pequeños o estaban embarazadas en el momento de ser “chupadas”[18]. Esta práctica irresponsable, es defendida como estrategia de guerra por Mario Firmenich, quien sostiene “han pasado los tiempos en que se pensaba que era correcto evitar tener hijos” agregando que “si hace treinta años los vietnamitas hubieran pensado de esa manera, no habrían tenido a nadie para ganar la guerra” y remata ”Los hijos son nuestra retaguardia“[19] .
El “Plan Sistemático de Robo de Menores” de la guerrilla
Visto y considerando que las fuerzas legales aplicaron un “Plan Sistemático” de devolución del menor (las 227 devoluciones así lo confirmarían), a contrario sensu, cabría indagar un poco acerca de cuál era la conducta de los guerrilleros ante un menor desamparado.
En efecto, dentro de las propias organizaciones terroristas, además de una política de adoctrinamiento revolucionario para con las criaturas, existía la “apropiación sistemática de menores”, consistente en quedarse con la criatura y no devolver el niño a su familia biológica. Así lo confiesa por ejemplo la guerrillera Susana Sanz “La organización sostenía que ante la baja de unos de nosotros el hijo debía ser criado por otro compañero. Eso tenía un fin predeterminado. Ese chico debía crecer en la moral revolucionaria, con la moral revolucionaria de una familia revolucionaria. Eso era lo que pensábamos nosotros, la organización.”[20] Confirmando este testimonio, Ernesto Jaureche (Oficial Montonero) admite que “Había una tendencia en el movimiento en su conjunto de rescatar a los hijos y ver cómo se podía…No siquiera entregarlos a sus familias…Había una concepción muy ortodoxa de que si la familia no contaba con la simpatía de la organización, tampoco le entregaban a su hijo”[21]. Cuenta la guerrillera Susana Sanz (cuadro de superficie de Montoneros) que a “los hijos de los compañeros los sentíamos como hijos propios, era una gran responsabilidad colectiva… pero visto desde hoy los chicos corrían muchos riesgos” [22]. La guerillera Alicia Pierini (quien luego cobrara un sueldo como Secretaria de DD.HH.) despersonalizando las tutorías y paternidades naturales explica “Los hijos eran un poco los hijos de la organización… Era una especie de padrinazgo”[23].
Complementariamente cuenta Jorge Rachid (ex secretario de Prensa y Difusión de Menem y militante en los 70), que “Paco (Urondo) y Alicia viven juntos y tienen una hija. Pero al poco tiempo los dos son asesinados en Mendoza. La nena se salva. Se llama Angelita (…) Rachid cuenta que su ex suegra trae a Angelita para Buenos Aires. Pero aquí la otra hija de Paco Urondo “reclama la nena para la organización”… Se produce un episodio que hace que mi cuñado me llame por teléfono a Neuquén pidiéndome por favor que viniera porque la organización le quería sacar a la nena para que no se criara en un hogar burgués- cuenta”… Estamos todos muy enfermos. Acabamos de recuperar la nena. La mamá está muerta. La nena está con la abuela y viene este apriete… Es de locos“[24].
Luego, de existir el supuesto nieto de Estela Carlotto, probablemente sería mucho más fructífero que la interesada en cuestión, en lugar de buscar vanamente en los ambientes castrenses, indague a los miembros de las bandas terroristas (a las cuales tiene afectuoso acceso) a fin de conseguir más y mejores datos al respecto, ya que tras tantos años de exhaustiva búsqueda, generosos apoyos económicos y auxilios estatales, los resultados obtenidos han sido vanos.
Finalmente declaramos lo siguiente. En cuanto a sus mentiras, distorsiones, intereses económicos y reivindicaciones al terrorismo local y trasnacional, vaya toda nuestra repulsa.
N M
La Prensa Popular | Edición 187 | Lunes 1 de Abril de 2013
[1] http://www.lanacion.com.ar/1566728-estela-de-carlotto-y-los-anos-70-reivindicamos-el-valor-de-la-lucha
[2] Sobre este episodio puede leerse “La Otra Parte de la Verdad” del autor
[3] Entrevista de abril de 2003- publicada luego en la Revista dominical del diario La Nación
[4] Barnes de Carlotto, Estela -Juicio por la Verdad La Plata, 17 de Marzo de 2004
[5] Barnes de Carlotto, Estela -Juicio por la Verdad La Plata, 17 de Marzo de 2004
[6] El texto completo del relato de Carlotto puede leerse en http://www.nuncamas.org/testimon/carlottoest_20040317.htm
[7] http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_restituidos.php
[8] El listado completo de las devoluciones puede verse en el libro “La Otra Parte de la Verdad” del autor
[9] http://www.abuelas.org.ar/Libro2010/index_restituidos.php
[10] Criterios en el Tratamiento de las Cosas – punto 4, pág 309- Fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
[11] Viviana Gorbato. Montoneros Soldados de menem. Solados de Duhalde? – Página 114
[12] Viviana Gorbato. Montoneros Soldados de Menem. Soldados de Duhalde? – Página 116
[13] Viviana Gorbato. Montoneros Soldados de Menem. Soldados de Duhalde? Página 127
[14] Diario Córdoba -23/03/1976 – citado en Responsabilidad Compartida – García Montaño – pág-134
[15] Viviana Gorbato. Montoneros Soldados de Menem. Solados de Duhalde? – Página. Página 117
[16] Viviana Gorbato. Montoneros Soldados de Menem. Soldados de Duhalde? . Página 118
[17] Viviana Gorbato. Montoneros Soldados de menem. Solados de Duhalde? – Página 100).
[18] “Pareja, Monogamia y Fidelidad” El Porteño, abril de 1988 – Roberto Roldán – Citado en Viviana Gorbato. Montoneros Soldados de Menem. Soldados de Duhalde? Página 125
[19] Viviana Gorbato. Montoneros. Soldados de Menem. Soldados de Duhalde? Página 122- 123
[20] Viviana Gorbato. Montoneros Soldados de Menem. Soldados de Duhalde? Página 128
[21] No Dejés que te la Cuenten, Violencia y Política en los 70) Ernesto Jaureche – ediciones del pensamiento nacional – pag 268
[22] Viviana Gorbato. Montoneros Soldados de Menem. Soldados de Duhalde? Página 126
[23] Viviana Gorbato. Montoneros Soldados de Menem. Soldados de Duhalde? – Página 120
[24] Viviana Gorbato. Montoneros Soldados de Menem. Soldados de Duhalde? Página 131
Hola, ¿podrías decirme el nombre, apellido y DNI del militante que supuestamente fue asesinado por Laura Carlotto en 1974?. ¡Gracias!
ResponderEliminarHola Nicolás, adjunto link de la cnu. Saludos!
ResponderEliminarhttp://socompa.info/derechos-humanos/dia-la-cnu-empezo-matar-la-plata/