Ja, ja! con qué facilidad se llenan la boca de lo que no creen, con que naturalidad hacen exactamente lo opuesto a lo que “defienden”; con que placer hacen lo que critican.
Malos, perversos, sádicos, embriagados de odio, profesionales de la mentira, la difamación, de las culpas en los otros y de jactarse de todo lo bueno que no son, no es solo lo que yo pienso, así los definió la Sra. Pilar R. desde la perspectiva de la distancia que le permite su española residencia.
Tantas veces habré escuchado de “simulacros de fusilamiento”, en torturados sin huellas ni marcas de maltrato, en ejemplares ciudadanos que asesinaron y no solo no se arrepienten sino que siguen haciendo lo que supuestamente deploran, aterrorizar a sus enemigos y a la sociedad.
Les voy a contar una historia de hace unos días, no de hace 40 años. Les voy a contar una historia actual, de democracia, de época de paz y prosperidad, o no estamos en la “década ganada”; de una época sin inseguridad (aunque quizás ahora que amenazan periodistas, algunos recuerden el “horror” de la década del 70, que no empezó en el 76, yo me acuerdo, lo viví); de un país que pretenden hacernos creer que es el de “las maravillas”, pero en el que ocurren cosas como las que les voy a relatar, peores que las que ocurrían en tiempos de guerra, al menos ya no existe el justificativo de la locura que en esos años imperaba.
Desde hace casi 6 años, un ya envejecido profesor de Educación Física, incorporado al Ejército y preso por haber desempeñado funciones administrativas en tiempos de guerra, de terrorismo, de caos social, político y económico, de ausencia de Estado; lo que provocó que unos militares asumieran el poder político, alentados por los más encumbrados representantes del partido gobernante, de la oposición y de todos los partidos políticos.
Eso marcó su destino, fue su sentencia, todo lo que había sido bueno hasta ese momento pasó a ser malo, perverso y condenable, con la sola exigencia de haber usado el uniforme del Ejército y que alguien sobre la base de una pequeña verdad, como su presencia en algún momento en algún lugar, permitiera inventar una fábula, que sin prueba alguna pero con el testimonio de personas que ningún juez del mundo tomarían como validas, bastan para privarlo del bien mas tutelado por la justicia universal después de la vida, la libertad.
René Vicente Casas (presidente) Marcelo Almaraz, Daniel Morín y Fátima Ruiz López (jueza subrogante) JUECES PREVARICADORES
Su cáncer de próstata (controlado hasta ese momento), su enfisema pulmonar y EPOC (irreversible y agravado por el paso del tiempo), que le imponían 17 hs diarias de oxígeno por prescripción médica, por un tiempo impidieron su encarcelamiento, aunque debió quedar privado de la libertad en su domicilio.
Llegado el “juicio” (año 2012), un juez, católico, aparentemente del Opus Dei, seguramente crítico del Papa, sumamente “justo y humano”, lo sacó una noche de invierno de su casa en Córdoba, lo llevó sin oxígeno, alimento, abrigo, médico ni prevención alguna hasta su juzgado, donde lo hicieron esperar a la intemperie hasta que azul (cianótico), después de la advertencia del Médico presente de que se retiraría porque no quería ser responsable de la muerte de una persona por falta de atención (pretendían que siguiera esperando al tribunal, que aparentemente no había madrugado porque ya era media mañana), la secretaria al fin accedió a que lo llevaran al hospital.
Llegó con pulmonía y medio muerto, pasó casi una semana internado, finalizada la cual el ejemplar ciudadano, cristiano y juez, decidió enviarlo al hospital de la cárcel de Ezeiza para que participe del juicio por teleconferencia, como si otros imputados de Córdoba no lo hubiesen podido hacer desde sus domicilios o lugares de detención, pero el poco viril juecesito, además de casi matarlo lo desarraigó, quizás para que sufra un poco más, seguro para conformar a sus “jefes” que ordenaron la política de estado de aterrorizar y matar militares aplicando leyes inexistentes en el momento de los hechos y negando derechos constitucionales vigentes entonces y ahora, mientras con sus ilegales condenas posibilitan mas y mas retribuciones económicas a los terroristas del 70.
Un año y medio, casi sin tratamiento, casi sin oxígeno (se le negó por mucho tiempo dado el “peligro” que representaba), claramente desmejorado, con un índice de antígeno prostático por las nubes, con metástasis (adquirida gracias a 18 meses sin atención) y un EPOC que se agrava por el simple paso del tiempo.
Abogados amigos de la Familia, o simplemente orientados por su humanidad reclamaron, Organizaciones se interesaron, se formularon denuncias y el viernes 7 de febrero le ordenaron preparar sus miserias para ser trasladado a su domicilio, simultáneamente con otro Subof My que sería enviado a su casa en Misiones.
