Absuelven y liberan a ex agentes del Batallón 601 acusados de secuestros
may 15, 2015 |
A Leandro Sánchez Reisse, Rubén Bufano y Arturo Silzle los absolvieron hoy en un juicio oral por secuestros extorsivos a financistas durante la última dictadura. El fallo del Tribunal Oral Federal 6 fue dividido. Los jueces invocaron la prohibición constitucional a la doble persecución penal. La fiscalía y las querellas habían pedido penas de entre 17 y años de prisión. Los fundamentos se conocerán el próximo 29 de mayo.Los ex agentes de inteligencia militar Leandro Sánchez Reisse, Rubén Bufano y Arturo Silzle fueron absueltos hoy en un juicio oral por secuestros extorsivos a financistas durante la última dictadura, en un fallo dividido emitido por el Tribunal Oral Federal 6 de Resistencia, que invocó la prohibición constitucional a la doble persecución penal.
Los jueces José Martínez Sobrino, Julio Panelo y Maria del Carmen Roqueta ordenaron también la liberación de los tres agentes y anunciaron que los fundamentos del fallo serán dados a conocer el próximo 29 de mayo a las 18.
Los representantes de la Fiscalía solicitaron en su alegato que se condene a los ex agentes del Servicio de Inteligencia Sánchez Reisse, Bufano y Silzle a las penas de 17, 12 y 10 años de prisión, respectivamente. En tanto, la querella solicitó que se condene a la pena de 18 años de prisión a Sánchez Reisse y Bufano, y de 14 años de prisión a Silzle.
Esta mañana, los jueces escucharon las últimas palabras de los imputados. Leandro Sánchez Reisse pidió el micrófono y se tomó la cabeza. Con la mirada en el piso, dijo: “Pido todas la misericordias posibles sobre el tiempo de detención que llevo. Mi salud es grave y quisiera pasar estos últimos meses de mi vida junto a mis hijos”.
A Sánchez Reisse, Bufano y Silzle se les imputaban los delitos de secuestro extorsivo y asociación ilícita, cometidos en perjuicio de Alberto Martínez Blanco, Ricardo Tomasevich y Carlos Koldobsky. Los hechos están enmarcados dentro del plan sistemático de terrorismo de Estado llevado adelante por la dictadura.
A su turno, Silzle lamentó que a las audiencias no hubieran concurrido estudiantes de Derecho y agradeció el curso del juicio. Luego, en referencia a la familia de Tomasevich, dijo: “Yo le pedí perdón a la familia por el dolor que sufrió. Eso no me lo perdono”. Y se quejó del día en que declaró Tomasevich, porque el Tribunal lo obligó a salir de la sala a pedido del testigo. “No entiendo por qué me sacaron. A él lo traté bien, lo afeité, lo ayudaba a bañarse”. Bufanno, el tercer imputado, prefirió el silencio.
Plata para alimentar la estructura represiva
En los últimos años de la dictadura, los represores se especializaban en secuestros extorsivos de financistas. Según surge de la investigación judicial, la banda persiguió a empresarios bajo la figura de “subversión económica”. Durante la instrucción, el juez federal Sebastián Casanello dijo que el dinero que obtenían de los secuestros extorsivos no sólo era destinado a hacer “caja propia”, sino a alimentar la estructura represiva.
Esta banda, ligada también al secuestro de Fernando Combal, apareció en los secuestros extorsivos que reciclaron la mano de obra represiva y combinó a las fuerzas de policía.
La asociación ilícita funcionó durante 1980 y 1981, en el último periodo de la dictadura. “Las pruebas reunidas permiten sostener que la organización ilícita investigada –dice el juez en el procesamiento– estuvo integrada por más de tres personas dependientes de las Fuerzas Armadas, de servicios de Inteligencia y de las restantes fuerzas de seguridad y de otros sujetos vinculados con éstas, entre ellos: Bufano, Sánchez Reisse, Martínez y Silzle, que llevaron a cabo delitos en distintas jurisdicciones y utilizaron armamentos de gran calibre. La actuación ilegal que desplegaban respondió al mandato o cuanto menos contó con la tolerancia y aquiescencia de los superiores”.
El Batallón 601 funcionó en el edificio de Viamonte y Callao que hace unos años fue comprado por la Universidad del Salvador. Fue uno de principales arietes de la represión de la última dictadura. Allí se reunió buena parte de los datos que luego sirvieron para aniquilar a los militantes políticos de las distintas organizaciones.
Su nombre quedó asociado a varias operaciones represivas de peso como el secuestro y desaparición del director del diario El Cronista, Rafael Perrotta, y la cacería de quienes retornaron a la Argentina desde el exilio para participar de la Contraofensiva montonera.
Fuente: ChacoHoy
"SERA JUSTICIA"...ABSOLUCIÓN Y LIBERTAD PARA EX AGENTES DEL BATALLÓN 601...Titulado, comentado y publicado por Miguel...
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