Translate

miércoles, 24 de agosto de 2011

"UN POCO DE HISTORIA:"...Hitler y su hermana...

PAULA HITLER, LA HERMANA DEL FÜRHER

Paula Hitler nació en Hartfeld, Austria en 1896. Nunca se casó ni tuvo hijos. Su padre tenía 60 años en el momento de su nacimiento y falleció cuando Paula tenía 6 años. Su padre, Alois, provenía de Waldviertier en la baja Austria, Paula no conoció a ninguno de los miembros de la familia de su padre, pero sí se relacionó con los familiares de su madre.

La madre de Paula fue Klara Pölzl, quien también provenía de Waldviertel y era hija de granjeros de Spital cerca de Veitra, donde había nacido el 12 de agosto de 1860 y falleció más tarde en 1907. La muerte de la madre fue un momento culminante para la vida y relación de los hermanos Hitler, ya que desde aquel momento, Adolf Hitler jamás retornaría al hogar familiar, y por mucho tiempo dejaría de ver a su hermana Paula.

Desde que Adolf Hitler dejó la casa materna en 1908, no lo volvió a ver hasta 1921, oportunidad en la que al reencontrarlo le manifestó que no había tenido ni idea sobre qué había sido de él en esos años, ni siquiera después de la Primera Guerra Mundial. Le reclamaba a su hermano el hecho de que su situación afectiva y subsistencia económica le hubiera sido más fácil de llevar, si hubiera sabido que aún contaba con un hermano que la ayudara, a lo cual, respondió Adolf Hitler que él nunca tuvo contacto con ella debido a que no tenía ninguna forma de asistirla económicamente, y que en sus tiempos de poco más que vagabundo, tampoco quería significarle una carga mayor, recordándole que, sin embargo, le había donado la mitad de la pensión de cincuenta coronas - que como hijo, le correspondían de la pensión de su padre - para que Paula pudiera continuar con su educación.

En 1921, Hitler fue a encontrarse con ella con el expreso propósito de verla, comportándose entonces de manera encantadora e incluso llevándola de compras: "... a toda mujer le gusta que la lleven de compras...", declaró Paula. A pesar del reencuentro no continuó viendo a Hitler regularmente.

Cerca de un año después de su visita de 1921, volvió a verlo, yendo juntos a visitar la tumba de sus padres cerca de Linz. Volvió a verlo nuevamente en Múnich, en el año 1923, tiempo antes del Putsch de la Cervecería; en esta ocasión, Paula no notó que las actividades políticas le hubieran causado a Hitler un cambio en su forma habitual de ser.
De nuevo visitó a Hitler en el departamento que éste habitaba en la Dirsch Strasse, en Munich, tiempo durante el cual no tuvo ningún contacto con personas del círculo político de Hitler o del partido nazi, a excepción de Franz Xavier Schwarz, quien entonces era el tesorero del partido. La siguiente oportunidad en que vuelve a ver a Hitler, durante el acto de conmemoración del día de la fundación del Partido Nazi que tuvo lugar en Núremberg, Paula estuvo presente, pero no como "la hermana de Hitler", sino como cualquier otro asistente, e inclusive adquirió su boleto de entrada normalmente. Esto manifiesta que Adolf Hitler nunca demostró tener un sentido de afectividad familiar profundo, posiblemente herencia del carácter de su padre Alois Hitler, incluso que Adolf Hitler nunca se preocupó por conocer o alternar con las relaciones familiares de su línea paterna, y que con los únicos que tuvo trato fue con los familiares de su rama materna, al igual que Paula, puesto que durante toda su vida sólo se habían relacionado con familiares de la línea materna, en especial con las familias Schmied y Koppenstin.

Paula solía escribir a Adolf Hitler por su cumpleaños, le escribía una carta de salutación, a la cual Hitler le respondía con una nota corta de agradecimiento, acompañándola con un paquete que contenía alguna de las cosas que a su vez él había recibido de otras personas como presente para su cumpleaños, a saber, artículos como jamón español, caramelos, galletas, confituras, etc.