Se les reconocía el derecho a mayores de 70 años de la prisión domiciliaria, a los enfermos terminales de ser asistidos por sus Familias, derechos que no pueden ser negados por miserable e inhumano que sea el juez
Salió el segundo rumbo a Posadas, quedo el primero a la “espera”, mientras en Córdoba su Señora recibía a la GN quién concurrió a hacerle un ambiental y hacerle firmar la documentación para hacerse cargo del “peligroso” detenido, firmaron los testigos.
Pasó el sábado, pasó el domingo, llegó el lunes y solo se sabía que el traslado estaba demorado por falta de medios de transporte; la Familia ofreció ir a recibir al Señor en Ezeiza y hacerse cargo del traslado, la responsabilidad de la custodia ya la había asumido ante la GN en Córdoba.
Llegó el martes sin noticias ni respuestas, hasta que en algún momento de la tarde se le dijo al detenido que no, que todo había sido un mal entendido, que no había orden de traslado, poco menos que había sido una “jodita”.
Llantos de Esposa, Hijos y nietos, desesperación del “condenado” que a los 73 años y cada minuto más cerca de un final desarraigado, lejos de su Familia y sin atención médica, recibe el beneficio de la democracia, de la justicia y la humanidad de un gobierno que ha hecho de su declamación su bandera.
Linda “jodita”, bien armada, cuatro días un enfermo esperando con sus cosas empaquetadas, una Familia que firmó papeles junto con vecinos testigos, que se ilusionó con pasar los últimos días de una vida próxima a terminarse amando a un Esposo, Padre y Abuelo querido, cuya mayor culpa es haber sido un Soldado asimilado a un Ejército que combatió a ordenes de autoridades políticas y militares despreciables, que defendió como pudo y desde donde se le ordenó la libertad y tranquilidad de una sociedad que solo lo recordará como a Dios, cuando vuelva el peligro.
Así hacían en la querida y doliente Cuba de los idealistas del 70; de ahí seguramente aprendieron el método para atribuírselo a los “represores”, y con los años lo adecuaron y perfeccionaron para que el sufrimiento sea mayor y la muerte más lenta. Es parte del proyecto nacional y popular que suscribe nuestro lamentable Jefe de Estado Mayor, es política K.
Buena gente, que Dios los perdone, hoy yo no puedo!
C. Enrique Alsina
Tcnl (R)
Malos, perversos, sádicos, embriagados de odio, profesionales de la mentira, la difamación, de las culpas en los otros y de jactarse de todo lo bueno que no son, no es solo lo que yo pienso, así los definió la Sra. Pilar R. desde la perspectiva de la distancia que le permite su española residencia.
Tantas veces habré escuchado de “simulacros de fusilamiento”, en torturados sin huellas ni marcas de maltrato, en ejemplares ciudadanos que asesinaron y no solo no se arrepienten sino que siguen haciendo lo que supuestamente deploran, aterrorizar a sus enemigos y a la sociedad.
Les voy a contar una historia de hace unos días, no de hace 40 años. Les voy a contar una historia actual, de democracia, de época de paz y prosperidad, o no estamos en la “década ganada”; de una época sin inseguridad (aunque quizás ahora que amenazan periodistas, algunos recuerden el “horror” de la década del 70, que no empezó en el 76, yo me acuerdo, lo viví); de un país que pretenden hacernos creer que es el de “las maravillas”, pero en el que ocurren cosas como las que les voy a relatar, peores que las que ocurrían en tiempos de guerra, al menos ya no existe el justificativo de la locura que en esos años imperaba.
Desde hace casi 6 años, un ya envejecido profesor de Educación Física, incorporado al Ejército y preso por haber desempeñado funciones administrativas en tiempos de guerra, de terrorismo, de caos social, político y económico, de ausencia de Estado; lo que provocó que unos militares asumieran el poder político, alentados por los más encumbrados representantes del partido gobernante, de la oposición y de todos los partidos políticos.
Eso marcó su destino, fue su sentencia, todo lo que había sido bueno hasta ese momento pasó a ser malo, perverso y condenable, con la sola exigencia de haber usado el uniforme del Ejército y que alguien sobre la base de una pequeña verdad, como su presencia en algún momento en algún lugar, permitiera inventar una fábula, que sin prueba alguna pero con el testimonio de personas que ningún juez del mundo tomarían como validas, bastan para privarlo del bien mas tutelado por la justicia universal después de la vida, la libertad.
René Vicente Casas (presidente) Marcelo Almaraz, Daniel Morín y Fátima Ruiz López (jueza subrogante) JUECES PREVARICADORES
Su cáncer de próstata (controlado hasta ese momento), su enfisema pulmonar y EPOC (irreversible y agravado por el paso del tiempo), que le imponían 17 hs diarias de oxígeno por prescripción médica, por un tiempo impidieron su encarcelamiento, aunque debió quedar privado de la libertad en su domicilio.
Llegado el “juicio” (año 2012), un juez, católico, aparentemente del Opus Dei, seguramente crítico del Papa, sumamente “justo y humano”, lo sacó una noche de invierno de su casa en Córdoba, lo llevó sin oxígeno, alimento, abrigo, médico ni prevención alguna hasta su juzgado, donde lo hicieron esperar a la intemperie hasta que azul (cianótico), después de la advertencia del Médico presente de que se retiraría porque no quería ser responsable de la muerte de una persona por falta de atención (pretendían que siguiera esperando al tribunal, que aparentemente no había madrugado porque ya era media mañana), la secretaria al fin accedió a que lo llevaran al hospital.
Llegó con pulmonía y medio muerto, pasó casi una semana internado, finalizada la cual el ejemplar ciudadano, cristiano y juez, decidió enviarlo al hospital de la cárcel de Ezeiza para que participe del juicio por teleconferencia, como si otros imputados de Córdoba no lo hubiesen podido hacer desde sus domicilios o lugares de detención, pero el poco viril juecesito, además de casi matarlo lo desarraigó, quizás para que sufra un poco más, seguro para conformar a sus “jefes” que ordenaron la política de estado de aterrorizar y matar militares aplicando leyes inexistentes en el momento de los hechos y negando derechos constitucionales vigentes entonces y ahora, mientras con sus ilegales condenas posibilitan mas y mas retribuciones económicas a los terroristas del 70.
Un año y medio, casi sin tratamiento, casi sin oxígeno (se le negó por mucho tiempo dado el “peligro” que representaba), claramente desmejorado, con un índice de antígeno prostático por las nubes, con metástasis (adquirida gracias a 18 meses sin atención) y un EPOC que se agrava por el simple paso del tiempo.
Abogados amigos de la Familia, o simplemente orientados por su humanidad reclamaron, Organizaciones se interesaron, se formularon denuncias y el viernes 7 de febrero le ordenaron preparar sus miserias para ser trasladado a su domicilio, simultáneamente con otro Subof My que sería enviado a su casa en Misiones.
Se les reconocía el derecho a mayores de 70 años de la prisión domiciliaria, a los enfermos terminales de ser asistidos por sus Familias, derechos que no pueden ser negados por miserable e inhumano que sea el juez
Salió el segundo rumbo a Posadas, quedo el primero a la “espera”, mientras en Córdoba su Señora recibía a la GN quién concurrió a hacerle un ambiental y hacerle firmar la documentación para hacerse cargo del “peligroso” detenido, firmaron los testigos.
Pasó el sábado, pasó el domingo, llegó el lunes y solo se sabía que el traslado estaba demorado por falta de medios de transporte; la Familia ofreció ir a recibir al Señor en Ezeiza y hacerse cargo del traslado, la responsabilidad de la custodia ya la había asumido ante la GN en Córdoba.
Llegó el martes sin noticias ni respuestas, hasta que en algún momento de la tarde se le dijo al detenido que no, que todo había sido un mal entendido, que no había orden de traslado, poco menos que había sido una “jodita”.
Llantos de Esposa, Hijos y nietos, desesperación del “condenado” que a los 73 años y cada minuto más cerca de un final desarraigado, lejos de su Familia y sin atención médica, recibe el beneficio de la democracia, de la justicia y la humanidad de un gobierno que ha hecho de su declamación su bandera.
Linda “jodita”, bien armada, cuatro días un enfermo esperando con sus cosas empaquetadas, una Familia que firmó papeles junto con vecinos testigos, que se ilusionó con pasar los últimos días de una vida próxima a terminarse amando a un Esposo, Padre y Abuelo querido, cuya mayor culpa es haber sido un Soldado asimilado a un Ejército que combatió a ordenes de autoridades políticas y militares despreciables, que defendió como pudo y desde donde se le ordenó la libertad y tranquilidad de una sociedad que solo lo recordará como a Dios, cuando vuelva el peligro.
¿Se le parece a un “simulacro de fusilamiento” o no?
Así hacían en la querida y doliente Cuba de los idealistas del 70; de ahí seguramente aprendieron el método para atribuírselo a los “represores”, y con los años lo adecuaron y perfeccionaron para que el sufrimiento sea mayor y la muerte más lenta. Es parte del proyecto nacional y popular que suscribe nuestro lamentable Jefe de Estado Mayor, es política K.
Buena gente, que Dios los perdone, hoy yo no puedo!
C. Enrique Alsina
Tcnl (R)
Comparto totalmente el dolor, la bronca y la impotencia que evidencia mi hermano en su carta.
Malos, perversos, sádicos, embriagados de odio, profesionales de la mentira, la difamación, de las culpas en los otros y de jactarse de todo lo bueno que no son, no es solo lo que yo pienso, así los definió la Sra. Pilar R. desde la perspectiva de la distancia que le permite su española residencia.
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Cnl (R-PSP) J.C. Alsina
C.N Artículo 18.”Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa".
Quienes juzgan al personal militar cometen el delito de PREVARICATO.
NOTA: La imagen fue agregada al texto original
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¿Justicia, DDHH, igualdad? Para el Gobierno hay dos tipos de represores. Los malos y los REPRESORES IDEALISTAS. Balza, Bankito, Milani, Schurlein., etc. TODOS con causas.
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