Durante la actividad política de Adolf Hitler en Nuremberg, Paula lo visitó en el hotel Deutscher Hof. Hitler raramente le enviaba correspondencia, y cuando lo hacía, sólo le escribía unas pocas palabras y bien precisas. Paula tuvo contacto con Hitler una sola vez al año desde 1929 hasta 1941, produciéndose dichos encuentros algunas veces en Viena, otras en Berlín. Desde 1941 en adelante, Paula no volvió a tener contacto personal con Adolf Hitler.
Hitler le sugirió a Paula que se cambiara de nombre durante los juegos Olímpicos en Garmisch, explicándole que quería que Paula se mantuviera en estricto incógnito bajo el apellido "Wolff". Accedió, siendo idea suya (de Paula) y no de Hitler, agregarse el calificativo de "Frau" (Señora), como si su nuevo apellido Wolff fuera producto de su casamiento, lo cual volvía la situación menos sospechosa frente a antiguos conocidos. Así, su pasaporte fue expedido como "Paula Wolff", pero con una fecha errónea de nacimiento, pues figuraba como nacida el día 12 de noviembre de 1896 cuando en realidad había nacido en enero de ese año.

Anteriormente a este cambio de apellido, en razón de volverse conocido su vínculo familiar con Adolf Hitler había sido despedida de su puesto en una compañía de seguros radicada en la ciudad de Viena; pagándole Hitler de su bolsillo desde ese momento y hasta el día del "Anschluss" (Anexión de Austria a Alemania) a Paula la suma de 250 marcos mensuales para su subsistencia. Años más tarde Paula continuó desempeñándose en diversas ocupaciones sin importancia pero bajo el falso apellido "Wolff" es decir como "Frau Paula Wolff".

En una oportunidad pudo conocer personalmente a Eva Braun pero que no sostuvo relación alguna con ella y su hermano Adolf jamás le hablo del tenor de su relación con Eva Braun. Tampoco Paula Hitler fue afiliada o militante del partido nazi, reconociendo que ni la política ni las ideas de su hermano la motivaron a afiliarse al Partido Nazi y que ello tampoco fue el deseo de su hermano, y que de haber sido el caso, ella se hubiera afiliado para complacerlo.

Posteriromente pudo continuar trabajando en Austria, bajo el falso apellido Wolff, y a pesar de ello Hitler no dejó de atender su situación económica; a partir de 1938 dobló el aporte que le pagaba de 250 a 500 marcos mensuales y en la navidad de cada año le agregaba una suma de 3000 marcos. Todos estos aportes fueron pagados por Hitler de su propio peculio y depositados en un banco a nombre de Paula hasta el día de la muerte de Hitler.

En los últimos años del régimen nazi, Paula trabajó como secretaria en un hospital conocido por Hitler, manifestándole éste su total conformidad con dicho empleo y especialmente con el hecho que lo hubiera conseguido ella misma por sus propios esfuerzos. Más tarde Paula abandonó este trabajo por razones de salud viviendo los últimos días de la guerra en la localidad de Berchtesgaden, en el hotel Berchtesgaden Hof, hasta el momento de la llegada de los soldados norteamericanos, quienes la retuvieron largo tiempo, interrogándola en varias oportunidades.

Con la ayuda económica de su hermano Adolf Hitler, Paula adquirió entre los años 1941 y 1942 una pequeña casa en Weitten, Wachau, una vieja villa que Paula fue restaurando sin la ayuda de ningún arquitecto; dicha casa más tarde fue expropiada por los rusos al momento de la ocupación. Paula era dueña también de un pequeño departamento de dos habitaciones en Viena, ocupado por los norteamericanos. Ambas propiedades jamás le fueron devueltas; lo mismo le ocurrió con sus ahorros personales depositados en el banco. Al no ser miembro del partido nazi ni haber desempeñado tareas políticas debía estar fuera del plan general de desnazificación impulsado por los Aliados en la Alemania dividida. Por esta razón, Paula tuvo que vivir desde entonces de la caridad de sus amistades.

De esta manera, Paula regresó a Viena para trabajar en una tienda de arte y artesanía. En diciembre de 1952 se mudó a Berchtesgaden, donde vivió en un apartamento de dos habitaciones para luego mudarse a la ciudad de Hamburgo, donde falleció el 1 de junio de 1960. Paula fue enterrada en Bergfriedhof, Berchtesgaden.


En la parte final de su primera declaración testimonial ante las tropas norteamericanas se puede leer que refiriéndose a su hermano Adolf Hitler, Paula expresó: "...Debo honestamente confesar que yo hubiera preferido que él siguiera su ambición original y se convirtiera en arquitecto..." "...El destino final de mi hermano me afectó muchísimo. Él fue mi hermano, no importa qué haya ocurrido. Su final me trajo una indescriptible tristeza como hermana..." (en este punto de su declaración la señorita Hitler rompió en llanto y el interrogatorio finalizó) según señaló el oficial interrogador.

Fuentes:EUROPA EN GUERRA...
PUBLICADO POR MIGUEL...

1 comentario: